La pequeña isla que sus habitantes compraron
Eigg es una de las pequeñas islas que forman las islas híbridas del interior de Escocia.
A 24 kilómetros del continente escocés, en el medio del mar de las Hébridas, se encuentra Eigg, una pequeña isla que promete ser un faro de autosuficiencia y sostenibilidad. Poblada por cerca de 110 habitantes, es la segunda isla más amplia de las Pequeñas Hébridas, pero aunque más poblada y un ejemplo de vida sostenible en la comunidad.
La historia de Eigg dio un giro en 1997 cuando sus habitantes decidieron arriesgarse y comprar la isla, que anteriormente había pertenecido a un enigmático artista alemán que sólo la había visitado dos veces en dos años. La comunidad recaudó fondos y, con la ayuda de un donante anónimo, pudo adquirirlo por 1,75 millones de euros.
Posteriormente, Eigg lanzó una serie de iniciativas para promover la sostenibilidad y la autogestión. Acuerdo a cuidar la isla, todos los habitantes firman un contrato y se ha creado un sistema innovador que unifica las tres energías clave: sol, agua y viento.
Eigg es pionero en energía y vida sostenibles
En 2008, la comunidad de Eigg se convirtió en la primera en el mundo en retirar de la red eléctrica convencional y obtener energía exclusivamente mediante fuentes renovables. El complemento entre los sistemas eólico, hidroeléctrico y solar permite la producción de electricidad incluso en situaciones climáticas adversas. La mayoría de las fuentes sostenibles es la fuente principal de la isla, aunque existen generadores de respaldo.
Aprovechando sus paisajes espectaculares como escenarios de películas y programas de televisión, desde Harry Potter hasta James Bond, el turismo también fue clave en el desarrollo de la isla.
Highlands and Islands Enterprise, la agencia de desarrollo local, fomenta el emprendimiento empresarial y la creación de empleos calificados, lo que aumenta el atractivo de la isla como destino turístico sostenible lleno de encanto natural. La historia de Eigg no sólo es un brillante ejemplo de vida comunitaria, sino que también ilumina el camino hacia un futuro más sostenible.