Destacan como fuentes de energía limpia al maíz, la soja y el maní, además de su utilidad para la alimentación
A partir de estos cultivos, junto con otros recursos, se genera gas, electricidad y combustible. Los usos cotidianos que reveló FADA.
En una era donde las energías renovables son cada vez más cruciales, el maíz, la soja y el maní no solo se destacan en las mesas, sino también como fuentes esenciales alternativas al gas, la electricidad y los combustibles. En un trabajo por concientizar sobre este tema, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) y FADA Joven lanzó el segundo capítulo de su serie animada, titulada “Todo es Energía”, disponible en YouTube.
En ese sentido, el audiovisual busca educar y desmitificar el origen de la energía que se consume, mostrando cómo productos agrícolas se transforman en electricidad y combustibles limpios.
“El maíz puede ser transformado en energía eléctrica para darnos luz en nuestras casas y cargar los teléfonos. También del maíz sale el etanol, componente de la nafta que usamos en nuestros autos. Con la soja se produce el biodiésel que usan los camiones que transportan nuestros alimentos”, explicó Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA.
Además de los cultivos, el video destacó la utilización de desechos animales para generar biogás, una fuente de energía renovable que aprovecha lo que de otro modo sería desperdicio. “Dependiendo la región del país, se pueden generar distintos tipos de energía limpia. Por ejemplo, plantas que procesan el maíz para bioetanol o electricidad, o la cáscara de maní para energía eléctrica”, añadió Pisani Claro.
El impacto económico de las energías renovables en el sector agrícola tiene múltiples beneficios
Desde FADA, Natalia Ariño también enfatizó: “En todo momento, hagamos lo que hagamos, estamos rodeados de energía. Con el rayito de sol a la mañana, cargando el celu o preparando el desayuno. Si nos estamos moviendo, usamos la energía de nuestro cuerpo. Si nos estamos calentando o nos estamos enfriando con algún electrodoméstico, estamos usando energía para que funcionen. Si estamos cocinando, también es energía. Por eso decimos que todo es energía”.
Asimismo, la serie de videos de FADA no solo se enfoca en la producción de energía, sino también en su impacto económico y social. La producción de bioenergía a partir de cultivos y desechos no solo promueve la sostenibilidad ambiental, sino que también impulsa el desarrollo regional y la generación de empleo. “Sea cual sea el tipo de energía en el cual pensemos, implica un desarrollo para las regiones por la generación de empleo, inversiones y agregado de valor”, dijo Pisani Claro.
Además, señalaron que el campo argentino se convirtió “en un aliado indispensable en la producción de energías amigables con el ambiente. Aunque al pensar en energías renovables generalmente se nos vienen a la mente la eólica o la solar, desde la tierra también podemos obtener una amplia variedad de energías limpias”.
A su vez, afirmaron que la producción de bioenergía no solo contribuye al medio ambiente, sino que también impulsa el desarrollo económico regional. “Sea cual sea el tipo de energía en el cual pensemos, implica un desarrollo para las regiones por la generación de empleo, inversiones y agregado de valor”, explicó Pisani Claro. Por ejemplo, la cadena de maíz genera 255 mil puestos de trabajo, mientras que la caña de azúcar contribuye con 185 mil empleos.
Argentina cuenta con una diversidad de fuentes de energía renovable en todo el territorio
Por consiguiente, dependiendo de la región del país, se pueden encontrar distintos tipos de energías renovables, destacaron. “Desde los parques eólicos en la Patagonia, pasando por las plantas de biogás, bioetanol y biodiésel del centro, hasta los paneles solares del norte, cada rincón de nuestro país impulsa un futuro más verde y sustentable”, añadió Pisani Claro
De igual modo, subrayaron: “Podemos pensar en los empleos de las plantas de bioetanol que se obtiene del maíz, o los empleos de aquellos feedlot, tambos y granjas porcinas que producen energía desde el estiércol de animales”, ejemplificó Pisani Claro. Este tipo de producción no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también fortalece la economía local mediante la creación de puestos de trabajo sostenibles, afirmaron.
Por otro parte, las energías renovables no solo son más limpias, sino que también pueden generar un aporte positivo tanto desde grandes instalaciones como desde acciones individuales. “Podemos instalar paneles o termotanques solares en nuestras casas, o los productores en sus campos pueden generar su propia energía a partir de biomasa”, afirmaron desde FADA.
Estas fuentes de energía pueden plantearse a distintas escalas, abasteciendo desde una casa hasta un pueblo entero. Un ejemplo notable es Ticino, en Córdoba, un pueblo que se autoabastece de electricidad generada desde la cáscara de maní, contribuyendo a un mundo más verde y sostenible, señalaron.
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Fuente: TN