El auge de los bonos sociales, verdes y sustentables
Durante 2022, la emisión de bonos sociales, verdes y sustentables ( Bonos SVS) ha continuado ganando popularidad. El panel de bonos SVS de BYMA ha sumado 17 nuevos instrumentos de deuda este año, incorporando tanto la emisión de bonos en pesos (P$5.900m) como bonos denominados en dólares (USD 353,8m). Es indudable que estos instrumentos de deuda se han convertido en un instrumento muy atractivo, tanto para empresas que buscan financiamiento en el mercado de capitales local como para inversores que cuentan con un fuerte compromiso con el desarrollo sostenible. Entonces, ¿Qué son los bonos verdes y cuáles son sus principales ventajas?.
Los denominados Bonos Verdes son instrumentos de renta fija cuyo destino de fondo está asociado a proyectos ambientales, es decir aquellos reduzcan la contaminación, la emisión de gases invernadero y/o promuevan el uso eficiente de los recursos naturales. Existen instituciones dedicadas a evaluar la transparencia de este tipo de proyectos, siendo los lineamientos y certificaciones más reconocidas las desarrolladas por CBI (Climate Bonds Initiative) y las de ICMA Green Bond Principles (GBP). Según la propia CBI, ya se llevan emitido más de USD2,14 billones en bonos verdes en el mundo, de los cuales más de USD459 mil millones se emitieron en 2022.
Los Bonos Verdes fueron uno de los principales instrumentos de inversión vinculados al desarrollo de un área más amplia de las finanzas, denominada finanzas sustentables. Allí nació la figura del inversor socialmente responsable, es decir, aquel que incorpora aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (“ESG”, por su sigla en inglés) a sus estrategias de inversión. Estos inversores suelen excluir de sus portafolios inversiones en empresas dedicadas a actividades controversiales, como la venta de tabaco o la fabricación armamento militar, y favorecen inversiones temáticas en activos financieros específicamente relacionados a factores ESG.
A nivel local, este tipo de emisiones también está ganando popularidad. Desde 2018 que la CNV reconoció a GBP y a CBI cómo los estándares para emitir Bonos Verdes. Además, en 2019 BYMA lanzó su panel de Bonos Verdes Sociales y Sustentables, con el objetivo de darle mayor visibilidad a estos instrumentos de inversión. Para poder formar parte del panel, se requiere entre otros aspectos, una revisión externa que afirme que los fondos del proyecto se utilizaran para financiar o refinanciar proyectos alineados con la Guida de Bonos SVS y un reporte anual con información sobre el uso de los fondos y los beneficios sociales y/o ambientales obtenidos.
Actualmente, el panel cuenta con más de 38 instrumentos compuestos por 5 bonos sustentables, 11 bonos sociales y 22 bonos verdes. Se destacan emisores del sector de la energía como Genneia, Pampa Energía, YPF Luz y Luz de Tres Picos. Dentro de los factores que explican el auge de la emisión de Bonos SVS encontramos: i) una mayor conciencia social disparada por el impacto de la pandemia de 2020, ii) la necesidad de cumplir con ley 27.191 que exige que un 20% de la matriz energética del país provenga de fuentes renovables hacia el año 2025, y iii) la búsqueda de los emisores de ampliar su base de inversores.
Como conclusión, la emisión de bonos verdes (o bonos SVS) es una tendencia creciente, tanto a nivel mundial como local. Si bien el emisor limita de forma voluntaria el destino de los fondos obtenidos hacia la financiación (o refinanciación) de proyectos ambientales o sociales, este se beneficia de poder colocar sus instrumentos de deuda en inversores institucionales que deben alocar total o parcialmente su cartera a este tipo de activos. Además, cada vez son más las personas físicas que no solo utilizan criterios financieros para decidir sus carteras de inversión, sopesando también aspectos de responsabilidad social. Así mismo, la incorporación de estos instrumentos al Panel de BYMA no solo aumentan la visibilidad del título emitido, sino que también mejoran la reputación del emisor. Por supuesto, una mayor demanda y visibilidad de sus instrumentos en última instancia genera menores costos de financiamiento, más que compensando los costos relacionados a las auditorías del proyecto.
Fuente: Bae Negocios