Las cotizadas explican sus planes de inversión y los 8.900 millones de euros para potenciar el hidrógeno en España
El Ejecutivo español ha corregido la hoja de ruta de su política de transición energética y ha otorgado al hidrógeno verde la etiqueta de fuente estratégica de primer orden. Un giro trascendental, porque hace un año, cuando anunció el road map de impulso a las renovables, el hidrógeno verde ocupaba un lugar residual.
Moncloa ha elevado los recursos destinados a su producción. Hasta 8.500 millones de euros en los próximos diez años, 1.500 de ellos, procedentes de los fondos europeos, en el próximo trienio. Con partidas consignadas a tal fin en el presupuesto que acaba de aprobarse, para 2021, en el que se contempla una dotación de 100 millones. Más de 60 empresas podrán optar a esta inyección estatal. Las cotizadas valoran sus proyectos de inversión en hidrógeno y la revisión estratégica del gobierno.
La consigna de potenciar el hidrógeno verde ha calado en las estructuras corporativas españolas. Iberdrola, estandarte internacional de compañía renovable entre inversores y firmas consultoras de evaluación de negocios sectoriales, recuerda, dentro de los contenidos más destacados de su web oficial, que esta fuente energética “no es solamente el elemento químico que más abunda en la naturaleza, sino que la IEA, precisa que la demanda de hidrógeno para uso como carburante se ha triplicado desde 1975, hasta alcanzar los 70 millones de toneladas en 2018”. Es decir, que, lejos de ser una apuesta de futuro, resulta una auténtica realidad del mercado. La mayor firma hispana por capitalización bursátil -desplazó en verano a Inditex- enfatiza que es la única fuente de energía que sólo emite vapor de agua, sin dejar residuos en el aire, a diferencia del carbón o el petróleo. Y que, en pleno proceso de descarbonización, que no puede ser postpuesto por más tiempo, tendrá una substancial preeminencia en este cambio de paradigma. Sobre todo, si, como prevé el Consejo Mundial del Hidrógeno, sus costes de producción retrocederán un 50% para 2030. “Será, sin duda, uno de los combustibles del futuro”.
También Repsol parece abandonar con inusitada rapidez su negocio tradicional. Ya emitió su hoja de ruta en diciembre de 2019, cuando su consejero delegado, Josu Jon Imaz, realizó un road-show internacional en la que anuncio el objetivo de la multinacional de certificar emisiones cero en 2050 en todos sus productos, que tuvo un amplio eco en la prensa internacional. La major hispana dijo entonces que focalizaría su reto sobre el valor en vez de en el crecimiento productivo y revisaría la valoración de sus activos de crudo y gas en un mundo descarbonizado, lo que les supondrá un cargo en las cuentas de 4.800 millones de euros. Los gastos, aseguran en Repsol, serán redirigidos hacia la transición energética con inversiones en proyectos solares y eólicos que, de combinados, tendrán una capacidad de 1.600 mega watios, impulsando la cartera de renovables de la compañía hasta el 40%. “Estamos convencidos de que debemos ser más ambiciosos en los objetivos de lucha contra el cambio climático” afirma Josu Jon Imaz, su consejero delegado, porque “creemos que es ahora el momento de Repsol, en el que tenemos que demostrar toda nuestra confianza”. Un año después, la compañía avanza que deja el crudo en segundo plano y que prepara su salida de varios mercados estratégicos. Al término de este ejercicio, dará por finalizados once trabajos en curso, tanto de exploración de yacimientos como de prospección. Inversiones que han ido menguando. Desde los 1.800 millones destinados a tal fin en 2014, a los apenas 150 que contempla su recién revelado plan estratégico 2021-25.
En el marco regulatorio y legislativo, el Gobierno ha diseñado un fondo, a instancias del Ministerio para la Transición Ecológica, llamado de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, que extrae del cálculo del recibo de la luz la cuota de renovables. Aprobado hace unas semanas en Consejo de Ministros, el mercado cifra en un 13% la reducción de la factura media por la supresión de estos costes fijos. Este fondo lo gestionará el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDEA), admite el ministerio, y supondrá, de facto, un nuevo modelo de cálculo del recibo. Para el sector privado y para hogares. Y se financiará con aportaciones de firmas suministradoras de energía, a los que se les considera sujetos fiscalmente obligados por tasas y gravámenes vinculados al cumplimiento de los requisitos regulatorios y de los ingresos por subastas de CO2. Mediante pagos trimestrales por sus ventas de energía. Con un periodo transitorio de cinco años hasta su plena instauración.
Las firmas cotizadas del sector energético han puesto al hidrógeno verde en sus puntos de mira y le han colgado el cartel de combustible estratégico en sus planes de inversión. Uno de los pilares de sus transformaciones hacia la neutralidad energética. Aunque vuelve a ser un objetivo que aún se encuentra en estado casi embrionario -si se compara con las ambiciones de liderazgo alemanas, dentro de Europa, y provenientes de otras latitudes, como Australia, China o Japón, en cuanto a proyectos en cartera o en curso y, sobre todo, respecto a inversiones tecnológicas para acometer el tránsito hacia una verdadera industria del hidrógeno verde. Quizás por la decidida estrategia de la canciller Merkel -inundada de fondos para invertir en este combustible limpio a corto y medio plazo- Moncloa ha virado su planteamiento de transición energética inicial, y ha desplegado 8.900 millones en colaboración público-privada hasta el año 2030. Esencialmente, dirigidos a innovación, la piedra angular de la estrategia hacia el hidrógeno limpio. Con 1.500 millones procedentes de los fondos europeos hasta 2023. Así como 100 millones de dotación específica en el presupuesto para 2021, de reciente aprobación. Más de 60 empresas han manifestado su interés en acceder a estos recursos, aunque también han dirigido reivindicaciones de mejora y modernización de la seguridad jurídica para sus inversiones. La maniobra gubernamental promete ser un acicate para compañías de mediana dimensión. Toda vez que Repsol , Iberdrola , Endesa , Naturgy , Enagas o Acciona llevan ya tiempo con proyectos concretos con el hidrógeno verde por bandera.
Desde las patronales se incide en la conveniencia de una estrategia oficial y bien hilvanada, con recursos financieros suficientes para emprender esta transformación. La Asociación Española de Hidrógeno (AeH2) está convencida de que España podría ser líder en la generación de este vector de energía a partir de fuentes renovables. Desde AeH2 destacan que el hidrógeno permite integrar renovables a gran escala de manera eficiente, distribuir energía entre sectores y regiones y, así, descarbonizar los sectores intensivos en emisiones: transporte, industria, producción eléctrica y edificios. Además de estos beneficios -recalcan sus ejecutivos- el hidrógeno verde destaca por su capacidad de almacenamiento de energía a gran escala durante largos periodos de tiempo, lo que permite amortiguar los desajustes entre producción y consumo de energía. E insisten en que “en cualquier proceso de transición energética, el hidrógeno va a jugar un papel fundamental como conexión entre los diferentes activos, ya que cada vez es más necesario un vector que acomode a España a las nuevas formas de generación energética”. Es precisamente esta versatilidad la que lo va a convertir en un vector de conexión disruptivo, tanto en el sector eléctrico, como en esos otros sectores difusos. “Nos encontramos en un momento crítico, que a su vez supone una importante oportunidad para España. Motivo por el que debemos implantar soluciones cero-emisiones para limitar las consecuencias del cambio climático. Y en España contamos con capacidad suficiente de garantías de autoabastecimiento de hidrógeno renovable, capaz de generar riqueza local. Además de estar en disposición de conseguir ser exportadores a otros países, convirtiéndonos en el ‘hub’ del hidrógeno renovable hacia Europa. Misma declaración de intenciones de Australia y Alemania. En sintonía con los parámetros de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que fija para 2030 unas metas de reducción de las emisiones del 23% respecto a 1990, duplicando el porcentaje de renovales en el consumo final, hasta un 42% y de aumento de la presencia de energías limpias en el sistema eléctrico hasta el 74% con mejora de la eficiencia en un 39,5%. Y en plena revisión del patrón de crecimiento hacia la sostenibilidad y la digitalización, tal y como determina el Pacto Verde Europeo.
En este contexto, varias de las empresas cotizadas de mayor relevancia cuentan a Estrategias de Inversión sus planteamientos sobre el hidrógeno y el resto de las energías renovables.
Iberdrola. La descarbonización del planeta es uno de los objetivos que se han marcado países de todo el mundo. La neutralidad climática que exige el ‘Green Deal’ -acelerado a través del plan de recuperación europeo- pasa por encontrar un vector energético eficaz y libre de emisiones que permita descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como la industria o el transporte pesado. El hidrógeno verde es una tecnología clave para descarbonizar aquellos procesos industriales más difíciles de electrificar, como la producción de fertilizantes o, más a futuro, el transporte pesado. Actualmente, dicen desde la compañía eléctrica, “hay mucho camino por delante e Iberdrola está preparada para liderarlo; creando, además, una cadena de valor que convierta a España en polo tecnológico e industrial de este nuevo sector”.
Los planes de la UE contemplan la instalación de 40 GW de electrolizadores verdes en la Unión para 2030, mientras que la meta que se ha fijado España está en 4 GW al final de la década. A través de su alianza con Fertiberia, que contempla la instalación de 800 MW hasta 2027, Iberdrola pondrá en marcha la capacidad equivalente al 20% de este objetivo nacional. De esta capacidad, los primeros megavatios estarán operativos en 2021, en la planta que la compañía de fertilizantes tiene en Puertollano.
Además -afirman fuentes de la multinacional- Iberdrola ha afianzado su apuesta por el hidrógeno verde con un doble compromiso: por un lado, ha creado una unidad de negocio específica para su impulso y, en paralelo, ha pasado a la acción para hacer de España un polo tecnológico e industrial de esta tecnología”, en referencia a su alianza con Fertiberia, con la proyección de 800 MW de hidrógeno verde y una inversión de 1.800 millones de euros en los próximos siete años.
Desde hace años, explican sobre la estrategia del Gobierno español, “se viene constatando que la apuesta por las renovables eléctricas, tanto fotovoltaica como eólica, es la respuesta adecuada a la descarbonización del sector eléctrico y que la aceleración de los objetivos climáticos a 2030 solo puede basarse en tecnologías maduras. Pero para conseguir en 2050 el reto de descarbonización plena se necesitan trabajar en tecnologías todavía en desarrollo que, a través de I+D, permitan además desarrollar localmente la tecnología y la industria necesaria. En este contexto, la ambición para hacer realidad la descarbonización en el sector industria se ha trasladado a los objetivos de la Comisión Europea, que ha lanzado su estrategia del hidrógeno verde con el objetivo de incorporar al sistema energético 40 gigavatios (GW) de electrolizadores a 2030 y que, en 2050, represente el 14% en el mix energético, frente a tu prácticamente nula aportación actual. Clima en el que se enmarca la creación, por parte del Gobierno de España, de la Hoja de Ruta del Hidrógeno verde con la que busca alcanzar 4 gigavatios (GW) en 2030. “Son planes ambiciosos, que pretenden poner a Europa a la vanguardia mundial en esta tecnología y que requieren empresas industriales dispuestas a afrontar la transformación de sus procesos de producción; proveedores de equipos preparados para producir a gran escala las infraestructuras para la electrólisis, con equipos cada vez más eficientes y competitivos; firmas con capacidad de inversión y de ejecución necesarias para generar y suministrar las cantidades precisas de energía verde; y las ayudas europeas para hacer de estos proyectos una realidad”, explican desde la multinacional.
“Iberdrola quiere situar a España y a Europa a la vanguardia mundial en esta tecnología, con la que se reducirá la dependencia energética y el consumo de combustibles fósiles y se revitalizarán las estructuras económica y social del país”. La alianza con Fertiberia, “avanza en el desarrollo de un ambicioso proyecto integral para hacer de España un líder industrial en el sector”. Porque se trata de un plan que equivale al 20% del objetivo nacional de hidrógeno verde que prevé el Gobierno en 2030 y lograría que alrededor del 25% del hidrógeno actualmente consumido en España no genere emisiones de CO2. Además de contribuir a la transformación de toda la cadena de valor, creando casi 4.000 empleos cualificados -2.000 de ellos ya en 2023-, a través de 500 proveedores locales. La iniciativa de innovación “arrancará con la puesta en marcha del primer y mayor complejo de hidrógeno verde para uso industrial de Europa hasta la fecha, que estará operativo en Puertollano (Ciudad Real) en apenas un año”. Planta que se sitúa en una ubicación privilegiada, en un polo industrial importante, donde se ubica el Centro Nacional del Hidrógeno que ha asesorado durante la génesis de esta iniciativa.
“Pero la apuesta de Iberdrola va más allá”, porque la compañía -dicen en la firma- “ha alcanzado un acuerdo con el fabricante líder de electrolizadores en el mundo, Nel, para desarrollar un tipo de electrolizadores de gran tamaño y promover la cadena de valor de esta tecnología”. Para que se materialice el proyecto, Iberdrola junto a la empresa vasca Ingeteam, trabajarán también con el objetivo de convertirse en el primer fabricante de electrolizadores a gran escala en España. A este respecto, la firma que preside Ignacio Sánchez-Galán, “ha reforzado su apuesta por la innovación y la industrialización en sectores de nueva creación para responder a esta revolución energética y contribuir a la creación de oportunidades que conviertan a nuestro país en referente industrial de la transición energética”. Mediante el fomento, dentro de otra nueva iniciativa, su programa de start-ups Perseo, denominada Perseo Venture Builder, que invertirá 40 millones de euros en la creación de firmas industriales innovadoras que trabajen en nuevos ámbitos de la electrificación y en sectores de difícil descarbonización, como son la industria y el transporte pesado.
Fuente: Estrategia de Inversión.