Atraído por Milei, empresario israelí invertirá más de U$S100 millones en la industria del litio
El economista Simon Litsyn, CEO de la start up XtraLit, visitó nuestro país para encontrarse con el ministro de Hacienda nacional y avanzar con la inversión multimillonaria que pretende hacer no solo en cuestiones mineras, también en la manufactura.
Días después del encuentro permaneció en Buenos Aires y fue entrevistado por la periodista Luciana Vázquez (La Nación) dónde habló de las condiciones político-económicas que lo atrajeron desde que Javier Milei asumió la presidencia.
Atraído por Milei, empresario israelí invertirá más de U$S100 millones en la industria del litio
El científico y emprendedor global Simon Litsyn estuvo en La Repregunta (La Nación). Litsyn es el cofundador y CEO de XtraLit, una startup israelí, fundada en 2021, especializada en extracción directa de litio. Construyó su carrera integrando el mundo de la investigación con el sector de negocios. Durante doce años, fue jefe científico de la reconocida marca de memoria flash SanDisk.
Litsyn es profesor emérito de la Universidad de Tel Aviv. Ha obtenido cerca de sesenta patentes. En 2010, recibió el Premio Especial al Logro Científico Excepcional que entrega el Estado de Israel. Es doctor en Ingeniería por la Universidad Electrotécnica Estatal de Saint Petersburg, Rusia.
La semana pasada, Litsyn llegó a la Argentina para reunirse con el equipo del ministro de Economía Luis Caputo, con los equipos de la secretaría de Minería y con los gobiernos de las provincias que forman parte del Triángulo del Litio. En febrero, se había reunido con la canciller Diana Mondino en Israel, en medio del viaje del presidente Javier Milei. Litsyn planea invertir 104 millones de dólares en el sector del litio argentino.
La Argentina, en medio de la guerra del litio. ¿El litio es la tabla de salvación de la Argentina de Milei? ¿Le toca un futuro de economía extractiva o el litio es una oportunidad para la economía del conocimiento de alto valor agregado? ¿Qué tiene que ver la Inteligencia Artificial con el litio? Israel y la guerra, ¿cómo impacta en el entorno emprendedor? Litsyn hizo su análisis… Aquí, algunos pasajes destacados de la entrevista.
La nueva guerra por el litio, entre la disputa geopolítica y la revolución de la Inteligencia Artificial
-Simón, cuando usted se despierta cada mañana, tiene un panorama muy complejo frente a usted porque el litio está en el centro de un escenario geopolítico muy difícil. Hay una guerra por la energía y una preocupación por el cambio climático muy presente en todos los países del mundo. También hay una guerra en términos de influencia de diferentes países en este nuevo mundo después de la pandemia y de la guerra en Ucrania.
La energía y las posibilidades de una transición hacia un nuevo mundo basado en baterías de litio y vehículos eléctricos están frente a su interés académico y científico cada día y, también, frente a sus intereses como hombre de negocios. ¿Cómo ve usted este escenario cada día cuando se despierta? -No sólo me despierto pensando en el litio; también me acuesto teniendo con esos pensamientos. Por supuesto, es un tema muy serio. Usted tiene razón, no es simplemente un tema tecnológico o industrial. Es el tema que está en el centro de los intereses de la humanidad porque vivimos en tiempos revolucionarios.
Lamentablemente, no todo este desarrollo avanza de manera positiva porque, como usted menciona, algunas de las guerras que están ocurriendo tienen que ver con eso. La situación está cambiando no sólo geopolíticamente; también hay un factor muy significativo en los cambios geopolíticos vinculado a los cambios tecnológicos.
Estamos alejándonos del paradigma anterior que impulsaba la industria, que se basaba en el petróleo, en los minerales y en el uso de los recursos naturales, que estaba contaminando nuestras vidas y otorgándole a algunos países más poder a partir de la posesión de esos recursos. Desde el principio del siglo XX, tener petróleo era equivalente a tener poder. Ahora vemos un cambio significativo en este panorama. Tiene que ver con la energía verde que está llegando.
No hay nada que pueda detener el progreso. Es posible ralentizar o tal vez prevenir que la nueva tecnología entre en nuestra vida, pero eventualmente sucederá. Todos entienden el papel del transporte de autos eléctricos. Pero en realidad, todos los proyectos en nuestra vida dependen de la energía. También la necesitamos para la potencia computacional. Ahora enfrentamos otra revolución. Se está hablando de que la Inteligencia Artificial (IA) sustituirá muchos de los trabajos y eso se dará ahora nomás, en los próximos diez años.
Veremos que muchas profesiones que se consideraban muy valiosas y respetables simplemente desaparecerán. Muchas de las cosas que hoy hacemos pasarán de las personas a las computadoras. Si alguien piensa que eso es algo ortogonal a la generación de energía, en realidad no lo es. Todas las cosas que funcionarán con energía verde y todas las soluciones que aporte requieren baterías, es decir, requieren litio. Volviendo a la IA, cada “prompt” o comando que le das al Chat GPT demanda una energía equivalente a la que necesita una bombilla eléctrica durante una hora. En toda Sudamérica, y éste fue el tema de mi conversación con la señora Diana Mondino, Chile es el único país que tiene un acuerdo de libre comercio con EEUU -¿Eso para uno solo “prompt”? -Sólo para un “prompt” en Chat GPT, no en Google.
Google está en otro orden de magnitud; requiere menor consumo de energía. -La cantidad de conexiones que la IA necesita llevar adelante requiere semejante nivel de uso de energía. -Las computadoras tienen que sudar para producir sus resultados. Cuando alguien presiona un botón para darle una indicación al Chat GPT, es como esperar que una bombilla eléctrica ilumine durante una hora. -Es interesante porque hace tan solo unos tres años atrás, la preocupación era que el salto de escala de los autos eléctricos demandaría una cantidad de energía almacenada enorme y, por esa razón el litio era muy crítico para su almacenamiento.
Pero ahora, el tema es que la potencia computacional de la IA está escalando la demanda de litio todavía más allá. -Estamos hablando de áreas enteras de consumo de energía: es electricidad, es aire acondicionado, es un montón de cosas, también vehículos eléctricos, mucha energía. Pero según los pronósticos, dentro de sólo 15 años, el 10 por ciento del consumo total de energía en el mundo se deberá a la IA. -¿10 por ciento? ¿Cuándo? -En 15 años. -15 años. Ahora nomás, a la vuelta de la esquina. -En 2040. Estamos al borde de un cambio de paradigma real para poder darle energía a algo como la IA, que va a proporcionar un pensamiento profundo, que también requiere energía.
Deberíamos entender que todo está relacionado en este mundo. Y si alguien cree que la alta tecnología y la baja tecnología, propia de la minería, no es todo el mismo campo, no es así. Todo es parte del mismo campo y de la misma revolución. -Del mismo entorno, del mismo sistema. -Es el sistema en el que vivimos y donde todo está relacionado. Usted empezó hablando de las guerras. De hecho, un componente significativo de las razones de estas guerras es el cambio en las actitudes geopolíticas hacia el recurso energético, como lo fue en el siglo XX con el petróleo. Ahora hay un cambio a otras fuentes de energía.
El futuro cercano y la aceleración energética. ¿Cómo impacta en la industria del litio?
-¿Cuáles son las soluciones que el litio aporta a esta mesa de debate en torno a la energía y cuáles son los nuevos desafíos que la explotación y extracción de litio produce en el medio ambiente o en la fuerza laboral? -Vamos a partir desde el principio. Por supuesto, el litio no es una fuente de generación de energía. La humanidad está cansada de depender del petróleo y de contaminar el aire. Los métodos tradicionales de generación de energía no son buenos para nuestro futuro desde el punto de vista ecológico.
Por lo tanto, estamos buscando algunas formas ecológicas de generar energía, principalmente, las que están relacionadas con la energía solar, la energía eólica, la energía del agua, entre otras. Estas son soluciones completamente ecológicas y totalmente saludables. Sin embargo, tienen una desventaja significativa: no pueden proporcionar una fuente constante y permanente de energía. -¿Son intermitentes? -El sol brilla, pero no brilla las 24 horas, los 365 días, y cuando lo hace, lo hace durante un tiempo limitado. Por lo tanto, necesitamos algún medio capaz de almacenar esa energía intermitente.
Además, queremos poder mover esta energía de un lugar a otro. Se genera en un lugar, pero queremos usarla en otro lugar, o queremos usarla en movimiento. Querés llevarla contigo y que mueva tu auto. -O como con el teléfono celular: llevamos con nosotros su fuente de energía. -Sí, el teléfono celular es uno de los ejemplos. Cada persona lleva consigo varios cientos de gramos de litio. Sólo para que se haga una idea, la solución basada en litio es la solución dominante.
El 99 por ciento del almacenamiento de la energía móvil se realiza mediante baterías de litio. Y de hecho, se necesita bastante litio: un vehículo eléctrico promedio lleva alrededor de 50 kilogramos de carbonato de litio. Esos 50 kilogramos son ligeramente menos del 10 por ciento del costo total de fabricación del vehículo eléctrico. Y dado que ahora tenemos alrededor de 12 millones de autos, y dado que el número de vehículos eléctricos que se fabrican está creciendo exponencialmente, tenemos medio millón de toneladas. De hecho, está muy cerca del millón de toneladas.
-Y si además se suma la IA y todo el procesamiento computacional que hace, nos encontramos ante la necesidad de una cantidad crítica de litio. -Sí. Incluso si sólo te sentás en tu casa y no te movés y trabajás de forma remota con tu computadora, seguirá siendo todavía un gran consumo de energía que debemos respaldar con la solución basada en litio. No digo que sea la única solución. Hay algunas alternativas para el almacenamiento de energía, pero hasta ahora la batería de litio es la solución fuertemente dominante. No hay otras soluciones que estén en el horizonte por lo menos por los próximos diez o quince años.
-La batería de litio ha estado con nosotros desde la década de 1990. ¿No? -No. Desde hace bastante tiempo, no llega todavía a los cien años, pero no está lejos. -¿Pero en la manera de usarla masivamente, con los celulares, por ejemplo? -Sí, desde los ´90s. -Entonces, la batería de litio no es algo nuevo. ¿Qué hay de nuevo en mundo del litio y las baterías de litio y del almacenamiento de energía? -En primer lugar, el nivel de consumo, la cantidad de litio que necesitamos. La escala está creciendo con los vehículos eléctricos.
Un vehículo eléctrico promedio equivale, en términos de la cantidad de litio que usa, a 5 mil teléfonos celulares. Y hemos fabricado más de 10 millones de autos eléctricos: es como fabricar 50 mil millones de baterías de teléfonos por año. Comparemos con el medio billón de celulares existentes. Por eso, es un cambio significativo en la demanda de baterías de litio, que implica una demanda equivalente de litio.
El litio tiene algunas otras aplicaciones como en medicina y en cerámicas, entre otras cosas. Pero los autos eléctricos, junto con la solución de almacenamiento verde, porque cada panel solar viene con litio para el almacenamiento de energía, incrementan la demanda de litio de manera increíble. Para 2030, deberíamos aumentar cuatro veces el suministro de litio. -Ese nivel aumentó en tan sólo cinco años. -Sólo en cinco años.
Hay una demanda significativa de litio. Al mismo tiempo, las baterías mejoran, así que mejora la eficiencia de las baterías. Aún así, hay un parámetro básico llamado “densidad de energía”, que está en la naturaleza o en la física del litio, que nos permite prever que este crecimiento de la demanda se dará más allá de cualquier mejora en las baterías, si aún son basadas en litio.
Argentina y el Triángulo del Litio. ¿Oportunidades únicas para el sector del litio? Las nuevas tecnologías
-Lo nuevo en el sector del litio es el método de extracción. Usted y su empresa XtraLit son muy conocidos porque aportan una nueva forma de extracción, una forma directa de extracción en oposición al proceso de evaporación. ¿Podría explicar esto? -El litio se ha venido extrayendo por unos cien años. Durante bastante tiempo, la tecnología tradicional no cambió porque era suficiente para la demanda existente de litio. Ahora la demanda de litio crece de manera exponencial.
Ya no se puede seguir con las tecnologías tradicionales. Hay dos formas de extracción tradicional. Una se basa en la minería de rocas. -Australia es el país donde la extracción de rocas es la tecnología más usada. -Sí, es la principal en Australia. Pero es un método muy sucio, no ecológico. Hay plantas de extracción de litio. Nadie quiere vivir en un radio de 50 kilómetros. -¿Hay un impacto químico? -No, tiene más que ver con que hay mucho polvo. Hay mucho uso de agua. Es un método sucio y por cierto, no tan barato como los otros métodos tradicionales, los basados en evaporación.
Esos métodos se concentran principalmente en el llamado Triángulo del Litio, entre Bolivia, Chile y Argentina. En la Argentina, las tres provincias tradicionalmente involucradas en este negocio son Salta, Catamarca y Jujuy.Todo esto ocurre a altitudes de 3 a 4 kilómetros donde los salares forman unas costras saladas. -The brines. Las salmueras. ¿Verdad? -Sí. Y estas aguas saladas tienen una concentración relativamente alta de litio.
Cuando digo relativamente alto, en realidad es sólo un gramo o dos de litio. En comparación, puede haber cien gramos de sales en la misma salmuera. Extraer litio es como intentar extraer una aguja de un pajar. ¿Cómo es este método tradicional? El agua se bombea; los taladros… -Porque estas salmueras están bajo tierra. -No están demasiado profundo: están a varios centenas de metros, entre 200 y 500 metros. Hay que hacer una perforación relativamente fácil.
Se bombea este agua a la superficie y en la superficie se organizan los llamados “estanques de evaporación”. Son estanques poco profundos que ocupan un gran territorio. Y después, hay que esperar. Y aquí llegamos a entender qué significa extracción directa versus el método tradicional que es indirecto porque demanda esperar dos años hasta poder extraer el litio. -Es decir que el método tradicional lleva mucho tiempo. Es más barato que extraer litio de la roca en Australia pero toma mucho más tiempo. Es menos eficiente en términos de tiempo. -Es increíblemente ineficiente. Desde el momento en que se bombea la salmuera, hay que esperar de 18 a 24 meses sólo para tener suficiente agua para evaporar. Después de eso, hay un proceso químico.
Poryecto Cauchari-Olaroz, minera Exar.-El método tradicional de extracción tiene otro efecto secundario, el problema de la guerra por el agua. Demanda mucha cantidad de agua para llenar estas grandes piscinas expuestas al sol para el proceso de evaporación. -Sí. Hay agua dulce involucrada en todo el proceso químico y requiere enormes cantidades de agua dulce. Por cada tonelada de carbonato de litio, hay que gastar cerca de una tonelada de agua dulce. Se gastan cantidades enormes de agua.
En las altas altitudes de la Argentina, por ejemplo, no abundan las fuentes de agua dulce y eso realmente genera problemas para la población local, que quiere usar su agua para la agricultura. -Entonces, ¿cómo funciona su método? Es el método directo de extracción: ¿qué significa “directo” en este caso? -“Directo” significa que simplemente tomas la salmuera, porque también se empieza desde las salmueras. Debo decir que los salares no son las únicas fuentes de salmueras. Puede ser, por ejemplo, agua del Mar Muerto en Israel y Jordania. -¿Usted ha estado trabajando en el litio del Mar Muerto, no? -Sí. También hay salmueras en el Gran Lago Salado o en el agua que viene con el petróleo cuando se produce el petróleo, o en las salmueras geotermales que, si provienen de las formaciones geológicas correctas, contienen algunas concentraciones de litio. Las concentraciones son más bajas allí.
Y además, debido a las restricciones climáticas, en esos casos no se puede usar la evaporación. Volviendo al tema de la extracción directa, “directa” significa que sintetizamos un polvo, llamado “sorbente”. Colocamos este polvo en las columnas y pasamos estas salmueras por estas columnas. En el otro extremo de las columnas, la salmuera sale casi con la misma composición química que tenía en el extremo entrante de la columna, pero con una pequeña diferencia: el litio ha sido capturado por el polvo. -¿Y cuánto tiempo lleva ese proceso? -Depende del tamaño de las columnas, pero toma apenas horas. -Tarda horas contra los dos años del método tradicional. -Sí. Hay una etapa siguiente de la producción de litio que toma algo más de tiempo. En general, toma varias horas, hasta un día entero, para que la salmuera se convierta en litio. -¿Por qué las otras empresas no están utilizando este tipo de método? -En primer lugar, es una pregunta que no es sólo tecnológica. Es una cuestión de las fuentes. Es necesario garantizar fuentes, y los permisos para esas fuentes que contienen cantidades significativas de salmueras. Todas las empresas que están desarrollando esta tecnología de extracción directa están negociando alguna participación en la propiedad o alguna licencia de la tecnología.
-Para entender mejor, las empresas que están extrayendo litio en la Argentina, empresas de Canadá, Australia, China y otros países, ¿están utilizando los métodos tradicionales? -El 100 por ciento de la producción se hace con el método tradicional. Hoy vivimos otra revolución, la de la Inteligencia Artificial (IA). En apenas quince años, en 2040, el 10 por ciento del consumo total de energía en el mundo se deberá a la IA ¿Por qué no están utilizando la nueva tecnología? -Primero porque es realmente nueva. -Usted creó su empresa en 2021, apenas. -Sí. Había algunas empresas que empezaron en los años 2010 de este siglo. Pero entonces no había una comprensión clara de que la demanda de almacenamiento de energía daría un salto tan enorme. Desde que nos dimos cuenta, lleva tiempo hasta que la tecnología alcanza cierta madurez.
Ya hay alguna implementación de esta tecnología en China, sobre todo. En otras partes del mundo hay muchas buenas fuentes de litio, incluida la Argentina, para la extracción de litio pero lleva tiempo: hay que perforar, hay que prepararse, construir, obtener permisos. -El proceso de llegar a un país con este negocio. -Sí. Respecto de la Argentina, quiero enfatizar que estamos todos emocionados con el clima económico, que está cambiando. Para nosotros, es un tema muy serio considerar la posibilidad de invertir en la Argentina y traer nuevas tecnologías aquí. No estábamos tan convencidos de que las condiciones económicas fueran lo suficientemente estables y liberales como para que vinieran empresas como la nuestra. Ahora seguimos los cambios y realmente afectan positivamente nuestras decisiones.
-Usted se reunió con la canciller Diana Mondino en febrero, en la visita de Milei a Israel. Y la semana pasada, tuvo un encuentro aquí en Buenos Aires con el ministro de Economía Luis Caputo y su equipo para discutir la inversión de 104 millones de dólares que usted quiere hacer en la Argentina. -Ése es el interés de los inversores con los que estamos hablando. -De acuerdo con su planteo, usted quiere hacer esta gran inversión porque la economía y el clima empresarial ha cambiado en la Argentina con la llegada de Milei al poder de Milei. Pero, ¿por qué no van a Chile donde hay una economía muy estable en el mismo espectro ideológico que Milei está tratando de crear en la Argentina, muy orientada al desarrollo de negocios? ¿Por qué Argentina en lugar de Chile? Chile es el número uno en exportación y producción de litio en todo el mundo.
¿Su decisión puede tener que ver con las regalías, que son muy bajas en la Argentina en comparación con Chile? -No, no realmente. Después de la Argentina, voy a Chile. Asumamos que no vemos un problema. -¿Entonces está pensando en invertir también en Chile? -No. Es una de las opciones. Estamos probando todo tipo de posibilidades. Uno de los principales mercados para los autos eléctricos es EEUU y Canadá, por supuesto. Hay iniciativas federales y leyes relacionadas con minerales críticos, incluido el litio, que apoyan su producción en los países con los que EEUU tiene acuerdos de libre comercio. En toda Sudamérica, y éste fue el tema de mi conversación con la señora Diana Mondino, Chile es el único país que tiene un acuerdo de libre comercio con EEUU. También discutimos que la Argentina está escalando sus relaciones comerciales con EEUU, que son críticas para nosotros.
Sólo para darle una idea, desde 2006, más del 80 por ciento de los materiales que se utilizaron para la fabricación de vehículos eléctricos se extrajeron en los países que tienen acuerdos de libre comercio con EEUU. Es un “regalo” de 7500 dólares del gobierno, que representa un tercio o un cuarto del precio del automóvil. Es muy significativo. Por supuesto, si se da un acuerdo semejante, eso afecta nuestra decisión de ir a la Argentina. Esto lo estábamos discutiendo con las autoridades de su gobierno.
En Chile, el rol de SQM, la Sociedad Química y Minera, la compañía líder en litio, es muy dominante. En la Argentina, la propiedad y los intereses están distribuidos o dados a las provincias. Esto me hace sentir mejor porque siempre que el gobierno central toma demasiado protagonismo, es mucho más difícil hacer negocios. La señora Diana Mondino es economista por formación, así que fue realmente cooperativa al discutir cosas no como política sino como economista.
¿Estaría dispuesto a invertir en la Argentina si las regalías aumentaran? Aquí, las compañías que extraen litio tienen que pagar alrededor del 3 por ciento en términos del precio del litio en la boca de la mina en comparación con el 60 por ciento que deben pagar en Chile en algunos casos. Si hubiera un aumento en las regalías que la Argentina impone a la extracción y exportación de litio, ¿estaría dispuesto a invertir de todas maneras? -Quiero compartir mis sentimientos. Pongamos la economía a un costado. Soy un partidario de larga data de las ideas económicas que ahora promueve su presidente. Creo que es la primera vez en la historia que se someten a prueba tales ideas en el terreno.
Otras ideas, como el comunismo, se han probado cientos de veces y todas han fallado. Las ideas socialistas han fallado. Pero las ideas libertarias nunca se han probado en la práctica. Así que me motiva un sentimiento personal a la hora de traer inversión a la Argentina y ayudar. Los cambios no sólo afectarán a la Argentina. Si tiene éxito, afectará a todo el mundo y eso dará lugar a un modelo que será seguido por otros países.
Esa es mi creencia. Ahora, por supuesto, el porcentaje de regalías de alguna manera afecta la decisión de inversión. Pero estoy bastante seguro de que la Argentina realmente necesita una llegada de inversión debido a la deuda externa y a las inversiones que se requieren. Creo que el gobierno tiene la capacidad suficiente como para hacer que las leyes o las condiciones sean lo suficientemente atractivas para nosotros. Si no es hoy, entonces será en un año. Hay interlocutores para hablar y discutir y acordar. En el área de grandes inversiones, habrá algunas regulaciones especiales. El gobierno está buscando ahora inversiones muy grandes. El litio es muy importante.
-En la Argentina, hay un debate respecto a la matriz productiva que se debería adoptar: si la Argentina debe ser una economía extractiva basada en commodities o si deberíamos enfocarnos en una economía de mayor valor agregado, por ejemplo, el desarrollo de industrias para producir baterías de litio aquí en la Argentina. Es un debate que nunca llega a una conclusión definitiva. La inversión que usted quiere hacer en la Argentina no sólo apunta a la extracción de litio. También tiene planeado construir un laboratorio.
¿Qué significa eso en su plan de inversión? -Creemos que necesitamos capacidades locales para probar la tecnología. Ya lo empezamos en otros lugares. Pero también pensamos que podríamos tener algún impacto en el clima general de la industria. Esto aportará ese valor agregado del que hablamos. No se puede comenzar una mejora de la educación sin tener la economía acorde.
Todo es parte de un sistema, y debería ir junto. Uno de los pasos en ese sentido podría ser el establecimiento de un laboratorio. La semana pasada ya discutimos la posibilidad de generar algún acuerdo en Salta, con un laboratorio para entrenar especialistas locales, y veremos. -¿La idea es entrenar a los especialistas en el método directo de extracción de litio? -Sería un entrenamiento en procesos químicos.
En La Plata se encuentra la primera fábrica nacional de celdas y baterías de litio de bandera argentina.
En La Plata se encuentra la primera fábrica nacional de celdas y baterías de litio de bandera argentina.-¿Pero estás pensando en sumar valor agregado y, por ejemplo, hacer el refinamiento del litio en la Argentina? China es el jugador más fuerte en el campo del refinamiento. -Sí. Hoy, más del 90 por ciento de las baterías se fabrican en el Extremo Oriente. Y lo cierto es que no se puede confiar en esa fuente de provisión. La situación geopolítica puede cambiar en una u otra dirección. No se puede depender tanto del suministro de un área muy concentrada.
El suministro debería estar distribuido. No soy la mejor persona a quien preguntarle sobre esto, pero el presidente Milei tuvo reuniones con Elon Musk. No sólo hay conversaciones sobre el aumento en el suministro dado. También hubo discusiones sobre el establecimiento de gigafábricas (fábricas de baterías) para que no sólo haya producción de materias primas sino también de dispositivos o de otros materiales como cátodos. Según mi visión de cómo se mueve el mundo, cuanto más complejas son las tecnologías involucradas, más educada debería ser la población. Esta población se generará en ese contexto. Creo que el Gobierno tiene la capacidad de generar leyes o condiciones atractivas para que invirtamos. Si no es hoy, será en un año -La tecnología como un incentivo.
-Sí. No es que tocas aquí y no se impacta en otro lado. Con este cambio en el campo de la energía, éste será el sistema que funcionará e impactará en el aumento general del nivel profesional.
Israel, la startup nation. ¿Por qué es pujante en el sector de tecnología? El rol del Estado
-En 2009, se lanzó un libro muy interesante, Start up nation. The story of Israel’s economic miracle. Los autores eran Done Senor y Saul Singer. Trataba de cómo fue que Israel se convirtió en una startup en el campo de la tecnología. Era el país líder en la lista de Nasdaq por la cantidad de compañías. Usted también es parte de ese ambiente.
¿Cuál es el papel del Estado y del sector privado en ese desarrollo del sector tecnológico en Israel? -Por cierto, la Universidad de Tel Aviv ocupa la primera o la segunda posición en el mundo por el número de exalumnos que fundaron unicornios. No es Stanford ni el MIT. Tres universidades israelíes están en el top ten. Significa que hay algo ahí.
Son varios factores, no uno solo. Hay un modelo. Cada nación tiene su modelo. En Israel, el modelo del éxito de las startups supone que hay que tomar un riesgo antes que no hacer nada. Por lo tanto, la actitud hacia el fracaso es completamente diferente que en muchas naciones. Las personas asumen riesgos, fallan, asumen otro riesgo. Y hay algo más: las fuerzas armadas juegan un papel muy significativo.
Hay una capacitación del ejército en tecnología para grupos seleccionados. Reciben una muy buena educación en tecnológica y también ganan experiencia en liderar proyectos a la edad de 20 años. Hay un apoyo estatal para la inversión. Hay muchos otros parámetros que hacen que Israel, un país dos veces más pequeño que Buenos Aires, tenga 10 mil startups. No sé cuántas startups hay en Buenos Aires, pero creo que debería haber algunas más.
Israel en guerra. ¿Cómo impacta en el clima emprendedor? ¿Qué rol juega el apoyo de Milei?
-No puedo evitar hacerle una pregunta sobre la situación que vive Israel y su gente después del ataque del 7 de octubre. Pero quiero conectar ese panorama con el ambiente de negocios en Israel. Usted planteó el rol de la certidumbre , cuán importante es un horizonte de certidumbre cuando se trata de invertir grandes cantidades de dinero. En medio de esta guerra que se da luego del ataque, en medio de la agitación política que vive Israel, dado la oposición y también el apoyo al primer ministro Bibi Netanyahu, ¿cómo están los hombres de negocios y las mujeres de negocios, cómo está reaccionando el ambiente empresarial a este nivel de incertidumbre? ¿Usted ha cambiado sus parámetros a la hora de tomar decisiones de inversión en Israel, o en otros países, debido a este escenario?
-El 7 de octubre es un enorme trauma para toda la nación. Es algo todavía difícil de digerir. Es realmente un trauma personal. Te despertás con un sentimiento completamente diferente sobre tu seguridad. Por lo general, organizás tu vida para sentirte seguro. Si hay alguna inseguridad, tratás de evitarla. Y en este caso, de repente, tu mundo se ve completamente atrapado en una dirección equivocada e inesperada. A mi gente y a mí mismo, ajustar nuestro cerebro y nuestro estilo de vida llevará algún tiempo. Esperemos que tengamos una cura para esto. La situación no es tan simple para nosotros en el mundo porque no recibimos el apoyo que merecemos.
Es una guerra entre una nación moderna que lidia con bárbaros, terroristas a los que no se le demanda al mismo nivel que a nosotros. Y esto es muy difícil para nosotros. Quiero mencionar que estamos realmente agradecidos con la Argentina. Es uno de los nueve países que votaron a favor de Israel en la última votación en las Naciones Unidas, donde no tenemos muchos amigos; tenemos muy pocos amigos. La Argentina es uno de los amigos más queridos de Israel. -El apoyo del presidente Milei a Israel, ¿también es un factor de negocio a considerar? -El apoyo es moral. No es sólo del presidente Milei sino de todo el pueblo de la Argentina. Al menos nos gustaría sentirlo así.
Y una vez más, estoy extremadamente agradecido por este apoyo. Vale mucho. Ahora, respecto del negocio, describí este polvo que estamos sintetizando directamente para la producción de litio. Nuestra planta de fabricación está a sólo 500 metros de la frontera de Gaza.
El contraste es total: hay una guerra en marcha y hay misiles. Pero estuvo fuera de servicio sólo por dos semanas y luego continuó operando. Y sorprendentemente, aunque nuestra economía está afrontando un gran gasto, el stock market no se vio afectado por la guerra. Significa que todavía hay confianza por parte de la comunidad internacional que invierte en tecnología. Nuestra empresa no sintió ningún impacto por la guerra. Pero la guerra no ha terminado. Pueden pasar muchas cosas, como los cambios de poder en las elecciones de muchos países. Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo y veremos cómo evoluciona.
Fuente: La Nación