Río Paraná: preocupa mucho la bajante histórica
El río marcó otro descenso y se aproxima al récord de 2021. Este lunes al mediodía midió 25cm en el puerto local y quedó a tres centímetros de los 22cm que se registraron el 27 de junio. El Instituto Nacional del Agua adelantó que para la semana que viene, el nivel podría descender a 10 centímetros.
El nivel del río Paraná continuaba descendiendo en varias ciudades de Entre Ríos y sigue lejos de su altura promedio, informó el Instituto Nacional del Agua (INA) que agregó que se espera que esa tendencia «desfavorable» permanezca hasta el 30 de septiembre, e incluso podría extenderse hasta enero del 2022.
Gustavo Bordet, gobernador de la provincia,dijo que “esto genera mucha preocupación, es una bajante histórica que impacta en el agua potable y esto es lo más urgente que hoy nos ocupa, además de lo ambiental” y precisó que está “en contacto permanente con todos los intendentes” de la vera del río. “Claramente hay un cambio climático, fundamentalmente en las nacientes de los ríos con la deforestación, y con un cambio en los suelos y en los sistemas de cultivos que modifica las condiciones ambientales”, concluyó el gobernador.
El Río Paraná volvió a marcar otro descenso en su altura. Este lunes al mediodía, el nivel registrado en el puerto de la ciudad de Santa Fe fue de 25 cm. De esta manera, quedó a solo a tres centímetros de la marca más baja del año y de las últimas cinco décadas. Cabe recordar que en 2020, lo más bajo que llegó fue 48 cm.
De acuerdo a las proyecciones del Instituto Nacional del Agua (INA), las próximas semanas serán críticas. En un informe publicado el viernes 9 de este mes, se anticipa que para la semana que viene, el nivel podría descender a 10 centímetros. De esta manera, el caudal sigue lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en junio (3,21 metros). El INA apuntó que julio será “especialmente crítico, con afectación de todos los usos del recurso hídrico”, principalmente en la “captación de agua fluvial para consumo urbano”.
Además el organismo nacional espera impactos en “las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”, problemas en “la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes” y una “exposición a incendios en márgenes e islas”.
La situación de la provincia es alarmante, la poca agua en el cauce repercute en el cambio del paisaje ribereño de la región. En la capital santafesina, la Laguna Setúbal se muestra día a día con orillas más extensas y el suelo lagunar.