Cómo será la suba de la luz y el gas desde mayo
La Canasta Básica Energética (CBE) fijará el consumo mínimo necesario de gas y electricidad, según la zona bioambiental del país en la que viva el usuario y la cantidad de miembros del hogar.
Durante más de dos horas y media, los funcionarios técnicos del Ministerio de Economía, de las secretarías de Energía y de Innovación, Ciencia y Tecnología y los entes regulatorios del gas y la electricidad expusieron vía streaming un detallado análisis sobre las deficiencias del mercado eléctrico y de gas actual.
Explicaron que actualmente se aplica un subsidio de manera ineficiente a la energía en todos los sectores socioeconómicos. Luego, dieron detalles de cómo será la implementación del nuevo esquema de subsidios, que comenzará a regir a partir de mayo.
El Gobierno especificó cómo estará compuesta la Canasta Básica Energética (CBE), que fijará el consumo mínimo necesario de gas y electricidad, según la zona bioambiental del país en la que viva el usuario y la cantidad de miembros del hogar.
El diseño de la CBE considerará el tamaño del hogar, que se divide en tres categorías de una o dos personas, tres o cuatro personas y cinco o más personas; y la biozona de residencia, clasificándose en seis niveles, desde una zona muy cálida (el noreste argentino) hasta una muy fría (el sur patagónico). Además, la CBE tendrá en cuenta el consumo promedio de gas y electricidad del mes en cuestión.
Por ejemplo, para un hogar de una o dos personas, que reside en una zona muy cálida, se considerará un consumo básico de gas de 24 m3 y de electricidad de 304 kwh. Para ese mismo hogar, en una zona muy fría, se toma en cuenta en enero un consumo de 145 m3 y de 120 kwh. A continuación está la tabla que publicó el Gobierno en la audiencia pública.
La segunda pata de la implementación del nuevo esquema de subsidios es comparar el costo total de la CBE con los ingresos del hogar. El Gobierno subsidiará una parte de la CBE cuando supere un porcentaje de los ingresos, que variará según el nivel de ingresos totales del grupo conviviente en el hogar.
Es decir, si un hogar está entre el 10% más pobre del país y recibe ingresos totales del grupo conviviente menores a $132.749 por mes, el Estado subsidiará el costo del CBE cuando supere el 2% de esos ingresos. Es decir, el usuario pagará $2655 (el 2% de $132.749) y el Estado cubrirá el resto del costo del consumo considerado por la canasta básica energética a través de una transferencia directa o por un descuento en la factura. Si la familia se excede del consumo establecido en la CBE, deberá pagar la diferencia.
A continuación está la tabla indicativa que muestra el porcentaje máximo del costo de la CBE sobre los ingresos que subsidiará el Estado.
El Gobierno utilizará la base de información del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), que se implementó durante la gestión anterior. A partir de ahí, se identificará el número de convivientes del usuario residencial, la localidad de residencia y la energía utilizada (si consume solo electricidad, electricidad y gas por red o electricidad y garrafa). Luego se cruzará esa información con la base de datos del Plan Hogar (garrafas) de la Anses y el de la de personas fallecidas del Renaper.
“No se va a requerir un nuevo empadronamiento para aquellas personas que ya han solicitado el subsidio mediante el formulario RASE. Los que ya estén inscriptos en el RASE podrán actualizar sus datos en el nuevo formulario a publicar por esta Secretaría. En función de las diferentes variables y las fuentes de información, se calibrarán los posibles resultados y se establecerá el régimen y los beneficiarios alcanzados por subsidio, total o parcial, sobre la CBE. Se contemplará la gradualidad en la implementación del nuevo régimen”, dijeron en la audiencia pública.
El Gobierno dijo que habrá un informe final sobre lo discutido en la audiencia que se publicará el 10 de marzo. El 10 de abril, en tanto, estarán los detalles que establezca el nuevo régimen de subsidios.
Críticas al esquema de subsidios actual
Los funcionarios técnicos dedicaron buena parte de la exposición a criticar el esquema actual de subsidios. “Estos regímenes tienen y utilizan criterios superpuestos y contradictorios”, señalaron.
Dijeron que un usuario que se encuentra en situación de vulnerabilidad económica “puede estar recibiendo hasta tres beneficios de manera simultánea: tarifa social, RASE y Zona Fría”.
Con relación al subsidio por Zona Fría, que fue ampliado durante el gobierno anterior por iniciativa del diputado Máximo Kirchner, los funcionarios dijeron que es aplicado a todos los usuarios de cualquier poder adquisitivo, sin límite de cobertura y que se incluyen zonas calificadas como cálidas, como por ejemplo Rosario, Santa Fe. “Dos tercios de la superficie del país es considerada Zona Fría”, dijeron.
Por otro lado, señalaron que “ser titular de un Certificado Único de Discapacidad (CUD) o de una pensión como Veterano de Guerra no denotan por sí sola la necesidad de ayuda económica”.
Luego detallaron que, actualmente, los usuarios residenciales pagan en promedio el 45% del costo de la electricidad y solo el 17,5% del costo del gas, como ya habían explicado en las audiencias públicas anteriores.
“El principal problema del esquema implementado en 2022 es que subsidia la oferta y no la demanda. El subsidio afecta sobre los precios generales, y, por lo tanto, no se direcciona únicamente a los que lo necesitan. Tampoco se contempló una segmentación por zona bioclimática. Se consideró una necesidad de energía equivalente en todo el ámbito de jurisdicción nacional”, dijeron.
Y siguieron: “Tampoco se estimó la variación de necesidad entre gas y electricidad que hay a lo largo del país. El decreto considera el mismo porcentaje de consumo para todos. En el segmento de ingresos bajos N2, de mayores subsidios, no hay límite de consumo. Los usuarios subsidiados pueden consumir toda la energía que deseen sin racionalizar. Para el segmento de ingresos medios (N3), se estableció un límite muy alto (400 kWh/mes y 650 kWh/mes para el NOA), que tampoco promueve el consumo racional. El 80% de los usuarios consume menos que esa cantidad”.
Finalmente, dijeron que “otorgar beneficios sin límite de consumo, deriva en consumos ineficientes y mal uso de los recursos, saturaciones del sistema, y cortes en los suministros. El sistema de subsidios no ofrece la oportunidad de generar señales de precio que lleven a los usuarios a dimensionar el verdadero costo de la energía que consumen”.
Fuente: La Nación