La usina eléctrica para el carbón de Río Turbio no funciona, pero se gastaban $ 300 millones por mes para pintarla
Fue una promesa del kirchnerismo para usar el carbón de la mina. Cuando la encendían, perdía 30 millones de pesos por día. Envuelta en pruebas de corrupción, y sin terminar, está costando el triple de su presupuesto original.
La Central Térmica de Río Turbio está apagada y así permanecerá por un largo tiempo. Sin generar la energía prometida por el kirchnerismo, se contrató una empresa para que haga el mantenimiento y los últimos meses, pinte la Usina. Se le pagaba 300 millones de pesos por mes.
Además, pese a tener 110 operarios asignados, se contrató -por 700 millones mensuales- a otra firma para que la opere. El problema es que cada vez que se encendía, perdía 30 millones de pesos por día. La obra se licitó hace 17 años y nunca se terminó: hoy costaría más de 200 millones de dólares concluirla.
La chimenea de 109 metros de altura que se observa a la distancia sin ninguna competencia, es una de las muestras más concretas de una obra civil fallida y una promesa energética que jamás se concretó. Se convirtió en una suerte de «elefante blanco» en el corazón minero de Santa Cruz.
El enorme contrato para hacer la usina emplazada entre Río Turbio y 28 de Noviembre, estuvo -y sigue- plagado de sospechas y denuncias. Para empezar, fue adjudicada a una UTE liderada por la española Isolux Corsán en 857.341.128 dólares. «Sin embargo, como consecuencia de las variaciones y posteriores contrataciones otorgadas a la empresa en el marco del mismo proceso licitatorio, el nuevo valor de contrato ascendió a 1.726.251.982 dólares», explicitó una pericia oficial incorporada a la causa judicial que investigó a Julio De Vido, al ex titular de YCRT y a otros ex funcionarios y participantes de aquel proceso.
Esa cifra también se quedaría corta: durante el período en el que Aníbal Fernández fue interventor, entre otras licitaciones y planes de obra, se gastaron más de 1.900 millones de dólares, y todavía falta lo que se invertirá en finalizarla. En 2022 Clarín realizó un pedido de acceso a la información a la firma minera. Ante la consulta respecto a cuánto costará terminar la Usina, se señaló que demandará poco más de 70 millones de dólares.
Conclusión: en ese entonces, la usina habrá costado entre dos y tres veces más de lo que se había presupuestado originalmente.
Al tipo de cambio oficial y con el deterioro que algunas partes de la Central Térmica exponen, el costo actual rondaría los 200 millones de dólares para terminar la obra civil y se logre poner en marcha. Un dinero que el gobierno de Javier Milei no tiene.
Contratos bajo la lupa
Todos los números que rodean este complejo energético son escandalosos. La actual intervención de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), de la que depende la Usina, se encontró con tres contrataciones por demás llamativas.
La primera de ellas responde a una empresa llamada Lares Del Sur SA, contratada para asistencia técnica para la Usina pese a su falta de experiencia en el campo energético. La información que tiene bajo análisis la actual intervención a cargo de Thierry Decoud sostiene que se la había contratado para «pintar todos los meses una Usina que no estaba en operatividad».
La documentación de YCRT expone que sólo en ocho licitaciones Lares del Sur fue beneficiada 868.432.177,80 pesos. Los pliegos hablan de «capacitación y asistencia técnica del personal de la Usina». En la práctica, se la contrató para el mantenimiento de la obra inactiva y los últimos meses, realizó tareas de pintura.
No fue lo único con lo que se encontró la intervención designada por el gobierno de La Libertad Avanza. Por mes se destinaban poco más de 700 millones de pesos para la operación de la Usina a la firma Prosetec SRL. De hecho la compañía reclama una deuda de la anterior gestión.
Esta firma fue contratada para hacer la operación y el mantenimiento general, no de la infraestructura, sino de la turbina en sí, la única que se ponía eventualmente en marcha.
«Se tercerizó la operatividad de la Usina pese a contar con 110 operarios de YCRT designados», explicaron fuentes oficiales a Clarín, ysuman otro dato: aún con esa decisión, la Central Térmica no tuvo actividad continua porque presenta «problemas en su obra civil».
Ante este panorama, de por sí, desfavorable para la Central que se pretendía que genere 240 Mw, se detectó una tercera licitación adjudicada a una firma de catering para garantizar los servicios al personal subcontratado, por más de cien millones de pesos por mes.
Con la Usina apagada, las autoridades estiman que esto genera un ahorro por encima de los 1.000 millones de pesos, si se tiene en cuenta las contrataciones detalladas más la pérdida diaria que genera encenderla en las condiciones actuales.
Cristina Kirchner en una de sus visitas a la Usina de Río Turbio.Cristina Kirchner en una de sus visitas a la Usina de Río Turbio.
Plan de negocios K
Hasta el año pasado, el gobierno de Alberto Fernández incluyó en el presupuesto nacional fondos destinados a la Usina. Entre los objetivos de la empresa estaba la finalización del Módulo I y Módulo II de la Central Termoeléctrica Río Turbio «14 Mineros» de 240MW para la provisión de energía al país» .
Pretendía para el año 2023 alcanzar el cien por ciento (100%) en la generación energética de la usina de 21MW, «consolidando su puesta en valor y conseguir la autonomía energética suficiente tanto para cubrir la demanda de consumo de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (fundamentalmente en las actividades de la Gerencia General de Explotación), así como la demanda de las localidades de Río Turbio, 28 de Noviembre y Julia Dufour». Eso no ocurrió.
La Usina que quema carbón
YCRT es la responsable de alimentar con su carbón a la Central Térmica. En enero del 2022, produjo 2.346 toneladas de carbón, y la extracción máxima contabilizada hasta el año pasado (2023) no superó las 6.300 toneladas.
Esa producción está absolutamente alejada de las 112.320 toneladas mensuales que debe extraer para alimentar la Usina que esta gestión promete terminar. Apenas el 5%.
El estado actual es aún más desolador. El interventor Coud se encontró con una empresa sin producción. Recién ahora, por día están sacando 550 toneladas de carbón.
La Central térmica que además, presenta problemas técnicos en su construcción quedificultan su viabilidad, cada vez que se enciende genera «una pérdida de 30 millones de pesos diarios», explicaron a Clarín fuentes oficiales.
Los pocos recursos económicos que se tienen, se volcarán a la mina de carbón, a aumentar su extracción de carbón para así exportarla a través del puerto de Punta Loyola ( a 300 kilómetros de Río Turbio).
Las sospechas de corrupción
El diseño de obra plantea el funcionamiento de dos calderas abastecidas por el carbón extraído de YCRT. Pero durante la gestión de De Vido, se incorporó un cambio para realizar un tendido de gas hasta la Usina: se temía que el carbón de Río Turbio no fuera suficiente para encender ambas calderas y generar la energía demandada.
El gobierno de Mauricio Macri calificó esta obra como un «emblema de la corrupción». Incluso la AFIP terminó denunciando a Isolux Corsán por facturas apócrifas. La compañía avanzó con un pedido de quiebra en España, donde tiene su casa matriz y el nombre de la obra como de la firma, no tardó en aparecer en el escándalo de los Cuadernos de las Coimas.
La usina fue licitada por el gobierno de Cristina Kirchner en 2007 y fue ella misma quien en 2015 -en plena campaña electoral- puso en marcha la primera de las dos calderas. Aquella acción anunciada de forma grandilocuente duró tan sólo 24 horas: la caldera se rompió y años después las autoridades de la empresa constructora admitieron que no estaba lista para encenderse. La reparación le costó más dinero al Estado.?
Como ya contó Clarín en su momento, la generación de energía total que aportará la usina tampoco será la prometida. En los papeles, la obra producirá alrededor de 240 megavatios, pero lo cierto es que necesita unos 40 MV para su propio funcionamiento. Al final de cuentas, cuando alcance su máxima producción podrá aportar 200 MW al Sistema Interconectado.
Fuente: Clarín