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La cultura de la sostenibilidad a nivel corporativo comenzó a ganar espacio en los últimos años. Sin embargo, en ocasiones, prima la falta de conocimiento e incentivos necesarios para proyectar el crecimiento de manera sostenible y sustentable.

Con el foco en ese tipo de desarrollo nació la Agencia San Juan de Inversiones (ASJI), organismo autárquico dependiente del Ministerio de Producción, Trabajo e Innovación (hoy a cargo de Gustavo Fernández) de la provincia, en 2007. Contribuye a través de distintas iniciativas al desarrollo sostenible, el progreso y el bienestar del distrito.

Para conocer más sobre el trabajo que encara la institución dirigida por Martín Palisa y cómo impactó en la matriz productiva, GREENBOX dialogó con Lilia Rosselot, Coordinadora de Herramientas de Triple Impacto, y Analía Montoro, Subgerenta de Proyectos en Sector Privado.

Actualmente, entre los proyectos que llevan a cabo, destacan dos de trascendencia internacional: uno con Naciones Unidas (de triple impacto para el desarrollo sostenible) y otro con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

GB: ¿Por qué es importante que las empresas adopten o se dirijan hacia un modelo de triple impacto? ¿Qué implica para la economía local?

Las empresas tienen un rol activo y con su accionar pueden ayudar a solucionar problemas ambientales y sociales de la provincia. Por eso tratamos de darles herramientas a las MiPymes para que en su gestión diaria puedan adoptar acciones de este tipo.

Incluso muchas ya las implementaban, pero no las identificaban, no las medían ni reportaban. Por eso tenemos dentro del programa de Triple Impacto uno que consiste en enseñarles a elaborar su reporte de sostenibilidad.

En lo financiero, tratamos de dar incentivos o “zanahorias” para que quieran migrar a este tipo de modelo. Por ejemplo, si haces una inversión que no tiene en cuenta la eficiencia energética o la gestión de residuos, tenés una tasa determinada; de lo contrario, habrá una diferente.

GB: ¿Con qué desafíos se toparon cuando comenzaron a trabajar en la provincia, en función de la situación general de las compañías?

El desafío fue principalmente al principio, cuando nos comunicábamos con las empresas y les decíamos que queríamos trabajar con esta impronta. A muchas les interesaba y se sumaban, pero otras, que son familiares, más conservadoras, no entendían cómo podían ganar con este modelo. Y cuando se trabaja la sostenibilidad, si no está el compromiso de la alta dirección, que lo derrame hacia abajo, es muy difícil.

En el caso de las empresas que exportan, que tienen contacto con el exterior, sí ven resultados más rápido porque incluso sus clientes les piden que trabajen de esa manera. También hay muchas empresas de servicios mineros en San Juan, que trabajan en obtener su licencia social o mantenerla, y la compañía tractora ya les pide que trabajen con determinados estándares.

GB: ¿Es posible un desarrollo sostenible en el ámbito de la minería?

La minería es necesaria porque para trabajar con energías renovables o para tener un celular, o baterías, necesitás los minerales. Lo que se busca es fomentar e impulsar la actividad de manera responsable, que cuide el medio ambiente, a la comunidad, que deje derrame allí. San Juan es 90% roca, entonces económicamente es una actividad central. Debe hacerse de forma cuidada, responsable, que deje capacidad instalada, que no sea “sacar” e irse.

Sí ocurre que tiene mala fama o mala prensa, está estigmatizada. Por eso es necesario hacer campañas para comunicar bien: cuando se hace minería, tiene que tener una licencia social para operar. Que es muy difícil de obtener, y se puede perder rápido. Hay que conservarla porque, sino, acá no pueden operar.

GB: En el caso de San Juan, ¿por qué la energía renovable es fundamental para el desarrollo?

San Juan es de las provincias en las que más campos de paneles solares hay, y cerca del 50% de la matriz energética es de renovables. Todo el año hay sol, entonces se dan las condiciones para que se pueda explotar y a la provincia (como ha expresado el propio gobernador Marcelo Orrego) le interesa que esa matriz siga creciendo. La energía tradicional, no renovable, es más cara y está muy subsidiada.

En donde más se está invirtiendo es en equipamiento, maquinaria de eficiencia energética, paneles solares y bombas solares para el riego.

La mayoría de los créditos que se solicitan están en un 90% orientados a eso, e incluso nos han consultado desde otras provincias,ya que acá tienen un crédito específico del BID con tasa al 59% si invierten en un parque fotovoltaico.