Cooperativas eléctricas: ¿Crisis a la vista?
Muchas de ellas tienen deudas con las proveedoras y temen por quebrantos. El sector reclama actualización de tarifas. La Provincia asiste con subsidios, pero reconoce que “no alcanzan”.
La relación de los usuarios de grandes centros urbanos con las empresas que proveen el servicio eléctrico suele ser virtual. Por el contrario, los habitantes del interior mantienen un vínculo más cercano con las cooperativas eléctricas, aunque estas suelen, por lo general, cobrar más caro por el servicio que el resto de las empresas.
En la provincia de Buenos Aires son 200 las que proveen de servicio a pueblos y localidades, que se verían en serias dificultades si, como resultado de un quebranto, aquellas dejaran de existir. Bajo el control y supervisión del OCEBA (Organismo de Control de la Energía de la provincia de Buenos Aires), se dividen el mapa territorial en cuatro grandes zonas: Norte, Sur, Atlántica y Capital, con dimensiones diferentes.
Entre las varias entidades que las representan (FEDECOBA, APEBA, FICE, FACE, CRECES y FECOOSER), las “coope” brindan servicios a más de un millón de usuarios, muchas veces sumando otros ítems a su oferta, como agua, televisión por cable y hasta seguros. A partir de la llegada del Frente de Todos a los gobiernos nacional y bonaerense, sumada a la pandemia, la situación de las cooperativas eléctricas comenzó a complicarse.
Con una inflación que se ha desatado con toda la furia en los últimos meses, el atraso tarifario pone en jaque -aseguran- la viabilidad de muchas de ellas. “En estos tres años de gobierno en Nación y la Provincia, nuestros insumos aumentaron más de 300 por ciento, incluyendo materiales y pago de sueldos.
Mientras tanto, solo se nos ha autorizado un incremento en las tarifas de menos del 60%, algo que se mantiene aún después del fin de la pandemia”, señalaron días atrás los cooperativistas en un encuentro que mantuvieron con senadores de Juntos. El reclamo de las cooperativas es un grito desesperado por el atraso en los números de sus boletas que, sostienen, los pone en una complicada encrucijada.
“Además de los costos, que son superiores a las de otras actividades, y del congelamiento tarifario, también nos complica que el Estado nacional bajó los subsidios a la distribución de energía eléctrica, que se hace a través de Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.), sin que nosotros podamos trasladar ese incremento a las tarifas”, se quejan.
Los referentes del movimiento sostienen que hay cooperativas que están al borde del quebranto, porque son volúmenes de deudas muy importantes. “Hasta ahora no hubo quiebras porque Cammesa no nos interrumpe el suministro de energía, pero cada vez nos intima con más fuerza y las cooperativas vislumbramos que en algún momento va a haber alguna acción judicial”, indican, no sin un dejo de pesimismo.
En aquella renión que mantuvieron con legisladores opositores, los cooperativistas refirieron que la Subsecretaría de Energía anunció hace un par de meses un subsidio de 4.800 millones de pesos, pero las cooperativas evalúan que ese monto alcanza para cubrir el quebranto de un solo mes para el movimiento cooperativo eléctrico; es decir, un mes de facturación.
El desembolso está a punto de realizarse y contempla apoyar el mantenimiento e inversión en bienes de capital. Será distribuido según facturación y les será transferido el monto luego de la rendición ante el OCEBA. A la asfixia económica, los cooperativistas suman otro dolor de cabeza: por una cuestión estatutaria y legal, los directores de las cooperativas son solidariamente responsables con la entidad.
Eso significa que en el supuesto caso de que Cammesa un día decida dejar de intimarlos e iniciarles juicio para cobrar, los directores pasan a ser responsables de la deuda con su patrimonio. “La mayoría compra a Cammesa, mientras que otras son subprestatarias de las empresas privadas adjudicatarias de las regiones”, mencionaron desde el movimiento cooperativo, en referencia a compañías como EDEN, EDES, EDESUR o EDEA, por caso.
La dimensión del problema es enorme, y así lo evaluaron los legisladores opositores en su encuentro con las cooperativas mantenido en la Legislatura provincial. “Si hablamos de que 4.800 millones de pesos es el quebranto de un mes, multiplicado por doce meses nos daría, contando más de un año de retraso, una cifra casi similar a la que los municipios piden como fondo de obras y seguridad para el año próximo”, señaló un senador radical del interior.
El subsecretario de Energía de la Provincia, Gastón Ghioni, aseguró a La Tecla que en el sector de las cooperativas “hay necesidades puntuales; el acompañamiento está, por eso hay otros aportes de Provincia y Nación, que condonó deudas por el congelamiento de estos años. También Cammesa les dio 96 cuotas para saldar la deuda, hay que ir caso por caso. Hay cooperativas que tienen una situación crítica, eso es cierto, pero ni siquiera se resuelve con tarifas o con aportes”.
En tal sentido, el funcionario añadió que “incluso muchas pudieron estar al día con Cammesa, porque no pudieron financiarse y retuvieron el pago a la empresa. Es un sector heterogéneo: hay cooperativas pequeñas, rurales, con pocos usuarios, y otras muy grandes en ciudades importantes de la Provincia”.
En referencia a la política de no autorizar traslados a las boletas de luz explicó que “no incrementar tarifas no es un principio rector de nuestra política energética en la Provincia, tiene que ver con estos años que fueron críticos. Ahora estamos hablando con Nación, empezó la segmentación y habría que revisar los subsidios”.
Además consignó que “las cooperativas eléctricas también tienen un fondo compensador, muchas de ellas reciben más dinero de este fondo que de las tarifas mismas; por eso hay que ir diferenciando hacia adentro. No es homogéneo, lo del fondo compensador lo recibieron, pero igual estamos viendo, porque algunas nos pidieron ayuda por el déficit de transporte, que necesitan ser socorridas en el verano”.
Además puntualizó: “Los subsidios son importantes. ¿Son suficientes? No, porque los costos se estimaron con las proyecciones de inflación que teníamos a principio de año. Pero así y todo se les dio un excedente del fondo compensador. Hay que ver cada caso en particular. Nos piden subsidios, tarifas, pero no hay forma de solucionarlo si ellos no ordenan un poco más su administración. Por suerte son las menos”. Y finalizó: “Con ellas hablamos todas las semanas, el diálogo con las cooperativas es permanente”.
“La situación actual nuestra hoy es muy, muy complicada, afecta a las grandes, las medianas y las chicas, sin distinción”, aseguró el vicepresidente de Fedecoba, Angel Echarren. Y añadió que “acá, las tarifas las pone el Estado provincial, nosotros no decidimos los valores”.
Al respecto agregó que “en 2019 no hubo ninguna actualización del Valor Agregado de Distribución (VAD, lo que les queda a las cooperativas, quitando el valor de la energía), con una inflación superior al 50%; lo mismo en 2020, con casi 40% de aumento del costo laboral e inflación. En 2021 recién nos autorizaron un 15% y nos dieron un subsidio por única vez, que equivalió al 20% del VAD; fue bueno, porque fuimos el único sector eléctrico que recibió subsidios. En 2022 pudimos subir el VAD otro 32%, más un 10% acumulativo, un poco más del 50%, contra inflación del 250%”.
En cuanto al subsidio de este año destacó que “para cobrarlo vamos a tener que hacer inversiones, que ya las venimos haciendo, pero ahora no les alcanza”. En tal sentido añadió que “muchas cooperativas habían acordado planes de pago con Cammesa pero no los pueden cumplir. Es como en una casa: cuando la plata no alcanza, elegís a quién dejás de pagar; y en este caso no pueden dejar de pagar a los trabajadores, tampoco a la AFIP ni al proveedor local, a la empresa de la comunidad que le vende a la cooperativa, con el derrame que ese circuito significa en los pueblos. Y, bueno, elegís postergar el pago al que te vende la energía, o le pago un porcentaje mínimo”.
Echarren remarcó que “las cooperativas reinvierten las ganancias, no se reparte entre los accionistas por el rol social que tienen”; y reconoció que hay algunas que ya están recibiendo avisos o advertencias por parte de Cammesa.
Dijo además que “se está generando una situación difícil para los responsables de las cooperativas; son vecinos, puede ser el mecánico, el presidente, y les están creando un problema cuando el atraso del pago es por la situación. Tenemos que seguir dando prioridad al pago a las empresas locales, que nos venden hace cincuenta años. No hacer eso sería romper la rueda financiera local”.
Luego de la reunión que mantuvieron senadores de Juntos con los representantes de las cooperativas, el radical David Hirtz aseguró que “nos vinieron a plantear que tienen una situación casi insostenible, donde la gran mayoría de las cooperativas están intimadas por Cammesa por las deudas que tienen”. Además refirió que “el problema para ellas es grave, porque no tienen otros recursos. Si bien hay varias que tienen otros servicios, ninguno es comparable con el volumen del eléctrico”.
El ex jefe comunal de Adolfo Alsina sostuvo: “Nosotros los escuchamos, compartimos su preocupación, les dijimos que no está en nuestras manos resolver esta problemática. Ellos dicen que el Gobierno provincial les dice que entienden el problema pero que su política es no trasladar el impacto inflacionario a la tarifa”. Hirtz añadió que “en el 90% de los lugares donde las cooperativas prestan el servicio urbano, el alumbrado público depende de ellas. Lo mismo pasa con la luz en las reparticiones públicas”.
Fuente: La Tecla