¿Pueden las plantas que utilizan el proceso de fotosíntesis generar electricidad?
Electricidad generada por las plantas. Un «flujo» de energía recientemente descubierto en los procesos fotosintéticos permite aprovechar este proceso para producir más energía.
Los científicos creen haber descubierto una manera de aumentar la cantidad de electricidad generada por las plantas, un hallazgo que podría aplicarse también a otras tecnologías de energía renovable.
Dado que se trata de un proceso increíblemente eficiente que convierte la energía solar en combustibles, la fotosíntesis en las plantas se ha estudiado durante siglos. Investigadores internacionales creen haber descubierto nuevos secretos de la gran máquina de la naturaleza, secretos que podrían revolucionar el uso de combustibles sostenibles y ayudar a combatir el cambio climático.
Los investigadores han demostrado que es factible extraer una carga eléctrica de uno de los pasos del proceso fotosintético. En definitiva, las reacciones químicas que dan lugar a la fotosíntesis se producen mediante el intercambio de electrones entre diversas sustancias. Uno de estos pasos permitiría extraer electrones del proceso para su potencial uso en redes eléctricas y algunos tipos de baterías.
Además, puede mejorar el desarrollo de biocombustibles al maximizar la extracción de hidrógeno molecular del proceso. Aunque todavía es pronto, los hallazgos, publicados en la revista Nature, pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera en el futuro y proporcionar sugerencias para aumentar la eficacia de los paneles solares fotovoltaicos.
El gran avance se produjo cuando los investigadores pudieron observar el proceso de fotosíntesis en escalas de tiempo extremadamente rápidas. Es posible tomar «fotos» de la reacción química en varios momentos utilizando intervalos de femtosegundos (la millonésima de segundo). El equipo utilizó una técnica llamada espectroscopía de absorción transitoria, que implica iluminar una muestra con pulsos láser y registrar lo que sucede en intervalos increíblemente breves.
Esto permite observar cómo se mueven los electrones durante todo el proceso fotoquímico.