Las cifras de Biden en la Cumbre del clima se apoyan mayoritariamente en materia eléctrica
Lo que representa prácticamente todas las reducciones que ha logrado Estados Unidos, ha sido la rápida transformación de la red de producción y distribución de electricidad estadounidense. Las emisiones del sector eléctrico ya han disminuido en más de un tercio, ya que las centrales eléctricas de carbón han sido sustituidas por gas natural de combustión más limpia y por energía eólica y solar de cero emisiones. Pero las emisiones no eléctricas del país aumentaron un poco antes de que el Covid pusiera la economía en pausa.
Aunque el plan de infraestructuras de Biden, de más de 2 billones de dólares, pretende realizar cambios tectónicos en toda la economía, su éxito dependerá sobre todo de que se limpie la red eléctrica aún más rápido. Esto se debe en parte a que la electricidad es el único sector con alternativas limpias, baratas y eficaces a los combustibles fósiles que ya están ampliando su cuota de mercado. Y en parte porque la electricidad limpia magnifica los beneficios climáticos de la electrificación de sectores como el transporte en el futuro.
«El sector de la energía sigue siendo el que más frutos puede dar. El resto de la economía parece mucho más desafiante», afirma Ed Crooks, vicepresidente para las Américas de la consultora energética Wood Mackenzie.
El mundo tiene un plan sencillo pero eficaz para eliminar los combustibles fósiles: pasar a la electricidad limpia mientras se electrifica la mayor parte posible del resto de la economía. Estados Unidos ha tenido un éxito notable con la primera parte, eliminando más de un tercio de sus emisiones de electricidad desde 2005 al retirar más de la mitad de sus centrales de carbón. Es el resto de la economía el que ha sido un problema ya que las emisiones del transporte sólo disminuyeron un 5% antes de la pandemia, las de la industria apenas se movieron y las de los edificios y las explotaciones agrícolas aumentaron ligeramente. Los mandatos del gobierno para que las calderas y los coches sean más eficientes energéticamente se han visto compensados por la compra por parte de los consumidores de casas más grandes y de autos todoterreno (SUV) que consumen mucha más nafta. Esto vuelve la tarea mucho más desafiante para la máxima potencia mundial. El gobierno norteamericano deberá idear un plan para lograr la tarea a la cual se comprometió su máximo mandatario en el acuerdo de París.