Neuquén pide a Nación que ordene programas de uso racional del agua a hidroeléctricas de la región
La Cámara neuquina aprobó hoy la comunicación 183 para requerir a la Secretaría de Energía de la Nación que ordene la puesta en marcha de programas de uso del agua a todas las generadoras que operan los aprovechamientos hidroeléctricos emplazados en los ríos Limay y Neuquén. El pedido busca que se implementen medidas urgentes para limitar la demanda de energía eléctrica ante la baja en los niveles de agua en los embalses ubicados en la cuenca neuquina, en el marco de la Emergencia Hídrica declarada por el gobierno provincial ante la reducción de los cauces de dichos cursos.
La comunicación sobre el uso racional del agua por parte de hidroeléctricas en la región fue aprobada por mayoría. Apunta a fijar un límite a la demanda energética ante la sequía que afecta los ríos, al tiempo que se expresa a favor de que se garantice, en forma previa a la finalización de los contratos de las concesiones hidroeléctricas (en el año 2023), la administración de los recursos hídricos por parte de las provincias ribereñas, “con el fin de permitir su aprovechamiento integral, evitar el uso abusivo de los cuerpos de agua e impedir perjuicios a los habitantes”.
Al respecto, el diputado Mariano Mansilla (FT) dijo que la situación deriva no sólo de muchos años consecutivos de sequías sino también del vaciamiento por parte de las centrales hidroeléctricas operadas fuera de la provincia. Aseguró que la declaración de la Emergencia Hídrica por parte de la AIC fue la más importante desde su creación y bregó por la recuperación de la administración de las hidroeléctricas “porque los neuquinos somos los verdaderos propietarios”.
A su turno, el diputado César Gass (JC) votó a favor pero pidió el tratamiento de un proyecto de su autoría que solicita que la provincia administre las represas una vez finalizados los contratos de concesión dentro de dos años.
En contra votó el diputado Darío Peralta (FT) quien consideró inoportuno y contradictorio que la comunicación se dirija a la Secretaria de Energía “cuando el manejo del agua corresponde a la AIC y son ellos los que deben propiciar el uso racional del agua”.
En este sentido, desde el MPN, Lorena Abdala explicó que hay una concesión, que se vence dentro de dos años, que «está en manos de la Secretaría de Energía de la Nación». «Por eso es que esta comunicación va dirigida hacia quien tiene la relación hoy con las hidroeléctricas”, sostuvo.
En tanto, desde el FIT, Patricia Jure cuestionó que no se controle con mayores exigencias las operaciones de las hidroeléctricas que producen energía a partir de la cuenca neuquina “y en cambio se señala el consumo humano y se lo busca reducir”. Por su parte, Andrés Blanco (PTS-FIT) se refirió al calentamiento global, el cambio climático, la quema de humedales y el fracking como las causas de la actual crisis hídrica.
La semana pasada, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, advirtió que la crisis hídrica puso al país “al límite del límite” y le pidió a la población que ahorre energía. En la Argentina, la sequía y su afectación en la generación hidroeléctrica prendió las alarmas e hizo que la pregunta sobre si podrían volver a repetirse los cortes programados que hubo durante el gobierno de Raúl Alfonsín reaparezcan. En el sector, sin embargo, descartan esta posibilidad, aunque admiten que el sistema estará estresado.
“Hoy el sistema está estresado, no tenemos muchas reservas, pero no estamos vislumbrando que se generen cortes programados, en tanto y en cuanto no haya otra contingencia, porque ya estamos en una situación límite con las dos cuencas del Paraná y Comahue bajas”, dice Daniel Garrido, gerente general de la represa El Chocón, ubicada en Neuquén, al límite con Río Negro, y controlada por la italiana Enel (la misma dueña de la distribuidora Edesur).
Durante el gobierno de Alfonsín, entre diciembre de 1988 y abril de 1989, se realizaron cortes programados de electricidad de cuatro horas (no más porque los alimentos no resistían en las heladeras en esa época), pero Garrido cuenta que se había dado una quíntuple contingencia: había baja de agua en Salto Grande (Entre Ríos), El Chocón se había vaciado adrede para hacer reparaciones, fallaron las nucleares (tuvieron que hacer un robot para que pueda entrar en los reactores y repararlas), hubo una ola de calor impresionante (por lo cual aumentó la demanda) y había una indisponibilidad muy grande de las máquinas térmicas. “Se produjo la tormenta perfecta y se tuvieron que traer máquinas emergenciales. Se hicieron restricciones muy fuertes”, recuerda Garrido.
En la actualidad, dice, que las dos cuencas principales, Paraná y Comahue, están complicadas por la falta de lluvias. “Comahue depende de las lluvias y la nieve. La sequía y la demora de la nieve generó que estemos con menos agua que la media y muchos menos que el año pasado, cuando hubo mucha agua por el gran aporte de nival. Estamos en una tendencia extraseca”, afirma Garrido.
En tanto, la cuenca del Paraná depende de la cuenca sur de Brasil. “Hay sequía en Brasil y por eso tienen problemas energéticos, que incluso hicieron que la Argentina le exportara electricidad [entre 1300 y 2200 MW medios, según G&G Consultants]. La sequía allá provocó la bajante en el Paraná, que hizo disminuir la generación de Yacyretá. Por suerte, no afectó a las máquinas térmicas que están sobre el Paraná, que tienen la toma de agua para hacer vapor; en algún momento estaban en riesgo. Pero sí está perdida la generación de Yacyretá, que aporta casi un tercio del total de la demanda del país. El país está muy a expensas de no tener otras contingencias, como que se plante una planta nuclear, por ejemplo, donde se podrían perder 600 MW, o que haya algún problema en las líneas Comahue”, cerró Garrido.