Por 8 millones de dólares, Argentina exporta tubos de reactores nucleares a Canadá
La empresa fusionada Combustibles Nucleares Argentinos (Conuar) envió 260 kilómetros de tubería de Zircaloy sin recubrimiento a Canadá para su uso en reactores nucleares, marcando su segunda exportación de alto valor agregado para estas centrales.
Conuar vendió los tubos por un total de 8 millones de dólares. Los tubos se utilizan en reactores Candu (deuterio-uranio de Canadá).
En declaraciones a Télam Radio esta mañana, la secretaria de Energía, Flavia Royon, destacó cómo Argentina ha demostrado que, además de tecnología, es capaz de desarrollar proveedores confiables para el mundo.
La secretaria dijo que “el desarrollo de conocimiento de expertos en la materia, así como el desarrollo de proveedores nacionales, también hace posible que podamos estar llevando adelante uno de los pocos reactores modulares nucleares que se construyen en el mundo, con más del 90% de proveedores nacionales”
“Con esto, una vez más, se demuestra que el sector nuclear no sólo es un sector que Argentina lideró como un proveedor confiable para el mundo, sino que también es un sector que industrializa nuestro país”, sostuvo la funcionaria.
Conuar fue fundada en 1982 como resultado de la fusión entre la CNEA, que poseía el 32,7% de la empresa, y la Empresa Grupo Pérez, que poseía el 67,3%.
Sus productos incluyen aplicaciones en las industrias nuclear, aeroespacial, química y petroquímica y tienen una trayectoria de 41 años en la producción de reactores, tuberías y componentes nucleares (como pastillas de uranio).
Dentro de Conuar se encuentra Fabricación de Aleaciones Especiales (FAE), fabricante de tubería sin recubrimiento que cumple con los más altos estándares de calidad en su procesamiento y está fabricada específicamente con materiales resistentes a la corrosión y para procesos críticos.
Debido a que se encuentran los canales combustibles en cuyo interior se produce el proceso de fisión, los reactores Candu obligan a los tubos de presión a operar en condiciones extremadamente exigentes durante toda su vida útil.
Como resultado, durante toda la vida útil de 30 años del reactor, debe operar a temperaturas entre 250 y 300 grados Celsius, soportar 100 atmósferas internas de presión y estar continuamente expuesto al flujo de neutrones creado por la fisión del uranio.