Las represas hidroeléctricas están en una situación «crítica», alertó Paganini
El ministro sugirió que el déficit de generación eléctrica puede ser compensado con importaciones de energía, que ahora son principalmente de Brasil.
Omar Paganini, ministro de Industria de Uruguay, advirtió que las centrales hidroeléctricas del país se encuentran en estado «crítico» a raíz de la secuencia.
El jerarca comentó que la generación eléctrica de las plantas se administra «como se puede», dada la escasez de agua que genera el déficit hídrico que asola al país hace meses. En ese sentido, explicó que se les pone más actividad cuando «hace falta más» y que el resto del día se dedica a tratar de ahorrar la mayor cantidad de dinero posible.
¿Cómo afecta la secuencia a la producción de energía hidráulica?
Debido al déficit hidroeléctrico de Uruguay, Salto Grande solo produce el 10% de la capacidad energética del país.
En tal situación, la represión de Salto Grande, por ejemplo, sólo está produciendo entre el 8% y el 10% de la energía que sería capaz de producir en una situación sin secuencia extrema. Es decir, aunque una tasa típica debería rondar los 5.000 metros cúbicos por segundo, la tasa actual de la represión es de 630.
Paganini también dijo que el «respaldo térmico» y la «energa eólica que en este tiempo también ha estado disponible» compensarán el déficit de las represas uruguayas. Pero también, la importación de energía de Brasil es crucial para satisfacer la necesidad de la nación.
“El sistema uruguayo es resiliente porque tiene la posibilidad de intercambio y del respaldo térmico, además de la energía eólica que en este tiempo ha estado disponible también”, dijo el ministro.
Hoy en día, las importaciones de países en su mayoría de la región Carioca representan una cuarta parte del consumo eléctrico de Uruguay.
En uno de los peores tramos de la secuencia, a mediados de febrero durante 18 días, esa proporción fue del 30%. En ese lapso se importaron 172 GWh, o 172.000 MWh; por ese monto, Uruguay remitió 10 millones de dólares. Como resultado, el país paga actualmente un promedio de $58 MWh.