Dan energía a una ciudad a partir de su granja porcina
Se trata de Grupo María Elena, que transformará los desechos de esa producción para abastecer a General Villegas y cubrir así un tercio de su necesidad
Juan Martín Ospital (50), es gerente general de una empresa que produce biogás a partir de purines de la producción de cerdos y de silaje de maíz, que se convierte en electricidad para aportar energía a la ciudad de General Villegas (16.000 habitantes), en el noroeste de la provincia de Buenos Aires.
El establecimiento San Marcos es integrante del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (CREA) América, tiene 6000 hectáreas y está ubicado entre la Estación Elordi y Villa Sauce. Desarrolla planteos agrícolas en siembra directa desde hace muchos años, con maíz, soja y trigo como principales integrantes de la rotación.
El 100% del grano de maíz producido es consumido en dos granjas de cerdos con 1100 madres (580 en General Villegas y 520 en Saladillo) y en un feedlot, en tanto que un tercio de la soja cosechada se canjea por harina con el mismo destino.
El biodigestor funciona con un tipo de bacterias anaeróbicas capaces de transformar los desechos porcinos y el silaje de maíz molido, mezclados en determinadas proporciones, en gas metano azufrado, en un ambiente con 37º-40°c
La granja porcina de General Villegas tiene 13.000 metros cubiertos. El 100% de los animales está en confinamiento con clima controlado. Durante la cría, la mayor parte de las chanchas está libre dentro del galpón, para cumplir con las últimas demandas de bienestar animal. Tres días antes de la parición pasan a la sala de partos, donde alumbran un promedio de 18 lechones. Luego van a jaulas durante 28 días.
El campo también cuenta con 600 hectáreas de pasturas cultivadas para recría de terneros que vienen de otros campos de la firma, en San Luis y Trenque Lauquen, y son terminados en el feedlot. En la empresa trabajan 83 personas.
En un principio, los efluentes de la granja porcina se trataban a través del paso por distintas lagunas depuradoras, para luego ser distribuidos en el campo. Con la ambición de cambiar, en 2017 la empresa presentó un proyecto de producción de electricidad a partir del gas de la fermentación de los purines porcinos al programa Renovar II.
“Ganamos la licitación e iniciamos la construcción de dos biodigestores con tecnología de punta”, señaló Ospital. Están dimensionados para consumir el total de efluentes de la granja más la producción de 500 hectáreas de silaje de maíz. Tienen 23 metros de diámetro por ocho de alto.
La inversión en los biodigestores, generadores y circuitos anexos para producir gas y electricidad demandó varios millones de dólares, que se financian con créditos. El período de repago se calcula en siete años.
El biodigestor se puede considerar un “rumen gigante”, según Ospital. Funciona con un tipo de bacterias anaeróbicas capaces de transformar los desechos porcinos y el silaje de maíz molido, mezclados en determinadas proporciones, en gas metano azufrado, en un ambiente con 37-40°C. El proceso químico es así: el silaje de maíz aporta energía y proteína para la nutrición de las bacterias y los efluentes de la granja proporcionan materia orgánica sin degradar y agua. El efluente llega al digestor mediante cañerías, impulsado por una estación de bombeo desde la granja.
Luego, otro tipo de bacterias aeróbicas elimina el azufre, un elemento perjudicial para los motores a explosión. Posteriormente, el metano se comprime y alimenta un motor que hace funcionar un generador de electricidad que la sube al Sistema Interconectado Nacional.