Los subsidios energéticos disminuyeron un 11% en lo que va del año
Para la consultora que dirige Nicolás Arceo la adopción de un nuevo entorno regulatorio permitiría reducir las importaciones de energía, incrementar sustantivamente los niveles de inversión y, con ello, la producción hidrocarburífera.
De acuerdo con los datos suministrados por Economía & Energía (E&E) durante los primeros ocho meses de 2023 los subsidios al sector energético se redujeron un 11% con relación al mismo período de 2022.
«El aumento de la producción permitiría un nivel de exportaciones incremental a finales de la presente década de más de U$S 20.000 respecto a las exportaciones verificadas en 2022 y una disminución de las importaciones de casi U$S 8.600», explicó Nicolás Arceo, director de la consultora.
Del informe se desprende que el nuevo marco regulatorio debería contemplar ciertos aspectos clave, tales como: garantizar el cumplimiento de los contratos, acuerdos y programas de incentivo de estímulo a la producción existentes (Plan Gas.AR, decretos N°929/13 y 277/22, entre otros); realizar licitaciones complementarias para garantizar el pleno abastecimiento de la demanda local; la libre negociación de precios y volúmenes en el mercado local de hidrocarburos; sostener la competitividad de las exportaciones hidrocarburíferas manteniendo las alícuotas de derechos de exportación vigentes en el corto plazo, tanto en gas natural como en petróleo, y eliminándolas en el mediano plazo; y la libre disponibilidad de una porción creciente de los ingresos por exportaciones.
Otro de los temas cruciales que reclama el sector es el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para la adquisición de equipamiento, el repago de deuda y la distribución de utilidades es una condición básica para alcanzar un salto sustantivo en los niveles de inversión.
Según el análisis de E&E, la contracción de la producción hidrocarburífera y la expansión de la demanda local condujeron a la conformación de un persistente déficit comercial en el sector. El déficit en el sector energético explica, al menos parcialmente, la falta de divisas que enfrentó la economía Argentina durante la última década. Entre 2011 y 2022 se importaron más de U$S 92.000 en productos energéticos.
El informe indicó que «la disminución de la producción hidrocarburífera generó también una persistente carga fiscal, producto del aumento del costo de abastecimiento y la decisión de no trasladar dicho incremento plenamente a las tarifas finales abonadas por los usuarios»
«Los subsidios a la energía representaron en promedio 1,9 puntos porcentuales del PIB a lo largo de la última década, explicando en buena medida el deterioro fiscal que experimentó la economía argentina durante ese período. El aumento de los precios internacionales en los últimos años, en conjunto con la política tarifaria instrumentada, condujeron a un crecimiento sustantivo de los subsidios hasta superar los U$S 12.000 durante el pasado año», detalló.
Fuente: Mejor Energía