Automotrices del Mercosur promueven abordar la electrificación desde las ventajas regionales
Industriales del sector automotor de la Argentina y Brasil resaltaron hoy la necesidad de afrontar regionalmente los desafíos de la transformación hacia la electromovilidad, con la integración y desarrollo de cadenas de valor, el aprovechamiento de los recursos naturales propios y el diseño de normativas e incentivos que permitan aprovechar las ventajas competitivas.
Así se planteó hoy durante el desarrollo del Capítulo Automotor del décimo Foro Empresarial del Mercosur, que se realizó en el Palacio San Martín, organizado de manera conjunta por la Cancillería, las cámaras empresarias del sector encabezadas por la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).
El debate abarcó la perspectiva de la transición de la industria hacia la movilidad eléctrica desde el sector de las terminales automotrices de la región, las empresas de autopartes y el eslabón de la comercialización.
El análisis se basó en un escenario actual y las proyecciones que la industria tiene sobre los distintos ritmos de desarrollo que el vehículo eléctrico tendrá en distintas regiones del mundo, con rápida aceleración en Europa, Estados Unidos y China, y la forma que la región podrá insertarse en los próximos años.
Entre las distintas propuestas se planteó la posibilidad de constituir una comisión para discutir la transición hacia la movilidad sustentable en el Mercosur, al entender que es un proceso de disrupción para la industria pero también de oportunidad y continuidad productiva.
En el mismo sentido, representantes brasileños se manifestaron a favor de discutir de qué forma y a qué velocidad debería avanzar la región para aprovechar sus ventajas competitivas, y atender la larga transición de los 1.500 millones de vehículos de combustión que hay en el mundo hacia los puramente eléctricos.
De la misma manera se señaló necesario promover la industrialización de los recursos naturales que requiere esta transformación tecnológica de la movilidad, lo que permitirá la transición y el fortalecimiento de los proveedores autopartistas como parte de la larga cadena de valor.
En la apertura del evento, el canciller Santiago Cafiero sostuvo hoy que la exportación es «la única salida, la más virtuosa» con la que cuenta la Argentina, y convocó no sólo al sector minero y de hidrocarburos no convencionales, sino también a la industria, en particular a la automotriz, para que sea el «nuevo vector» para incrementar las ventas al exterior.
«La industria automotriz es un testimonio en sí mismo de que se puede trabajar en un modo integracionista con nuestros vecinos», manifestó Cafiero en referencia a Brasil, en el marco de las políticas de movilidad sustentable que se imponen en el planeta.
Junto con Cafiero expuso el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Ignacio de Mendiguren, quien abogó por una Argentina que no sea «inquilina» de los recursos minerales, sino que pueda «participar con el desarrollo de tecnologías propias».
El extitular de la Unión Industrial Argentina (UIA) resaltó la decisión del Gobierno de acompañar al sector automotor «en una rápida integración», en el marco de «una verdadera revolución» en la transición hacia la movilidad sustentable, con vehículos híbridos o 100% eléctricos.
El presidente de Adefa, Martín Galdeano, resaltó que «el tamaño de las transformación no tiene precedentes y debe atender no sólo la sustentabilidad de los vehículos sino que tiene que estar alineada con la matriz energética de cada país y con su infraestructura disponible».
«Es muy importante -agregó al respecto- cómo articular todos los actores de una cadena de valor, las normativas, la relación público-privada, la matriz energética y la infraestructura en futuros escenarios en que el auto híbrido va a seguir traccionando muy fuerte en los países de la región».
En este proceso de transformación de la industria, Galdeano consideró que «la competitividad es clave para las tecnologías actuales y para el futuro electrificado, y lo primero que deben hacer las empresas es invertir, poner tecnología en las plantas y tener procesos de producción para exportar 70% de lo que fabrica, tanto terminales como las cadenas autopartistas».
El también presidente de Ford Argentina mencionó la importancia del marco impositivo y pidió debatir «cómo incentivar la producción para exportar en comparación con otros países que compiten, incluso con otras plantas de las mismas marcas, por lo cual es clave tener escala y condiciones de entrada a otros mercados».
Por su parte, el director de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) de Brasil, Henry Joseph Junior, dijo que «lo importante es el mercado regional, porque los países tienen producción complementaria en la gama de productos y en la industria de autopartes».
«Pero también es necesario pensar en la exportación, porque no es suficiente la región para las inversiones que habrá que hacer en los próximos años», señaló Joseph al plantear «comenzar a discutir políticas públicas para la región que den previsibilidad y un camino para las inversiones en producción».
No obstante, para el industrial brasileño «la región no puede perder su actual capacidad de desarrollo de vehículos y motores, y es preciso decidir hoy la producción de los próximos años teniendo en cuenta los plazos muy largos de trabajo para la electrificación».
«Muchas regiones del mundo -destacó- van a continuar los motores de combustión interna y vamos a poder seguir exportando a ellos, tenemos como satisfacer esas necesidad mientras las terminales de Europa, Estados Unidos y China se transforman para atender las demandas de sus mercados».
En el mismo panel que los dos directivos industriales de la región, el exministro Julián Domínguez, en representación del Sindicato de Mecánicos y afines del Transporte (Smata), enfatizó que «el cambio regulatorio que se debe dar para acompañar la transformación tecnológica hay que construirlo de manera compatible con el interés nacional y de la región».
«Como pocas veces hay coincidencia en que los próximos años los recursos naturales van a ser una extraordinaria oportunidad si nos preparamos para industrializarnos y generar valor agregado y desarrollar las cadenas de producción en origen», expresó Domínguez.
Al valorar el estudio conjunto que realizó la industria para desarrollar una Visión 2030 del sector, el representante sindical aseguró que «ni la Argentina ni Brasil tienen las mismas condiciones que los países que deciden sobre la transición energética, por eso hay que encontrar las formas en función de las propias capacidades, oportunidades y posibilidades reales».
Fuente: El Destape Web