Claudio Puértolas: En Epec lo más difícil será gestionar la inflación
El nuevo presidente de la empresa provincial de energía señala que tras la reestructuración ejecutada y el pago total de su deuda, un desafío de la compañía será sostener las inversiones para mantener la calidad del servicio. También, acentuar la medición inteligente y afianzar la generación.
Encontrar un conductor para Epec nunca ha sido una tarea sencilla, máxime después de la transformación operativa que verificó esta empresa pública en los últimos años. Finalmente, quien fuera su gerente general durante la gestión anterior, Claudio Puértolas (56), fue el elegido para relevar a Luis Giovine en la presidencia, quien marchó a un puesto nacional.
Ingeniero industrial, egresado de la Universidad Tecnológica Nacional y con un MBA en la Universidad Siglo 21, tiene a su cargo la conducción de una de las principales compañías de todo tipo de Córdoba. Epec es gigante, compleja y crítica. “Nunca vamos a conseguir más que un empate”, bromea Puértolas.
El directivo considera que el principal desafío del año será la incidencia de la inflación sobre los costos y las inversiones, ratifica la continuidad de una Epec integrada, pero anticipa que todos los procesos “están sujetos a revisión” para garantizar los objetivos de la empresa.
“En los roles gerenciales uno tiene incorporado ese perfil de botines y casco, la presidencia en cambio es un poco más saco y lapicera. Creo que con la continuidad de políticas hay un reconocimiento a la gestión anterior, a un directorio que puso a la empresa en otro escalón, más arriba”, dice a La Voz.
–¿Cuándo entró a Epec?
–En 2005. Fue una situación particular porque no vengo del sector eléctrico sino de los hidrocarburos. Trabajé en Gas del Estado, luego estuve cerca de dos décadas en Ecogas, también pasé por la consultoría independiente. Cuando en 2005 se desregula el mercado de gas, los grandes consumidores debían procurarse los contratos en boca de pozo, el transporte y la distribución de ese hidrocarburo. El entonces presidente, Simón Dasenchich, me convocó.
–Para manejar la compra de combustible para las centrales, imagino.
–Claro, para eso. En 2006 salió el proyecto para la central Bicentenario, cuya primera idea era actualizar tecnológicamente la central Zanichelli. Participé en ese proyecto.
–Mucha gente no sabe que las centrales térmicas de Epec son grandes consumidoras de gas, gasoil y en su momento fueloil.
–Así es, cambiamos aquél proyecto a una central totalmente nueva de ciclo combinado en Pilar. Quedé entonces como responsable para conseguir los fondos que lo financiaran. Otro ingeniero se ocupaba de lo técnico. Más tarde ocupé la subgerencia general de Operaciones, luego me convocaron como director de Energías Renovables y más tarde la gerencia General.
–Hizo todo el caminito, ¿qué diferencias hay entre el servicio de gas y el de electricidad?
–El suministro de electricidad es de respuesta instantáneo. En el gas, la tubería tiene reserva para en el caso de un inconveniente no afectar la prestación del servicio. Con el agua sucede lo mismo, los domicilios cuentan con un tanque o una cisterna para algunas horas de autonomía. Pero con la luz no hay nada de eso.
–No existe una red para amortiguar el corte eléctrico.
–Acá la respuesta de los equipos se mide en segundos o milisegundos. Eso le da otro vértigo al servicio y, en consecuencia, a la conducción de la empresa.
–La sociedad suele tener una visión crítica de Epec pese a que aquí se produjeron cambios fuertes. ¿Cuál es su mirada de esa situación de la empresa?
–Es una empresa que ha sido saneada desde el punto de vista económico y financiero. Hasta principios de 2008, Epec todavía mostraba secuelas de procesos anteriores. Luego apareció la pesificación tarifaria que nos encontró en esa situación delicada de arrastre. Y más tarde el congelamiento de tarifas dispuesto por la Nación. En 2018 se tomó la decisión de sanearla tanto en los aspectos financieros como técnicos. Hoy está sin deudas.
–¿Comprende esa mirada inquisidora del consumidor, del cliente?
–La prestación del servicio ha mejorado muchísimo, hubo una gran inversión en transporte y distribución, más una actualización tecnológica de todos los sistemas, fundamentalmente en la plataforma comercial. La incorporación de la medición inteligente para los consumos es una referencia nacional e inclusive de países limítrofes.
–¿Arregló toda su deuda con Cammesa?
–Completamente arreglada. En 2017 emitimos un título de deuda por 100 millones de dólares, después se tomó un préstamo por otros 2.700 millones de pesos, equivalentes a otros 100 millones de dólares más. Ambos fueron cancelados y con la compañía administradora del sistema estamos al día.
–El Gobierno nacional apunta a la recomposición tarifaria para febrero o marzo, ¿qué puede pasar en el caso de Epec?
–Esas inversiones de las que hablaba nos permiten prestar el servicio con las pautas de calidad que nos exige el ente regulador (Ersep). Esto se va a sostener así un tiempo. Pero hay que seguir invirtiendo y para ello se necesita una alineación de costos y tarifas.
–¿Los aumentos en Córdoba pueden ser menores a los que aplique la Nación?
–Las boletas tienen tres ítems: energía, valor agregado de distribución (VAD) e impuestos. Lo que hasta ahora se escucha es solo para el gas natural domiciliario. Imaginamos que en electricidad ocurrirá lo mismo y se quitarán subsidios. Pocos usuarios pagan el ciento por ciento del costo real de la electricidad, solo los grandes usuarios y los residenciales de N1. Las categorías N2 y N3 tienen una componente de subsidio importante. Los T2 y T3, comercios y pequeñas industrias, tienen también subsidios.
–¿Ahí habrá una poda?
–Eso generaría un aumento por quita de subsidio en el componente de energía. Al VAD lo hemos venido ajustando en estos años con un factor de actualización trimestral, cosa que no ha ocurrido con las dos principales empresas de Buenos Aires. Si allá ocurre una actualización de las tarifas en el VAD, los ajustes seguramente serán más altos que los de acá.
–Es decir, ¿en Córdoba cuales serian las principales condiciones a tener en cuenta para afrontar el año?
–La masa salarial y las inversiones, cuyos costos están muy dolarizados porque se trata de insumos importados. El año pasado se hizo muy difícil conseguir cables especiales y transformadores. También fue un esfuerzo la importación de los medidores inteligentes.
–¿Es muy complejo poner medidores inteligentes nacionales? ¿Hay alguna traba tecnológica?
–La tecnología está desarrollada en el país, de hecho hay un fabricante de Córdoba. Un tema a resolver son las cantidades, el anteaño pusimos 140 mil medidores, son números muy importantes para cubrir con la oferta. El programa va a seguir. Además estamos haciendo un centro de control en el predio de la central Dean Funes. Para poder tener visibilidad usuario por usuario, debemos seguir adelante con esta iniciativa.
–¿Se mantiene la Epec integrada: generación, transporte y distribución?
–Sí, seguirá integrada. De hecho, en el área de generación, la más complicada porque al precio de la energía lo fijaba la Nación y no se actualizaba, ahora ya no hay déficit. Hemos ganado 11 proyectos de energías renovables, y otros cuatro proyectos técnicos para darle confiabilidad al sistema. Estos, todavía no tienen contrato firmado con Cammesa, como tampoco la actualización de la central Río Grande, pero vamos decididos por eso.
–En la reestructuración operativa, ¿quedan cosas por hacer o concluyó el proceso?
–Quedan cosas, hemos incorporado la mejora continua, todos los procesos están sujetos a revisión. Este tipo de empresas con tarifas reguladas deben trabajar fuertemente sobre los costos. Ya se hizo en la gestión anterior un trabajo muy importante pero hay que seguir entrenando.
–¿Gestionar la inflación va a ser el principal desafío del año?
–Creo que sí, gestionar la inflación porque gran parte de las inversiones están en dólares; la masa salarial, de un incidencia importante en el presupuesto, es actualizada de alguna manera con un índice y a las tarifas las tenemos en pesos.
–¿Está faltando afinar la información sobre la cantidad de cortes, duración y calidad de servicio? ¿Se puede avanzar más en ese campo?
–Sí, tenemos balances auditados, llevamos tres reportes de sustentabilidad, formamos parte de la red de Pacto Global de las Naciones Unidas, y vamos andando en ese proceso de transparentar la gestión. La Universidad Nacional de La Plata hace un reporte que nos indica que la calidad del producto que vendemos está en un nivel muy satisfactorio. Lo mismo que los cortes, los tenemos. Vamos a empezar a abrirlos.