Comenzó la construcción de la segunda central térmica: duplicará la generación energética
Está en marcha la construcción de la segunda central térmica, en General Virasoro para duplicar su generación energética a través de subproductos forestales. Ubicada estratégicamente en la planta de Fuentes Renovables de Energía Sociedad Anónima, la Central Térmica San Alonso contribuirá a abastecer al parque industrial y a la estabilidad de la línea que llega a Santo Tomé.
En la localidad de Gobernador Virasoro se encuentra instalada una planta de biomasa que, desde hace casi tres años, genera energía a partir de desechos de madera para inyectarla en el sistema eléctrico. Ahora, en el predio contiguo pero dependiente de la misma empresa, se construye una segunda central, que comenzará a operar ya el año que viene. La generación se duplicará y hay perspectivas más que positivas respecto de los avances que se van concretando.
Se trata de una planta que actualmente inyecta al sistema energético 36 MW, flujo que se duplicará a partir del año que viene, cuando se habilite otra que generará 37 MW. Fresa (Fuentes Renovables de Energía Sociedad Anónima) es la empresa que está operando desde 2020 y la que está en pleno proceso de construcción es CTSA (Central Térmica de San Alonso).
El proceso consiste en la quema controlada de restos de madera. Esto calienta agua que a su vez produce vapor para mover una turbina. A partir de ahí, se genera la energía eléctrica, que es brindada a las líneas nacionales que maneja Transnea, para luego ser trasferidas a la DPEC. La metodología busca ser amigable con el ambiente y por eso el agua es reutilizada en gran parte, quedando solo como desecho algunas cenizas, a las cuales también ya le buscan utilidad para el mejoramiento del suelo en los yerbatales. Para eso, están en contacto con la cooperativa Liebig y el establecimiento Las Marías.
El sistema utiliza chips (trozos pequeños) de madera, aserrín y el resultado del raleo; es decir, de las partes de los troncos que no son usados por aserraderos. Según señalaron desde la empresa, están utilizando cerca de medio millón de toneladas al año, que de otra manera hubiesen terminado siendo desechos.
También recolectan la biomasa de los residuos de los bosques y tienen el proyecto de implantar un bosque energético. Esto es la plantación de árboles para que su madera sea utilizada como generadora de energía. «Esta idea se está analizando porque no es estable la curva de oferta y demanda, el objetivo es darle un valor agregado al material», dijo el referente de la empresa.
Crecimiento zonal
Para evitar la contaminación de los camiones y también para que el impacto positivo se dé en la zona cercana a la planta, se dispuso que los desechos de madera no pueden provenir de un radio de más de 100 kilómetros. Igualmente, señalaron que «el promedio actualmente es de solo 24 kilómetros», indicó la ingeniera Adriana Steckler.
Además, con la misma mirada, trabajan con institutos de la zona para crear perfiles que puedan corresponder a lo que la empresa necesita en cuanto a mano de obra. Gran parte del personal es local y se formaron dentro de la compañía.
«Traemos de visita a alumnos de escuelas técnicas de la región para mostrarles dónde pueden aplicar sus capacidades», señalaron desde la empresa.
De y para argentinos
El 95 % de la composición de la empresa es de origen nacional. Los elementos tecnológicos en su gran mayoría son provenientes del país, al igual que el personal que se desempeña en Fresa, que son más de 90 actualmente. Adelantaron en este sentido que la intención es sostener esto en la nueva planta que está en pleno montaje.
La energía que se genera en la planta es inyectada a la zona, aunque con un paso previo y obligado por la distribuidora nacional, beneficiando al parque industrial de Virasoro, Rincón Santa María y Santo Tomé. Según detallaron, la central genera el equivalente a un 10 % de la energía que consume la provincia.
La inversión es también nacional y se estima que demandó alrededor de 60 millones de dólares cada una, solamente si se toma en cuenta la erogación inicial para instalar la planta y que empiece a funcionar, sin contar la tecnología que se va agregando con el correr del tiempo para mejorar la operatividad.
Fuente: Diario 22