En 2022, la generación eléctrica por fuente eólica cuadruplicará el ahorro de divisas del año pasado
Los casi 1.000 aerogeneradores en operación, que suministran el fluido a 3 millones de hogares con esta energía limpia, permitirán disminuir en US$3.250 millones las importaciones de combustibles fósiles para las centrales térmicas.
Cuando el mes pasado el caudal del Paraná se fortaleció por las lluvias río arriba y permitió a la hidroeléctrica Yacyretá retomar su ritmo de operación a plena potencia, esta normalización le quitó presión a la generación desde las centrales que utilizan fuentes fósiles y, en consecuencia, trajo un alivio a la importación de gas natural, fueloil, gasoil y GNL que utilizan.
Más generación desde fuentes renovables y ahorro de divisas es la mejor combinación posible para cuidar el medio ambiente y las frágiles reservas del Banco Central para importar gasoil y fueloil en un contexto de escasez global y, por lo tanto, con precios externos por las nubes.
El sol y el viento, aún con la desventaja de ser fuentes intermitentes que necesitan del desarrollo de infraestructuras de acumulación y almacenaje, son las fuentes energéticas más limpias disponibles para el objetivo de mitigar el cambio climático.
Y más allá de la necesidad de divisas para importar los equipos y partes, como las turbinas o los paneles solares que no se fabrican a nivel interno, permiten al país dejar de depender de la compra de combustibles al exterior y acelerar el camino a la descarbonización de la matriz energética.
Más electricidad, sin gastar millones de dólares ni emitir CO2
Durante el 2021 la industria eólica generó ahorros de divisas por US$800 millones, y en el 2022 se estima que generará un ahorro para el país de US$3.250 millones, según un reciente trabajo presentado por la Cámara Eólica Argentina.
Durante los meses de temperaturas más frías, el país debe importar un promedio de 44 Mm3/d de gas, de los que 31 Mm3/d provienen del GNL. Estas compras externas se realizan por barco desde países como Qatar o Trinidad y Tobago, y por gasoducto desde Bolivia.
Aquel cálculo surge al considerar que, al precio actual, el costo de combustible por cada MWh remplazado de generación térmica es superior a los US$230 y más que triplica el costo de la energía primaria eólica.
El salto en el ahorro interanual se da entonces no sólo por el aumento en la cotización internacional de los insumos fósiles importados, sino por la mayor generación producida por la expansión del parque eólico.
La Argentina tiene en la actualidad 57 parques eólicos con 950 aerogeneradores instalados que, a partir de la energía cinética del viento, suman una potencia eléctrica de 3.292 MW. Este despliegue implicó US$4.600 millones de inversiones en poco más de una década.
Durante el año pasado, el sistema eólico aportó 14.800 GWh, una potencia equivalente para abastecer a más de 2.700.000 hogares y una reducción en la emisión de 5,8 millones de toneladas de CO2.
Así se desplazaron 8,5 Mm3/d de consumo de combustibles fósiles, equivalentes al 20% de las necesidades durante el período invernal y al 33% del promedio anual, según datos de la CEA.
El 75% de la generación alternativa es eólica
En cuanto al porcentaje de abastecimiento a la demanda del Sistema Argentino de Interconexión (SADI), en 2021 con todas las fuentes renovables se cubrió el 13% en promedio y el 26 de septiembre se logró un pico histórico del 28,84% del total nacional.
En ese entonces, el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, comentó: “Desde el Estado Nacional tomamos medidas importantes para impulsar el crecimiento del sector de las energías renovables, apoyando a los proyectos que demuestran avances, liberando la capacidad de transporte, que es fundamental para sumar nuevos proyectos e inversiones, y mediante el fomento a los contratos entre privados y a la generación distribuida».
Según datos de CAMMESA, la tecnología renovable que contribuyó con mayor generación el año pasado fue la eólica (74%), seguida por solar fotovoltaica (13%), los pequeños aprovechamientos hidráulicos (7%) y las bioenergías (6%).
A su vez, de los 26 grandes proyectos habilitados en 2021 el 42,3% correspondió a la tecnología eólica, 30,8% a bioenergías, 15,4% a solar fotovoltaica y 11,5% a PAH.
“La industria eólica puede competir con cualquier alternativa térmica y más allá del impacto ambiental positivo que genera en el planeta, también hay implicancias económicas del sector”, afirmó a Télam Héctor Ruiz Moreno, gerente general de la cámara empresaria.
En esa línea, el ejecutivo de la CEA aclaró que si bien aún restan resolver algunas limitantes, como la falta de capacidad de transporte, la problemática existente en las importaciones y el acceso al financiamiento, la industria eólica cumple un rol fundamental para la mitigación del cambio climático.
“Es imprescindible lograr una mayor penetración de las energías renovables en el mundo y en la Argentina. Nuestro país cuenta con un gran potencial gracias a sus factores de capacidad, condiciones topográficas óptimas y personal técnico calificado”, destacó el dirigente empresario.
La potencia instalada casi se duplicó en dos años
Año tras año, el sector sigue avanzando hacia el objetivo de alcanzar en 2025 el 20% del abastecimiento eléctrico con fuentes renovables, tal como lo establece la Ley 27191/2015, y esa meta está cada vez más cerca.
La generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables hoy continúa en ascenso, con un crecimiento de la potencia instalada del 93% entre 2019 y 2021, según fuentes oficiales. En marzo de 2022, el 66% de la potencia instalada de generación renovable en el país correspondía a la tecnología eólica, que fue la de mayor crecimiento en ese período.
En particular, desde la entidad empresaria destacan un beneficio clave para la matriz energética nacional: por cada 100 MW eólicos de capacidad instalada, y a lo largo de su vida útil, la Argentina ahorra US$336 millones, multiplicando por tres la inversión inicial.
Al finalizar el primer trimestre de 2022 se contabilizaban 190 proyectos de energías renovables operativos en el país, con una potencia instalada total de 5.187,96 MW, generando electricidad para abastecer al equivalente a 5,4 millones de hogares.
Este lunes, Basualdo visitó el parque eólico a gran escala pionero del país en Rawson, junto a funcionarios de la operadora Geneia, y en la oportunidad declaró: “Estamos visitando uno de los primeros parques eólicos de la Argentina, inaugurado en 2012, que aporta al sistema más de 100 MW de potencia instalada y que fue ampliado a un nuevo parque que entrega energía mediante el mecanismo Mater”.
Los tres proyectos del Parque Eólico Rawson, cuyas instalaciones registran uno de los mayores rendimientos del mundo, de entre el 42 y el 49%, aportan 416 GWh al año a partir de 55 aerogeneradores, lo que equivale a un ahorro certificado de 180.000 toneladas anuales de emisiones de dióxido de carbono.
Estiman 64 proyectos regionales por casi 1 GW
Pero la generadora Geneia tiene otros tres parques en Chubut, situados en Trelew, Madryn y el norte de la provincia, más el trío bonaerense en Villalonga, Pomona y Necochea, con los que aporta en conjunto una potencia de 784 MW.
Por otro lado, a inicios de junio, el secretario de Energía nacional, Darío Martínez, junto al Consejo Federal de Energía Eléctrica, encabezó la presentación de nuevas iniciativas para crear mercados eléctricos regionales e incrementar la generación renovable con un criterio federal.
En el encuentro se presentaron tres iniciativas que tienen por objetivo estratégico alcanzar la meta del 20% de participación de fuentes renovables en la generación energética para el año 2025, y cumplirla con un criterio federal que favorezca la integración productiva de todas las regiones del país.
La subsecretaría de Energía Eléctrica impulsa una reglamentación para que los proyectos locales mejoren la provisión de energía eléctrica, tanto en precio como en fiabilidad, y se promueva una articulación que beneficie los entramados provinciales y regionales.
Además se tomó la decisión de impulsar el desarrollo de estos mercados descentralizados, para que la generación de fuentes renovables sea utilizada en la misma área en la que se la produce. Se estiman unos 64 proyectos potenciales con capacidad para generar un total de 986 MW.
En segundo lugar, se analizó la situación de los contratos de distribuidoras con grandes usuarios y se propuso un mecanismo que le permita a aquellas contratar generación renovable para asignarla a su demanda.
Una demanda creciente que aún no está satisfecha
Actualmente existen 3.438 Grandes Usuarios del Distribuidor sin posibilidades de firmar contratos y con una demanda anual de 13.016 GWh/año. Para ellos se evaluó la implementación de un nuevo tipo de contrato donde la distribuidora podría agrupar en su nombre al conjunto de esos usuarios GUDIs.
También se analizó una tercera iniciativa: la creación de un régimen para celebrar contratos de abastecimiento en energía renovable con sociedades estatales nacionales o provinciales.
En el marco de la reglamentación del Régimen de fomento de las energías renovables, el Decreto 476/2019 ya prevé la posible existencia de esta alternativa, que posibilitará la contratación directa a empresas provinciales de un número limitado de proyectos (de acuerdo con el grado de transporte disponible), y producirá un significativo impacto en el desarrollo de la economía de cada localidad.
Fuente: Política y Medios