El gobierno y las compañías energéticas están vigentes: intentan prevenir que segas a través de la ola de frío
En gran parte del país, las temperaturas invernales se sienten ya. El Gobierno y las empresas energéticas activaron las alertas a partir de lo que en el sector se denomina fase de pre emergencia, en contraposición a los pronósticos que hablan de un nuevo frente frío que puede dejar marcas mínimas históricas para esta época y una demanda sostenida pese. a la recesión.
Esto se refiere al monitoreo continuo y al control de la cadena de suministro para usuarios con contratos potencialmente disruptivos, como aquellos que trabajan para industrias y ubicaciones de GNC.
Es importante que no se gaste en restaurantes, comercios y servicios esenciales, niño en las industrias con contratos firmes, donde los clientes pagan el fluido más caro de manera justa para asegurar un servicio.Se implementó un protocolo para toda la industria y se encomendó al gobierno la tarea de recordárselo a los actores energéticos.
Para visualizar la situación, las fuentes consultadas señalaron que a estas alturas de mayo el consumo de gas es el doble que en la misma fecha de 2023, cuando las temperaturas eran más llevaderas.
En consecuencia, ante el frente frío previsto para este feriado de octubre, las distribuidoras y transportistas de gas a nivel nacional activaron las válvulas a los disruptores y mantuvieron la atención en el comportamiento de la demanda.
Reconociendo que el frío superó las previsiones oficiales, el Gobierno llegó esta semana a licitar y comprar combustibles líquidos, como gasoil y fueoil, con el fin de que las generadoras eléctricas «liberan» el gas que se esperaba ser picos de demanda.
«Esto debería descomprimir un poco», piensan los profesionales. En cuanto sea posible, y hasta que desaparezcan las bajas temperaturas y el suministro se mantenga constante, los servicios interrumpibles seguirán siendo restringidos y reconocidos por los comercios. Y explican que, aunque en líneas generales, son menos que los «firmes», estos contratos ponderan de manera distinta según la distribuidora.
Clima, obras inconclusas y espera de importaciones
El cuello de botella se produce debido a que las obras en las plantas compresoras del gasoducto de Vaca Muerta no se han concluido, además del mayo con temperaturas más bajas de lo normal para el otoño.
La culminación de esas tareas en Neuquén y la provincia de Buenos Aires se retrasó debido al cambio de gobierno, pero recientemente han comenzado a acelerarse. En el corto plazo, se anticipa que agregarán a los 11 millones de m3 disponibles hoy en día otros 5 millones de metros cúbicos al sistema.
Serían terminar los plazos originales para las plantas de Tratayén, Salliqueló y Mercedes, Vaca Muerta ya estaría inyectando al menos 22 millones de m3 diarios.
La oferta de la megaformación neuquina representa cerca del 40% del total. Se suma al gas de otros puntos del país, como la Patagonia Sur (20%), las cuencas de Cuyo y el NOA, y principalmente Tierra del Fuego. En declive hace años, existen las importaciones de gas de Bolivia.
Completas son las adquisiciones de GNL al exteriores, que se realizan en la terminal de Escobar (hay un otro barco en Bahía Blanca hasta 2023). Por un total de un millón de m3, la compañía estatal Enarsa ya licitó 20 buques, la mitad de los que se compraron el año pasado. La fecha de amarre de la mayoría se encuentra entre los principios de junio y finales de agosto.