En dos años, Edenor acumula pérdidas por casi $60.000 millones y crece la incertidumbre financiera
Por la inflación y la segmentación tarifaria que no alcanza, la firma duda sobre su capacidad de seguir en marcha. Advierten que deberán postergar pagos.
Apesar de los aumentos tarifarios y de los acuerdos con el Gobierno por las deudas cruzadas, Edenor sigue acumulando pérdidas año tras año.
Las diversas acciones adoptadas durante los últimos años por las autoridades nacionales no lograron revertir el capital de trabajo negativo lo que refleja el deterioro que aún presenta la ecuación económico-financiera de la distribuidora, principalmente por el incremento constante de los costos operativos.
Edenor no logra recuperarse de sus pérdidas
Por lo menos así surge del informe que la compañía controlada por los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV), correspondiente al ejercicio del 2022. En ese año, registró una pérdida neta de $17.468 millones que, de todos modos, fue considerablemente menor al rojo registrado en el 2021, de $41.324 millones.
Es decir, en los dos años bajo la gestión de la sociedad controlada por los también accionistas de América TV, Edenor acumula un saldo negativo de $58.792 millones, con un patrimonio que asciende a $ 125.666 y un resultado operativo con una pérdida de $31.249 millones que se contraponen con inversiones en propiedades, plantas y equipos de $33.900 millones, monto destinado fundamentalmente a incrementar los niveles de calidad de servicio y a la atención de la demanda de los actuales y de los nuevos clientes.
En el documento que la empresa envió a la CNV, la compañía pide continuar con un reconocimiento de ingresos que permita mantener y sostener la mejora de la calidad del servicio profundizando el camino de ahorro de energía y sostenibilidad, así como también, poder remunerar adecuadamente a todos los partícipes del negocio, y cumplir con las obligaciones de manera oportuna.
Recuerda además que la mayor parte del incremento tarifario de los últimos años fue para reducir subsidios; que todos los ingresos fueron invertidos en mejoras de la red eléctrica y que no distribuye dividendos desde agosto de 2001.
En ese año, registró una pérdida neta de $17.468 millones
Durante el 2022, la distribuidora de Daniel Vila y José Luis Manzano registró una pérdida neta de $17.468 millones.
En este sentido, admite que «ha registrado durante los últimos ejercicios, capital de trabajo negativo, fundamentalmente como consecuencia de las actualizaciones insuficientes de la tarifa desde febrero de 2019, las cuales no cumplieron lo previsto en la última RTI; al constante aumento de los costos de operación y de las inversiones necesarias para mantener la calidad de servicio, sumado a todo esto el contexto inflacionario en el cual se encuentra la economía argentina desde mediados del 2018».
De hecho, recuerda que si bien durante los años 2021 y 2022 se evidenciaron modificaciones en los valores de los cuadros tarifarios, no resultan suficientes para cubrir las necesidades económico-financieras de la distribuidora ante un escenario de crecimiento inflacionario anual cercano al 100%.
Esto se debe a que, en su mayoría, sólo implicaron un traslado de los precios estacionales sin mejorar los ingresos de la compañía.
No obstante, y a pesar de este escenario con constantes aumentos de los costos de operación, Edenor vino realizando las inversiones necesarias para la operación de la red y para mantener, e incluso mejorar, la calidad del servicio.
La incertidumbre financiera reina en Edenor
Según Edenor, aunque la actividad económica ha mostrado una recuperación luego del efecto generado por la pandemia del Covid-19, la situación macroeconómica del país (con un incremento en la tasa de inflación, un estiramiento en la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el dólar cotizado en mercados financieros o libres y las consecuencias respecto del acuerdo con el FMI) hace difícil vislumbrar en el corto plazo una tendencia definida de la economía.
Este contexto económico, «complejo y vulnerable» se ve agravado por las restricciones cambiarias impuestas por el Banco Central para autorizar de manera previa las operaciones.
Para la distribuidora, los últimos aumentos tarifarios no registraron mejoras en sus ingresos ya que sirvieron para disminuir los subsidios del Estado
Para Edenor, los últimos aumentos tarifarios no mejoraron sus ingresos y sirvieron para disminuir los subsidios del Estado.
En el caso de la distribuidora, le afecta aquellas operaciones asociadas con el pago de importaciones de bienes necesarios para la prestación del servicio y el pago de los servicios de deuda financiera.
Como consecuencia de este marco, el informe de la empresa advierte que se vio afectada aún más su ecuación económico-financiera a raíz del retraso tarifario, la imposibilidad de ejecución de deudas por energía consumida no abonada y el aumento de costos sobre la estructura operativa e insumos, «motivo por el cual se hizo necesario postergar parcialmente los pagos a CAMMESA por la energía adquirida en el MEM, a partir de los vencimientos operados desde marzo de 2020».
Estas obligaciones se fueron regularizando parcialmente, pero al 31 de diciembre de 2022 acumulaban un saldo de capital vencido de $63.689 millones más $79.640 millones en concepto de intereses y recargos.
Con la firma del Acta Acuerdo durante diciembre, la sociedad dice reafirmar su intención de regularizar su deuda, aunque los efectos del convenio se encuentran parcialmente supeditados a la concreción del otorgamiento de una recomposición del VAD por parte del gobierno nacional.
En esta línea, el 28 de febrero pasado, mediante la Resolución N° 241/2023, el ENRE aprobó los nuevos cuadros tarifarios a partir del 1° de abril y 1° de junio de 2023.
Evitar los efectos negativos
Sin embargo, desde Edenor aseguran que ante el continuo incremento en los costos asociados a la prestación del servicio, como así también a las necesidades de inversiones adicionales para abastecer la demanda, «la sociedad, continúa analizando diversas medidas destinadas a morigerar los efectos negativos de esta situación en su estructura financiera».
Alguna de esas estrategias es la de reestructuración de su deuda financiera; la firma del Acta Acuerdo de Regularización de Obligaciones y el reciente ajuste tarifario establecido por la Resolución ENRE, minimizando de esta forma el impacto en las fuentes de trabajo, la ejecución del plan de inversiones y la realización de las tareas imprescindibles de operación, mantenimiento y mejoras necesarias para mantener una satisfactoria prestación del servicio público concesionado en términos de calidad y de seguridad.
Ante dicha situación, el directorio de Edenor entiende que existe incertidumbre material que puede generar dudas significativas respecto de su capacidad para continuar como empresa en marcha, pudiéndose ver obligada a diferir ciertas obligaciones de pago, o imposibilitada de atender las expectativas respecto de incrementos salariales o de costos de terceros.
No obstante lo detallado, en el documento, Edenor asegura haber confeccionado los presentes estados financieros «asumiendo que continuará sus operaciones como una empresa en marcha, y no incluyen eventuales ajustes o reclasificaciones que pudieran resultar de la resolución final de estas incertidumbres, toda vez que esta distribuidora, históricamente ha recibido soluciones de transición, las cuales permitieron recomponer parcialmente la ecuación económico-financiera y garantizar la operación de sus redes de distribución, dada la esencialidad del servicio que presta».
El plan de inversiones de Edenor
También entiende haber logrado sostener la mejora en sus niveles de calidad de servicio, junto con el uso eficiente de sus recursos.
«El plan de inversiones ejecutado posibilitó una sustancial mejora en la calidad, al reducir la duración y frecuencia de los cortes desde 2014, y superar así los requerimientos regulatorios previstos en la última revisión tarifaria integral», explica el informe enviado a la CNV.
No obstante, Edenor confía que una futura RTI y medidas de transición tales como la reciente Resolución ENRE N° 241/2023, logren equiparar sus ingresos con los percibidos por el resto de las distribuidoras del país y con el de los actores que forman parte del sistema eléctrico argentino.
«Esto sumado al Régimen Especial de Regularización de Obligaciones permitirán recomponer la ecuación económico-financiera y así poder conseguir la normalización de la situación del sector eléctrico de distribución», detalla el paper.
Diferencias con el ENRE
Más allá de todo este contexto económico y financiero que sufre la distribuidora, también debe enfrentar una controversia con las autoridades nacionales por la cantidad de clientes que informó que salieron de servicio durante el último apagón producto de la ola de calor más importante de la historia y de la salida del sistema de varias torres de transmisión por un incendio.
De acuerdo a datos oficiales, Edenor informó la salida del sistema en tiempo real de solamente 30.000 clientes, en el marco de un black out que dejó millones de usuarios del sistema sin suministro.
Las fuentes oficiales aseguran que siempre hay diferencias entre lo que Edenor informa y lo que publica el ENRE como lo muestran varios gráficos del ente oficial que evidencia que Edesur y Edenor, según Cammesa, tienen una pérdida de 2700MW cada una y como en la página del ENRE solo figuran los 659.000 clientes de Edesur con menos de 30.000 para Edenor que, según los cálculos oficiales, debería haber cortado entre 800.000 y un millón clientes si se compara la caída de demanda vs clientes con el mismo ratio de Edesur.
Fuente: iprofesional