Destacado: Cómo funciona el sistema eléctrico que alimenta a millones de hogares en la Argentina
Detrás de cada interruptor se encuentra una red sostenida por miles de trabajadores que garantizan un suministro continuo frente a los desafíos del verano en puerta. Cuánto influye el consumo eficiente y el compromiso de los usuarios.
Cada vez que se enciende una luz o un electrodoméstico se pone en marcha un sistema complejo que garantiza la distribución de energía eléctrica desde las plantas generadoras hasta los hogares y empresas. Este proceso, fundamental para la vida diaria, involucra infraestructura avanzada y el esfuerzo continuo de más de 60.000 profesionales en la Argentina, según datos de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (Adeera).
Desde esta entidad, sostienen que muchos de sus colaboradores trabajan las 24 horas, los 365 días del año, para asegurar un suministro confiable. Incluso, en un contexto de desafíos crecientes como el aumento de la demanda y los efectos del cambio climático.
Generación, transmisión y distribución
El trayecto de la electricidad comienza en las centrales generadoras, que pueden ser hidroeléctricas, termoeléctricas, renovables o nucleares. Desde allí, la energía se transporta a través de redes de alta tensión que recorren miles de kilómetros.
Estas redes conectan las zonas de generación con los centros de consumo. Finalmente, las distribuidoras transforman la electricidad en niveles de tensión más bajos y la entregan a hogares, comercios e industrias.
La continuidad de este servicio depende de una coordinación precisa entre las etapas de generación, transmisión y distribución. Un fallo en cualquiera de ellas puede dejar sin energía a miles de usuarios. Por ello, los trabajadores del sector monitorean la red de manera constante y actúan con rapidez ante cualquier interrupción.
Durante el verano, la demanda de energía eléctrica crece de manera significativa debido al uso masivo de aires acondicionados y otros sistemas de climatización. Los registros históricos han mostrado picos de hasta 10.000 megavatios, lo que representa un aumento del 40% en el consumo habitual, según afirma ADEERA.
Este nivel de exigencia pone a prueba la capacidad del sistema y requiere de una planificación cuidadosa, que pueda garantizar que se evitarán las interrupciones.
Retos del sistema eléctrico en contextos extremos
Las altas temperaturas y los eventos climáticos severos, frecuentes durante el verano, representan una amenaza para la estabilidad de la red eléctrica. Fenómenos como tormentas eléctricas, olas de calor y vientos fuertes pueden dañar la infraestructura, provocando incidentes en el suministro.
Ante esta realidad, las empresas del sector implementan diversas estrategias. Estas incluyen simulacros periódicos, capacitación constante del personal y la creación de planes de contingencia específicos. Estas acciones permiten responder con rapidez y minimizar los efectos de estos eventos.
Los pronósticos climáticos señalan un aumento en la frecuencia e intensidad de los eventos extremos, lo que exige un esfuerzo continuo por parte de los operadores para mantener el servicio. En este contexto, “la planificación y la inversión en infraestructura son esenciales para garantizar la estabilidad del sistema”, explicaron especialistas de ADEERA.
Uso eficiente: una responsabilidad compartida
El consumo responsable de energía es una herramienta clave para aliviar la presión sobre el sistema eléctrico. En los momentos de mayor demanda, pequeños cambios en los hábitos diarios pueden marcar una gran diferencia.
Por ejemplo, ajustar la temperatura del aire acondicionado a 24°C, climatizar solo los ambientes en uso o utilizar electrodomésticos de bajo consumo contribuye directamente a optimizar el uso de la red.
Tanto los hogares como las empresas tienen un papel crucial en la preservación del servicio. Un uso eficiente no solo reduce la posibilidad de incidentes, sino que también promueve una gestión más sostenible de los recursos energéticos.
Según los operadores del sector, la colaboración entre usuarios y distribuidores resulta fundamental para superar los picos de demanda sin afectar la calidad del servicio.
El motor humano detrás de la red eléctrica
El sistema eléctrico argentino no podría funcionar sin el compromiso de miles de personas que, día a día, aseguran la operación de la red. Estos profesionales realizan tareas de mantenimiento, monitoreo y reparación en cada kilómetro de cable, torre de transmisión o subestación.
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Fuente: Infobae