La construcción de una presa en Etiopía podría provocar la primera guerra por el agua
Está terminada en un 80% Egipto y Sudán denuncian la «apropiación» del agua del Nilo. El agua es una nueva razón de disputa, más fuerte que el petróleo. A pesar de un gran número de iniciativas regionales e internacionales para resolver las disputas todo pareciera terminar en un enfrentamiento bélico entre las partes afectadas.
El Gobierno etíope está construyendo,a través de la compañía italiana WeBuild Group, una presa con la esperanza de generar energía suficiente como para poder desarrollar de manera independiente el país, donde más de la mitad de la población todavía no tiene acceso a electricidad. Pero la presa la está construyendo en la principal afluente del Nilo; un Nilo del que Sudán y Egipto dependen para cubrir la absoluta mayoría de su consumo de agua dulce y potable.
En marzo el presidente egipcio, Abdelfatah el-Sissi, afirmaba que las aguas del Nilo eran intocables. Sin embargo, parece que las amenazas y las críticas de Cairo y Jartum (Sudán) no le han importado lo más mínimo a Adís Abeba, y es que los etíopes siguen adelante con la construcción de lo que se espera que en dos años se haya convertido en el mayor generador hidroeléctrico del continente y de los mayores del mundo.
Cabe destacar que los Gobiernos de Jartum y El Cairo han realizado recientemente ejercicios militares en los alrededores del Nilo luego de que Etiopía anunciara que llenaría la presa por segunda vez en julio de este año.
Un exmiembro sudanés del equipo de negociación de la presa, Ahmed al-Mufti, afirmó que «la posibilidad de una guerra aumenta día a día. Etiopía está haciendo que las negociaciones fracasen. A Sudán y Egipto no le queda más remedio que entrar en un conflicto con Etiopía». EEUU ya fracasó con Trump a la cabeza en esta tarea de hacer llegar a un acuerdo a estos países. El Consejo de Seguridad de la ONU es incapaz de hacer nada tampoco y por esto la incertidumbre, solo es calor que se va añadiendo a una olla a presión a punto de estallar.
La postura de Cairo y Adís Abeba son cada vez más irreconciliables, y el miedo penetra en la mente de todos los egipcios: desde el obrero hasta el agricultor, y ni siquiera la élite política y económica se libran.
La presa se terminará, eso está garantizado, pero lo que llegará después es pura incertidumbre. Una sequía de varios años, muy seguramente, podría provocar la primera guerra del agua de lamentablemente muchas.