Millonaria inversión y cambio en la obra, los cruces entre las empresas a cargo de El Tambolar y EPSE
A través de misivas, las partes reclaman no querer avanzar con la obra, incluso se amenazan con dar de baja el contrato.
La empresa Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE) y la Unión de Empresas (UTE), a cargo de la obra del dique El Tambolar, han mantenido una serie de cruces formales por la falta de avance en el proyecto.
Según pudo conocer 0264Noticias, los reclamos se plasmaron en cartas notariales, en las que las partes se intiman unas a otras a que se retomen las tareas, al punto que se amenazaron con dar de baja el contrato, con las complicaciones judiciales que eso implicaría tanto para la provincia como para la UTE integrada por Panedile, Sacde, Petersen, Thiele y Cruz y la compañía estatal china Sinohydro.
Entre los reclamos figura un giro que se hizo en los últimos días del año pasado de unos 800 mil dólares (poco más de 700 millones de pesos al cambio oficial) para la compra de un equipo que hasta el momento no ha llegado. Mientas que la UTE apunta a EPSE por no formalizar un cambio en la obra y por denunciar demoras en las tareas con el claro objetivo de “forzar aparentes causales de rescisión”.
Los reclamos entre las partes llegaron a que, la semana pasada, la UTE concurriera a la Justicia con una acción que no prosperó. Según indicaron fuentes cercanas a las firmas, el objetivo del escrito, una medida cautelar, fue obligar a la provincia a negociar la reactivación de la obra y cancelar una aparente deuda.
Consultado sobre el planteo, el secretario General de la Gobernación, Emilio Achem, si bien prefirió no opinar sobre el hecho, dijo que “desde antes de asumir, ya el gobernador Marcelo Orrego, tenía conocimiento y reuniones con la UTE, para saber cómo venía la situación”. Además, sostuvo que “obviamente hay que sentarse a negociar y poder encontrar un punto de equilibrio”.
Sobre los documentos a los que accedió este medio, en los mismos queda claro existe una marcada diferencia entre lo que entiende EPSE y la UTE sobre por qué la obra está parada. Incluso, si bien las autoridades provinciales han indicado públicamente que las tareas están frenadas por la millonaria deuda que CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima) mantiene con la provincia, dicho punto no es el único.
Al punto tal que, desde la empresa estatal, en una carta notarial cursada el 27 de marzo pasado, se dejó plasmado que EPSE ha realizado “ingentes esfuerzos para darle continuidad a la obra” por lo que se intimó a la UTE a retomar la obra bajo la amenaza de dar de baja el contrato por incumplimiento.
Uno de esos esfuerzos fue el giro de fondos, a modo de adelanto, de unos 800 mil de dólares que surgieron de un acta acuerdo que se firmó entre las partes el 29 de diciembre pasado, esto es, a 19 días de haber asumido el orreguismo en el Ejecutivo. El destino de los aportes fue la compra de un equipo específico de perforación para impermeabilizar el terreno donde irá construida la represa, pero, según sostiene la provincia, los fondos tuvieron otros destinos, por lo que existe un “incumplimiento contractual grave”.
Sobre el reclamo por desvíos de fondos, la UTE lo negó en una presentación que hizo el 23 de febrero de este año, en la que indicó que la firma que comercializa esos equipos (Terretest Argentina) “tiene en su poder sumas adelantadas por más de 800 mil dólares”, pero que el aparato no puede ser importado hasta que se apruebe una Orden de Cambio.
Dicho orden de cambio es, según indicaron fuentes calificadas, modificaciones en la ejecución del proyecto que, según la UTE, EPSE todavía no da el OK. Incluso, para las empresas constructoras, las demoras actuales, además de los problemas de financiación, es producto de que la firma estatal no avanza con el Orden de Cambio acordado oportunamente.
En ese marco, para la UTE, la falta del OK a las modificaciones del proyecto implican que EPSE es la que tiene una “demora injustificada” y “está entorpeciendo y demorando la obra y pretende endilgarnos su incumplimiento”.
Por otro lado, sobre la presunta deuda, las empresas sostienen que es a su favor porque llevaron adelante tareas geológicas extras porque el terreno donde se decidió hacer la obra presentó dificultades únicas en el mundo que no estaban contempladas en el pliego de licitación.
Así, afirmaron que la máquina perforadora (una hidrofresa) estuvo trabajando en esas condiciones en la construcción de la pantalla plástica hasta agosto del 2023 que salió de servicio. Pero EPSE dispuso que se continúe con dichas tareas, con otro equipo, lo que quedó plasmado en órdenes de servicio de fechas 16 de octubre de 2023, 4 de diciembre y 19 de diciembre. En esa línea, afirman que las tareas imprevistas han generado “el derecho de obtener una indemnización integral” por lo que, evidentemente, buscan que es sea cancelado.
Un punto clave del complejo escenario de la obra del dique El Tambolar, es la financiación por parte de CAMMESA. EPSE ha intimado a las empresas a que retomen el ritmo de obra porque sostiene que está atrasada al punto que indican que “durante los 54 meses transcurridos de obra, durante 48 meses” habría existido demoras que, en algunos puntos, superó el 20 por ciento. Las firmas indican que dicha situación es ajena a la empresa por ha existido aspectos que han impactado en el normal desarrollo de las tareas: como la pandemia, el cambio en el diseño de la pantalla y problema en las importaciones. Pero, por sobre todo, que hoy no se puede avanzar porque el proyecto no cuenta con financiación, situación que, indican, es “responsabilidad directa” de la empresa estatal.
Además, apuntan que la provincia no está cumpliendo con un punto clave del acuerdo al que llegó con el Ministerio de Energía y Minería de la Nación por la financiación de la obra, en el que, en la cláusula Nº 5, establece que si existe un flujo negativo de fondos del fideicomiso, dicha diferencia será afrontada por la provincia. Mientras que desde el Ejecutivo han dejado en claro que, dada la crisis económica nacional, el Estado local no está en condiciones aportar recursos para la obra.
Los cruces entre la UTE y la provincia parece haber llegado a un punto de no retorno y muchos ven que se trata de una mega obra que requerirá muchos fondos para que se pueda reactivar. Incluso, hay quienes sostienen que la paralización actual será permanente.
Fuente: 0264 Noticias