Cuáles son los temas de la agenda sustentable 2022
A qué temáticas les darán prioridad las organizaciones en este año post pandemia. Hay problemáticas transversales a todos los sectores y otras que son de cada rubro en particular. Cuáles son
Los desafíos para logar un mundo sostenible parecen cada vez más grandes, principalmente después de casi dos años de pandemia y sumado a la urgencia planteada en la COP26, para lograr la meta del 1.5° del Acuerdo de París. Por lo tanto, hay mucho para hacer desde diferentes aspectos.
Entonces ¿Qué temas prevalecen? ¿Cuáles serán los más relevantes durante este 2022? ¿Cuáles eligen las empresas? Para responder estas preguntas, desde el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS) todos los años activan una Unidad de Inteligencia conformada por parte del staff y, de otros colegas de la región, para identificar los impactos regionales y locales de tendencias globales.
«Un criterio que utilizamos es cuando los gobiernos locales manifiestan interés por agendas que están bajo el paraguas de Convenciones y Acuerdos Internacionales. Ahí se verifica el caso de una tendencia global que tiene o va a tener relevancia local. Ejemplos de ello son la agenda climática y en menor medida de biodiversidad», explica Sebastián Bigorito, director Ejecutivo del Ceads.
Para conocer las tendencias a nivel país tienen en cuenta las tendencias regulatorias locales. «Por eso hay que analizar los proyectos de ley en el congreso, sabiendo que son resultado, al menos por ahora, de la influencia de la opinión pública, interpretaciones de situaciones de coyuntura o de la incidencia de organizaciones y movimientos ambientalistas.»
En cuanto a los ejes estratégicos para las empresas, dependen cada vez más del sector y de la industria. Pero en términos generales, según Bigorito, la post pandemia apresuró las siguientes agendas: Climática/Naturaleza; Derechos Humanos y Empresas/Inclusión y Diversidad; y Materiales y Economía Circular.
Para profundizar las tendencias particulares, dialogamos con empresas referentes de diversos sectores con el objetivo de conocer cuáles serán sus principales ejes de trabajo vinculados a la sostenibilidad.
EL DESAFÍO DE LA ENERGÍA
En primer lugar, la transición energética es clave para bajar las emisiones. Esto abarca varias aristas, como plantea Charly Karamanian, responsable de Sostenibilidad e Innovación de Enel Argentina: «Los pilares más importantes para que el sector energético alcance la sostenibilidad son la descarbonización, la electrificación de los consumos y la digitalización de infraestructura; y, de manera transversal, la economía circular». La energía es responsable de unos dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
En el segundo pilar nombra la electrificación de los consumos, tanto en los hogares, en la industria y todo lo relativo a la movilidad eléctrica. «En la transición hacia la movilidad 100% eléctrica, el hidrógeno verde tendrá un rol muy importante», informa Karamanian, especialista en el tema.
En tercer pilar, señala la digitalización. En este punto, la industria está actualizando la infraestructura de las redes de energía a redes y medidores inteligentes, para habilitar servicios de valor agregado como inyección a la red, donde cada usuario puede convertirse en generador y a fin de mes abonar la diferencia entre lo producido y lo consumido.
Además de estos tres pilares, la industria se está convirtiendo en uno de los principales impulsores de la economía circular, ya que la infraestructura de distribución utiliza grandes cantidades de materias primas como cobre, aluminio, hierro y otros materiales críticos, para el tendido de cables y transformadores. En este caso las energías limpias demandan materiales como fibra de vidrio, fibra de carbono, silicio y litio para la producción de generadores eólicos, parques fotovoltaicos y almacenamiento de energía.
«Para cumplir con los objetivos de ser carbono cero para 2040, debemos escalar varias tecnologías existentes y desarrollar otras tantas», indica sobre los desafíos Karamanian.
Por último, en la Argentina, las principales dificultades tienen que ver con el contexto económico y la imprevisibilidad. La consecuencia: «Complica llevar adelante las fuertes inversiones iniciales que requieren los nuevos proyectos de energías renovables», subraya.
EL ROL DE LAS FINANZAS
«A nivel global, se estima que los impactos del cambio climático le costará a las empresas más de u$s 1 billón. La sostenibilidad representa, probablemente, la mayor disrupción en los negocios que la humanidad tenga que enfrentar», advierten desde BBVA en Argentina. En este sentido, agregan que: «los bancos tenemos que ser catalizadores de la transición hacia un mundo más sostenible financiando y movilizando capital para frenar el cambio climático.»
Consultados por la congruencia entre la agenda internacional y local, indica que a nivel mundial la tarea más urgente de la humanidad es revertir el cambio climático. En ese sentido, el mundo necesitará gastar $500 billones en esta tarea para 2050, lo que representa el 5% del PIB mundial, siendo la mayor inversión en la historia de la humanidad. Por lo tanto, «La agenda tiende a ser única, porque la naturaleza es un bien común que todos los países comparten; de todas maneras, los países centrales de Europa son los que vienen liderando los cambios, y avanzando mucho más rápidamente».
El caso de Latam, todavía es muy dependiente de gas y petróleo, implica una curva de conversión relativamente más lenta. En cuanto a nivel país, observan una gran oportunidad en toda la cadena agroalimentaria y de energías renovables.
De todas maneras, más allá de las diferencias que puedan darse en estos temas, desde el banco, aseguran que: «en los objetivos ambientales, la agenda común firmada por los países y reafirmada en la última COP 26 en Glasgow obliga al sector a buscar soluciones financieras que puedan aplicarse de manera uniforme en diferentes geografías y sociedades».
Consultados por los desafíos, aseguran que los principales estarán asociados al acoplamiento que puedan hacer desde el sistema financiero a los plazos y costos que demandan los grandes proyectos de inversión, que requieren otro tipo de estructuras crediticias. «Seguirá siendo un gran desafío el encontrar proyectos de inversión sustentable, y la factibilidad de su desarrollo».
Otro desafío que enumeran es comunicar lo que está ocurriendo con el medio ambiente. «La conciencia puede ser menor en los mercados emergentes, a pesar de que estos serán los más afectados por los efectos del cambio climático».
Vinculados a los consumidores, desde BBVA en Argentina observan que en particular los jóvenes, son los que van a demandar las mejores prácticas y políticas sustentables. En esta línea, ya se observa que ciertas actividades económicas comienzan a perder interés entre el público inversor calificado, dejando de invertir en aquellas actividades que no son sustentables. Por ello, «estamos convencidos de que el público consumidor también irá decantando hacia productos y servicios en los que sientan que, el respeto por el planeta y por la diversidad son la prioridad en su concepción», finalizan.
QUÉ PASA CON LOS ALIMENTOS
A nivel global, a partir de los desafíos que presenta la Agenda 2030, se está instalando cada vez más en la agenda de sostenibilidad la necesidad de que se produzcan cambios sistémicos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En esta agenda, toma relevancia la transformación de los sistemas alimentarios, es decir, la forma en que la humanidad produce y consume los alimentos. En este contexto, desde Arcor, indican que los sistemas alimentarios presentan diversos desafíos relacionados con la resiliencia frente al cambio climático, la accesibilidad, la contribución a una vida saludable.
Asimismo, afirman que a nivel local esta agenda también se está instalando, con los matices propios del país y de la región. «Notamos gran interés de la comunidad internacional en el potencial que tiene Argentina para producir alimentos en forma sustentable, del campo a la mesa».
En cuanto a los consumidores, explican que, -en especial las nuevas generaciones- demandan cada vez más que las empresas desarrollen sus actividades en armonía con el ambiente y la sociedad. «En relación con los alimentos, existe una preocupación creciente por su origen, desde la producción primaria hasta la disposición final del envase de un producto.»
Por último, sobre los retos de este 2022, indican que la transformación de los sistemas alimentarios involucra grandes desafíos, como satisfacer una demanda creciente de alimentos accesibles, saludables, adecuados a las preferencias y necesidades de consumidores diversos. «Y hacerlo mitigando el impacto en el cambio climático, desarrollando cadenas de valor sostenibles y resilientes, y promoviendo la economía circular. Hacer frente a estos desafíos requiere de la integración y colaboración de todos los actores de la sociedad.»
Para finalizar, no se puede dejar de lado la situación Ucrania-Rusia. En este sentido, retomando las declaraciones de Bigorito, advierte que «Hay que estar muy expectantes del impacto que el conflicto bélico estaría generando en varios frentes con posibilidades de impactar en la Agenda de Sustentabilidad, principalmente por tener que competir con una coyuntura de nivel de urgencia, que puede opacar la «importancia» de los compromisos globales en materia de Sustentabilidad». Además, y debido al conflicto bélico, «se visualiza una nueva volatilidad en los precios de las commodities y en la logística global, que desde ya van a interferir en las transiciones de los sistemas energético, alimenticio y de infraestructura, justo cuando estaban empezando a tomar velocidad. Claramente, las agendas de sostenibilidad son agendas de paz y colaboración», concluye.
Fuente: Cronista