Los autos eléctricos evitarían más de 100 mil muertes antes de lo previsto en 2050
Prevén que de cumplir con las expectativas, habría 2,78 millones de ataques de asma menos y 13,4 millones de días perdidos en el trabajo menos.
La Asociación Americana del Pulmón en Estados Unidos, reveló en un informe que el traspaso de los autos a combustión a los autos 100% eléctricos podría producir un ahorro de 1,2 billones de dólares al sistema de salud pública y al mismo tiempo evitar cerca de 110 mil muertes prematuras en 2050 sólo en Estados Unidos.
Un planeta sin humo procedentes de los miles de millones de vehículos que circulan a diario reportará muchos beneficios para los seres humanos que habitamos en él. Y los datos lo comprueban.
La asociación estadounidense llegó a la conclusión que a esto se podría llegar si todos los autos de pasajeros fueran eléctricos desde 2035 y todos los vehículos de transporte pesado lo fueran a partir de 2040.
El estudio a su vez asegura que la transición desde las tecnologías de combustión hacia tecnologías más amigables con el medio ambiente en los sectores de transporte y generación de electricidad puede reducir significativamente la exposición a la contaminación, especialmente en comunidades con rutas, puertos, almacenes, refinerías o centrales eléctricas cercanas.
Poco más de 4 cada 10 estadounidenses todavía viven en una comunidad afectada por niveles nocivos de contaminación del aire. La combustión de combustibles para la generación de electricidad y el transporte es uno de los principales contribuyentes a las cargas climáticas y de salud que enfrentan todos los estadounidenses (y el resto del mundo, en general).
“El elefante en la habitación es el costo de la electrificación”. La frase fue dicha por Carlos Tavares, CEO de Stellantis, el gigante automotriz que nació tras la fusión de los grupos Fiat-Chrysler (FCA) y Peugeot-Citroën (PSA).
Tavares aseguró que los costos de producir un auto eléctrico son entre un 40 y un 50 por ciento más altos que los que demanda la fabricación de un vehículo con motor a combustión, ya sea naftero o diésel.
El número uno de Stellantis explica que es un costo que no puede ser absorbido por completo por el fabricante si alguna vez espera obtener ganancias, como tampoco puede transferirse del todo al consumidor, ya que los precios se irían muy arriba.
Tavares aseguró para cerrar que los fabricantes deben reducir los costos internos y negociar con los proveedores que administran el 85 por ciento de la cadena de repuestos para poder lograr un equilibrio entre los costos de producción y las ganancias.