Biohidrógeno: el camino hacia un futuro energético más sostenible y resiliente
Durante años, la generación de electricidad a partir de biogás ha sido la estrella, beneficiándose de robustos incentivos, como el feed-in tariff. Estas plantas no solo contribuyeron a sanear pasivos ambientales, sino que también desempeñaron un papel clave en la producción de electricidad.
Sin embargo, con el avance de la tecnología del upgrade a biometano, este último está asumiendo el protagonismo, y los incentivos para la generación eléctrica a partir de biogás van perdido su brillo.
A medida que las plantas de biogás avanzan hacia el biometano, las políticas públicas de incentivos para la generación eléctrica se desvanecen. Este cambio puede ser especialmente impactante para aquellas plantas alejadas de las redes de gas o sin industrias cercanas a las que vender su producción.
En este panorama desafiante, emerge el biohidrógeno como una solución que brilla con esperanza. Cada vez más innovadores, investigadores y expertos de la industria están explorando las soluciones que el biohidrógeno, aquel obtenido de materias primas biológicas, puede aportar a la ecuación de emisiones netas cero o incluso negativas.
Esto sucede cuando se extrae más CO2 de la atmósfera del que se agrega. A medida que las tecnologías de biohidrógeno continúan evolucionando, su potencial transformador se vuelve cada vez más evidente, allanando el camino hacia un futuro energético más sostenible y resiliente.
Producción de Biohidrógeno en la Industria Europea del Biogás
El sector europeo del biogás ha experimentado un crecimiento exponencial, con más de 20.000 plantas generando 223 TWh de energía en 2022. La industria está en un punto de inflexión importante, transitando hacia la producción de biometano.
De hecho, el futuro mix energético estará formado por una coexistencia de gases renovables, donde el biogás, el biometano y el hidrógeno desempeñarán roles complementarios. La producción de biohidrógeno a partir de biogás puede aumentar aún más la versatilidad y flexibilidad de las plantas de biogás, diversificando los productos energéticos y, por lo tanto, los posibles compradores de las plantas de digestión anaeróbica.
El Biohidrógeno se refiere al hidrógeno obtenido de fuentes biogénicas. Puede producirse a partir de biogás, pero también de una variedad de otras rutas de producción, como la gasificación de biomasa o la electrolisis microbiana.
La Asociación Europea de Biogás (EBA) participa en TITAN, un proyecto de I+D que explora una tecnología innovadora de producción de biohidrógeno. TITAN implica la conversión directa de biogás, mediante la fisión simultánea de biogás y la reformación seca de dióxido de carbono, para obtener biohidrógeno y materiales sólidos de carbono. El proyecto aborda las necesidades únicas de las plantas de biogás pequeñas, remotas o no subvencionadas, ofreciendo una ruta alternativa para valorizar el biogás de manera eficiente y competitiva en costos.
Las tecnologías que convierten directamente el biogás en biohidrógeno, como la tecnología TITAN, encuentran relevancia en segmentos de mercado o áreas donde las conexiones a la red son costosas, lo que las hace ideales para plantas lejanas a la red de gas natural.
A medida que los incentivos financieros para la producción de electricidad a partir de biogás se están eliminando gradualmente en algunas regiones, estas tecnologías se presentan como una opción viable, asegurando una producción de gas renovable más eficiente y diversificada con biohidrógeno.
También prometen en áreas con industrias intensivas en hidrógeno y carbono, convirtiéndose en una opción estratégica para plantas existentes que necesitan descarbonización en sinergia con los mercados locales.
El biohidrógeno destaca especialmente en áreas rurales, como una solución de energía verde de origen local, reduciendo costos y problemas asociados con el transporte de hidrógeno. Finalmente, en el contexto de escenarios más amplios de mezcla de energía, el biohidrógeno de biogás facilita el despliegue simultáneo de soluciones energéticas complementarias, alineándose con los objetivos de descarbonización de la UE.
Biohidrógeno: el cambio de Juego para las Industrias Verdes
En 2020, la demanda de hidrógeno en Europa alcanzó los 8,7 millones de toneladas. La mayor parte de la misma se destinó a refinerías e industrias de amoníaco (49% y 31% respectivamente), mientras que la industria química utilizó el 13% de la demanda total de hidrógeno. Desde 2015 hasta 2050, el Monitor del Hidrógeno Limpio estima un aumento siete veces mayor en la demanda de hidrógeno.
Para 2030, los proyectos industriales planean un consumo total de 5,2 millones de toneladas de hidrógeno al año. Sin embargo, estos sectores intensivos en energía están cambiando lentamente de fuentes fósiles a la utilización de hidrógeno verde y biohidrógeno, alineándose con los objetivos de reducción de emisiones.
En este contexto, el biohidrógeno emerge como una fuente de energía transformadora y un gas renovable de eliminación de carbono.
La industria del hierro y el acero es un ejemplo claro de un sector industrial que necesita urgentemente la desfosilización. La electricidad renovable por sí sola no es suficiente para descarbonizar el sector, y el uso de biohidrógeno puede duplicar eficazmente el crédito de carbono de las rutas de producción de acero basadas en hidrógeno.
De manera similar, en la industria química, el uso de biohidrógeno como materia prima puede revolucionar la producción de amoníaco basada en el reforming de metano con vapor. El uso de biohidrógeno en ese proceso puede reducir sustancialmente las emisiones de carbono asociadas y facilitar la producción de amoníaco carbono-negativo con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCS).
El proceso de síntesis de etileno experimenta una reducción notable de su huella de carbono mediante el uso de biohidrógeno carbono-negativo.
Además de las aplicaciones industriales, las moléculas transportadoras de hidrógeno, como el biometano, el biometanol y el bioamoníaco, ofrecen una solución para transportar hidrógeno de manera rentable. La integración de biometano e hidrógeno en la mezcla energética de Europa muestra sinergias prometedoras en términos de almacenamiento estacional y utilización de la red.
El bioamoníaco sirve como un portador directo y biológicamente producido de hidrógeno, ofreciendo versatilidad en aplicaciones energéticas. De manera similar, el biometanol se presenta como un combustible respetuoso con el medio ambiente para el transporte difícil de descarbonizar, con ventajas en seguridad y potencial para diversos productos derivados.
Una solución prometedora para el Paisaje Europeo de Energía Renovable
Las tecnologías de biohidrógeno ofrecen soluciones prometedoras para el paisaje de energía renovable de Europa. Especialmente los segmentos de mercado de biogás que enfrentan desafíos, como la gran distancia a la red de gas o la eliminación gradual de incentivos para la generación de electricidad en plantas de biogás, se beneficiarán de estas tecnologías.
El biohidrógeno no solo facilita la descarbonización industrial, sino que también se alinea con escenarios más amplios de mezcla de energía, contribuyendo a los objetivos de descarbonización de la UE.
A medida que el biohidrógeno continúa avanzando, se despliega la próxima frontera en energía renovable, prometiendo un futuro más resiliente y respetuoso con el medio ambiente.
Fuente: Bioeconomia.info