Energía: por qué la Argentina lidera una oportunidad única a nivel global
América Latina y el Caribe tienen un 64% de la electricidad proveniente de energías renovables, cifra que se explica en gran parte por el aporte que hace el país; sin embargo, los expertos advierten que deberá acelerar el ritmo de crecimiento para alcanzar las metas de cero emisiones para 2050, una promesa que les permitiría generar más dólares.
En el último año, América Latina y el Caribe logró que el 64% de la electricidad provenga de energías renovables. Esta cifra no solo posiciona a la región a la cabeza del mundo, sino que duplica la media global, número que en gran parte se explica por el desarrollo que tuvieron este tipo de energías en la Argentina, Brasil, México y Chile. Sin embargo, este logro podría verse empañado en los próximos años si el ritmo de crecimiento no se acelera, tanto por falta de planes de expansión como por la ausencia de cambios significativos en las matrices energéticas.
Esas fueron algunas de las conclusiones a las que llegó el informe de Perspectivas Energéticas de América Latina, elaborado por Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el cual fue presentado durante la Reunión Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En un salón repleto por organizaciones sociales, compañías y diplomáticos, Alejandra Bernal Guzmán, oficial de Programas de América Latina del IEA, advirtió que los países de la región podrían no alcanzar el objetivo de cero emisiones netas para 2050 si no se toman acciones al respecto.
“A pesar del gran liderazgo que tiene América Latina y el Caribe en la generación de energía eléctrica limpia, todavía hay un desafío bastante grande en lo que refiere a la dependencia de combustibles fósiles. Si bien nuestra media de participación en la matriz es menor a la mundial, en América Latina es cerca del 70% versus 80% mundial, todavía es una dependencia muy importante. Porque los combustibles son los que se utilizan también para el transporte, el transporte marítimo, aéreo, terrestre y para la industria”, explicó.
El potencial que tiene la Argentina para liderar la transición energética es enorme. Sobre todo, porque en el vasto territorio hay varios proyectos de producción de minerales que son componentes esenciales en muchas de las tecnologías de energía limpia de rápido crecimiento de hoy en día: el litio (junto con Chile y Bolivia se comparte la mitad de las reservas mundiales), el cobre (aunque hoy la producción local es baja, hay media docena de iniciativas en marcha) y la plata (el país se encuentra dentro de los diez mayores productores, aunque con una participación aún baja).
Al ampliar el panorama a toda América Latina, la región tiene más de un tercio de las reservas de cobre y plata del mundo. “Estamos ante una posición envidiable. Latinoamérica es el powerhouse (lugar de mucho poder de influencia) de las energías renovables”, dijo un experto en energía del Banco Interamericano de Desarrollo, en diálogo con LA NACION.
A esto se le agrega que la Argentina aporta un gran porcentaje de las energías limpias que se observan en la región. Tiene energía hidroeléctrica, junto con Brasil, Venezuela, México, Colombia y Paraguay. Mientras que los recursos solares y eólicos vienen ganando cada vez más terreno, donde el país lidera junto con Brasil, México y Chile.
Eso sí, actualmente el gas natural suministra el 50% de la electricidad en la Argentina. Pero, de acuerdo con los expertos, la energía eólica y solar fotovoltaica podría satisfacer la mayor parte del crecimiento de la demanda de cara a 2050, impulsado por el potencial eólico de la Patagonia. En tanto, el petróleo representa casi el 80% del consumo de energía para el transporte.
Por eso, hoy todo ese potencial que tiene el país y América Latina en general representa en este momento eso: un potencial que todavía se tiene que aprovechar. Actualmente, existe una brecha “sustancial” en la implementación de políticas, según explicó la IEA.
Aunque 16 de los 33 países de la región se comprometieron a alcanzar emisiones netas cero para mediados de siglo o antes (entre ellos, la Argentina), la promesa contrasta con las políticas actuales de los distintos gobiernos.
Se prevé que la región siga utilizando los combustibles fósiles para satisfacer una gran parte de las necesidades energéticas, sobre todo teniendo en cuenta que América Latina y el Caribe posee alrededor del 15% de los recursos mundiales de petróleo y gas natural.
Mientras tanto, se proyecta que el progreso en las transiciones a energías limpias seguirá siendo limitado.
Al escenario se le suma el desafío de la falta de inversión. Para cumplir dichas promesas, la financiación de proyectos de energía limpia debería duplicarse de acá a 2030 hasta alcanzar los US$150.000 millones y quintuplicarse hasta 2050.
Pero, si los países se comprometen en alcanzar las metas y las mismas se terminan cumpliendo, el informe remarcó que los gobiernos de América Latina y el Caribe verán que las energías renovables cubrirán toda la nueva demanda de energía de esta década. Eso permitiría que las exportaciones de petróleo aumenten en casi dos millones de barriles por día para 2030, diversificando la oferta global y aumentando los ingresos.
“Los recursos renovables competitivos también impulsarían la producción de hidrógeno de bajo costo y bajas emisiones, lo que puede ayudar a descarbonizar la industria pesada y el transporte de carga a nivel nacional e internacional. La producción de biocombustibles aumentaría y los ingresos a largo plazo provenientes de minerales críticos se duplicarían a casi US$200.000 millones de dólares, superando los de los combustibles fósiles”, auguraron.
Fuente: La Nación