Así lo comunicó el miércoles pasado Orbital Marine Power, empresa escocesa que desarrolló el equipamiento. Está anclado en las aguas de las islas Orcadas y se conecta por cables submarinos al Centro Europeo de Energía Marina (EMEC), ubicado en este archipiélago británico. La turbina mareomotriz más poderosa del mundo cuenta con una potencia nominal de 2 MW.

Funcionará durante los próximos 15 años y será capaz de satisfacer la demanda anual de electricidad de unos 2.000 hogares del país con “energía limpia y predecible” proveniente de las aguas rápidas. Además compensará aproximadamente 2.200 toneladas de producción de CO2 al año, según la compañía. A su vez, suministrará energía al electrolizador terrestre del EMEC para generar hidrógeno verde.

“ Se trata de un hito importante para O2. Este proyecto pionero de energía renovable fue realizado con seguridad y éxito. Nuestra visión es que este proyecto sea el detonante del uso de los recursos de la corriente mareomotriz en todo el mundo, para desempeñar un papel en la lucha contra el cambio climático y crear al mismo tiempo un nuevo sector industrial de bajas emisiones de carbono”, dijo Andrew Scott director general de la empresa.

La O2 tiene una estructura de casco de 74 metros de largo con dos góndolas generadoras de energía de 1 MW al final de las estructuras de patas retráctiles. Sus palas de 10 metros dan a la turbina más de 600 metros cuadrados de superficie de barrido para captar la energía de las mareas.La estructura flotante se mantiene en la estación con un sistema de amarre de cuatro puntos en el que cada una tiene la capacidad de levantar más de 50 autobuses de dos pisos.

La electricidad se transfiere desde la turbina a través de un cable dinámico al fondo marino y un cable estático a lo largo del fondo marino hasta la red eléctrica local en tierra. La máquina fue diseñada para que la instalación de la turbina y todos sus amarres asociados puedan realizarse con buques de trabajo de bajo presupuesto y el mantenimiento pueda hacerse con barcos semirrígidos. Esto minimizará el tiempo de inactividad y reducirá los costos de construcción y explotación.