Litio en Argentina: Una oportunidad para el desarrollo
El cambio climático y la condición de recurso no renovable están poniendo fin al reinado del petróleo. En este contexto, se buscan otras fuentes de energía que puedan reemplazarla. Entre ellas, aparece una que ha comenzado desde hace más de dos décadas su camino al trono: el litio. Se trata de un recurso estratégico, cuya demanda creció de manera exponencial en los últimos años. En este contexto se abren un abanico de oportunidades y desafíos para Argentina, que cuenta con una de las mayores reservas de litio del planeta, ubicándose en el tercer lugar a nivel mundial.
Es un metal blando, de color blanco plata; es el metal más liviano del planeta y contiene propiedades especiales en la conducción del calor y la electricidad. Este elemento que presenta relativa abundancia en la corteza terrestre, se lo puede encontrar en sedimentos de roca y salares. Entre su multiplicidad de usos, destaca la fabricación de baterías para celulares, notebooks y coches eléctricos.
Sin embargo, por la falta de controles, de regulación y la ausencia de restricciones, nuestro país es el más tentador para que se instalen las empresas transnacionales. Entonces, si el litio emerge como factor clave para garantizar la transformación de la matriz energética y del patrón tecnológico y las mayores reservas del mundo se encuentran en los países del denominado triángulo del litio, resulta simple comprender que el tablero de la geopolítica mundial estará atravesado por la disputa por los recursos naturales estratégicos, al constituirse estos como elemento esencial de poder, porque permiten modificar o sostener el status quo vigente.
En el norte del territorio argentino se asienta una de las mayores reservas de litíferas del planeta, lo que ubica a nuestro país en el tercer lugar entre los principales productores de litio a escala global. Conforma, junto a Chile y Bolivia el denominado Triángulo del Litio, en cuya geografía sobresalen el Salar de Hombre Muerto de nuestro país, el de Atacama, en Chile y el de Uyuni, en Bolivia. Los salares de estos tres países concentran el 85% de las reservas de litio de fácil extracción del planeta.