El CEO de Globant invierte en Space Gurú, una startup argentina
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Se trata de una empresa argentina que se inspira en la economía circular y cuenta con inversores de la talla de Martín Migoya, CEO de Globant.
La empresa cuenta con 46 empleados que son responsables del diseño de productos, la programación del sistema y la adquisición de clientes. “La idea es tener todo el equipo y el funcionamiento desde Argentina, y sumar ingresos en euros desde Madrid y París”
“Con Gurú espacial creamos un modelo de negocio para que nos paguen por guardar las cosas, pero nuestro objetivo es que estos productos se reintroduzcan en la economía, porque estamos comprometidos con economía circular que se fije en el modelo de almacenamiento”, dice Felipe Herrera.
Felipe Herrera (41) tiene un objetivo comercial que podría parecer contradictorio. A principios de 2020 fundó Space Gurú, un espacio digital que guarda las pertenencias de los usuarios y sube una foto de cada objeto a la aplicación para que el cliente esté al tanto de lo que tiene guardado y lo pueda recuperar, donar o prestar con un solo click . Sin embargo, el objetivo de la empresa, que está a punto de aterrizar en España, es animar a los clientes a deshacerse de esas pertenencias.
Space Guru nació con una inversión de US$ 1 millón (aportada por varios empresarios de renombre, como Martín Migoya Director de Global) y con la idea de mejorar tres características imperfectas del negocio del almacenaje: la contratación del flete, la elección del tamaño del depósito y el registro de lo ahorrado.
“Aplicamos tecnología a este servicio para tratar de resolver los tres problemas. El usuario nos pide que almacenemos determinados productos y nosotros los recogemos, no tiene que preocuparse por el traslado. Después, no tienes que pensar en qué tamaño de almacenamiento necesitas y solo pagas por el valor del volumen que nos dejas. Cuando llega a nuestro almacén, lo fotografiamos y lo subimos a la aplicación para que sepas qué fue lo que guardaste”, dice Herrera.
El almacén tiene 6.000 metros cuadrados y allí se ordena cada producto según sus características en el sector correspondiente (todas las bicicletas juntas, por ejemplo). Todo está etiquetado con un sistema de trazabilidad diseñado específicamente. El usuario puede elegir desde su aplicación si quiere recuperar algunas de las cosas, donarlas, venderlas o prestarlas a un amigo, y la empresa se encarga de la gestión, indica El País.
“Una vez que tenemos el producto, tratamos de curarlo para ver qué objetos merecen ser reinsertados en la economía para darles otra vida. De esta forma, deja de ser un trastero y se convierte en una empresa que piensa en el negocio de sustentabilidad”, añadió.
No obstante, lograr llegar a esta meta no es fácil y requiere mucha sensibilidad. “Hacemos un estudio de la situación de nuestros clientes. Si nos contratan porque necesitan guardar sus cosas durante dos meses porque están en proceso de mudanza, no les vamos a ofrecer vender las pertenencias. En cambio, si un cliente quería quedarse con sus objetos porque le sobraban cosas en su casa, le ofrecemos si quiere venderlos para que deje de pagar por tenerlos guardados”, explica Herrera.