Tarifas eléctricas: un nuevo ajuste para ablandar al FMI, ¿qué consecuencias tendrá?
El Gobierno aprobó las nuevas tarifas del mercado eléctrico mayorista que regirán entre el 1 de agosto y el 31 de octubre.
En medio del tramo final de las negociación con el FMI para concluir la quinta revisión del Acuerdo de Facilidades Extendidas y obtener los desembolsos previstos para el segundo semestre del año; el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa decidió añadirle al reciente paquete de medidas cambiarias y tributarias un nuevo ajuste en las tarifas eléctricas que se enmarca en la política de reducción de subsidios que se puso en marcha en el segundo semestre del año pasado.
Por medio de la resolución 612/23 de la Secretaría de Energía que conduce Flavia Royón, el Gobierno aprobó las nuevas tarifas del mercado eléctrico mayorista que regirán entre el 1 de agosto y el 31 de octubre.
A diferencia de los dos incrementos anteriores que se registraron en lo que va del año en el precio de la energía eléctrica, el aumento que correrá a partir de la próxima semana tiene la particularidad de que el sector residencial solo impactará las facturas finales de los hogares de altos ingresos encuadrados en el denominando Nivel 1 (N1) que representan el 35% de la clientela a nivel nacional.
Sin ninguna clase de subsidios desde el mes mayo pasado, este segmento compuesto por casi 5,4 millones de clientes hogareños de todo el país que ya paga la tarifa plena de energía tendrá ahora un incremento en las boletas finales que oscilará entre el 5% y 8%.
En tanto, los usuarios de bajos ingresos N2 y los del sector medio N3 -que conforman el 65% de los clientes residenciales nacionales- conservarán la actual cobertura de subsidios y hasta noviembre continuarán pagando las actuales tarifas bonificadas. En el caso de los N3, los subsidios cubren un tope de consumo mensual de 400 KWh y todo lo que supere ese límite pasará a ser facturado como tarifa plena.
De esta manera, esos dos segmentos de usuarios residenciales -que totalizan casi 11 millones de hogares- abonarán solo entre 14% y 18% del costo total de la energía eléctrica, mientras que el Estado seguirá cubriendo entre el 86% y 82% restante con subsidios.
Al mantener los precios mayoristas estacionales vigentes para los N2 y N3, las brechas entre los que usuarios residenciales que perdieron los subsidios y los que aún los conservan no sólo se amplían de manera significativa. También van camino a convertirse en serio problema adicional que deberá afrontar el próximo Gobierno cuando tenga que definir la futura política tarifaria eléctrica.
De acuerdo con lo establecido por la resolución de Energía, los hogares de altos ingresos abonarán desde agosto un precio de $22.578 por megawatt por hora (MWh) en las horas pico y $22.565 MWh en la franja horaria de menor consumo.
En tanto, para los N3 los precios mayoristas de la energía se mantendrán en $3.943 MWh en el pico y $3.568 MWh en el período valle. Y en el caso de los N2, los valores de referencia serán de $ 3.129 MWh en las horas de mayor demanda y $ 2.832 MWh, en el período horario de menor consumo.
De esta manera, la diferencia entre la tarifa que paga un usuario N1 es 5,6 veces más elevada que la que tiene un hogar N3 y 7,5 veces más alta que la correspondiente a un N2.
En la región metropolitana del AMBA, este nuevo aumento representará para los usuarios residenciales de Edenor y Edesur el quinto que acumulan en el transcurso de este año. En febrero y mayo, los incrementos correspondieron a quitas de subsidios en el precio de la energía eléctrica. En tanto, los aplicados en abril y junio fueron por la actualización de los ingresos específicos que el Gobierno concedió a las dos distribuidoras privadas que prestan servicios en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Al evaluar el impacto de los aumentos aplicados desde agosto del año pasado hasta ahora, el último informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-CONICET) advirtió que, en términos reales, la tarifa eléctrica de un usuario N1 lleva acumulado un aumento por encima de la inflación del 209%. En cambio, por el mantenimiento de distintos niveles de subsidios, las facturas promedio de los hogares N2 y N3 registran caídas reales de 16% y 6% respectivamente.
En lo que respecta a las demandas comerciales e industriales, la resolución de Energía determinó una suba en el precio de la energía del 17% que se aplicará durante los meses de agosto, septiembre y octubre.
Ese aumento recaerá sobre los establecimientos con demanda mayor a 300 kilovatios (kW) o grandes usuarios de la distribuidora (GUDIs); los que tengan un consumo menor a 300 kW; las demandas de hasta 10kW para consumos de hasta 800 kW/h por mes y las demandas no residenciales mayores a 10 kW y menores a 300 kW.
Tal como ha ocurrido con los aumentos anteriores, los comercios e industrias que verán incrementados sus costos operativos y de producción procederán a trasladar el impacto a los precios finales en un escenario inflacionario dominado por las remarcaciones.
Fuente: iprofesional