Una cooperativa con buena energía
Alfa cumplirá este martes 86 años y demuestra que sigue con el espíritu pionero intacto: conectará a la red paneles solares que cubrirán el 45% de la demanda de energía eléctrica de su planta de acopio. Inauguró un nuevo galpón para agroquímicos con las máximas exigencias sanitarias y comenzará con la medición de su huella de carbono. El espíritu pionero de la Cooperativa Alfa está intacto.
Y prueba de eso es que celebrará este martes su aniversario número 86 inmersa en una etapa de nuevos desafíos y proyectos inéditos en la región. En alrededor de dos semanas, en su planta ubicada en la ruta 228 se pondrán en funcionamiento unos 200 paneles solares que cubrirán el 45% del consumo de la energía eléctrica del predio y como un paso más en el compromiso con el cuidado del medioambiente que la entidad viene impulsando y que ya tiene varios capítulos.
“Se trató de una decisión estratégica porque abarca varias cuestiones. Por un lado está el aspecto medioambiental, porque vamos a estar generando energía renovable; por otro están los costos, porque le da la posibilidad a la Cooperativa de tener una ahorro de energía eléctrica; y por otro lado la posicionan de mejor manera ante empresas que necesiten alquilar espacio para almacenar sus granos o insumos y tengan entre sus objetivos reducir la huella de carbono”, explicó el ingeniero Alex Vejurp, gerente de la Alfa y el impulsor de la idea.
Por caso, el año pasado ya se han concretado embarques a Brasil de cebada sustentable, y para que así esté rotulada también pesa las condiciones en que fue acopiada la semilla a sembrar y luego el grano cosechado, entre otros aspectos.
A la red
Serán alrededor de 200 paneles los que pondrá en funcionamiento la cooperativa, y que según el momento del año y las condiciones climáticas, podrá aportarle hasta un 70% del consumo de la planta -en el mejor de los casos-. “Los paneles están generando energía en todo momento que haya luz solar. Si está nublado genera menos, si está todo despejado, genera más. En el único momento que no funcionan es a la noche”, comentó Vejrup que se encargó de hacer un estudio pormenorizado de las ventajas y desventajas del sistema.
Justamente la desventaja que puede achacarle es la imposibilidad de acumular energía. Los días que la planta está cerrada, los paneles igual seguirán generando que alimentarán la red. Pero hay solución, y muy conveniente. “Vamos a poner un medidor bidireccional para que quede registrado cuánta energía los paneles vuelcan a la red y, a partir de un convenio con la CELTA, después nos los descuenta de nuestro consumo”, explicó.
Si bien en esta zona a la hora de generar energía renovable lo más eficiente es un molino eólico, se trata de inversiones totalmente diferentes. La instalación de un molino ronda los 3 millones de dólares, mientras que la cooperativa realizó una inversión cercana a los 200 mil.
Pensando en verde
La cooperativa se ha planteado el desafío de vivir en un proceso de mejora continua y le ha dado prioridad al cuidado del medio ambiente. Como parte de ese camino se han realizado varias acciones. “Inauguramos el nuevo galpón de agroquímicos, construido cumplimentando las normas más exigentes en cuanto a lo sanitario, estamos midiendo el polvillo, es decir, las partículas en la planta de silos para ver en qué nivel estamos y cómo mejorar. Y ya estamos en gestiones con técnicos de la Asociación de Cooperativas Argentinas para medir nuestra la huella de carbono”, comentó el gerente.
En cuanto a la huella de carbono aclaró que se puede hacer una medición retroactiva, es decir, se hará el cálculo de cuánto era hasta ahora, y qué mejora tendrá a partir de la colocación de los paneles solares.
Saldo a favor
Hace ya varios años que el cuidado del medioambiente ocupa un lugar preponderante en la agenda de las comunidades, por eso estar inmersos en procesos de mejoras de la cuestión ambiental puede generar acceder a incentivos financieros y ventajas competitivas a la hora de hacer negocios. “A partir de la reducción de la huella de carbono podés tener la posibilidad de acceder a créditos subsidiados de determinados bancos, por ejemplo”, indicó Alex.
Entonces los paneles solares, está claro, ofrecen un abanico de ventajas. “Si bien nosotros lo analizamos a partir de hacer un a porte al cuidado del medioambiente, te encontrás con que abaratar el costo de nuestra energía, que podemos lograr que algunas empresas nos elijan por sobre otras por tener energía renovable, y que está la posibilidad en algún momento de tener ventajas crediticias”, resumió Vejrup. Todo hace que el círculo cierre.
Según la estimación realizada por la cooperativa, con el costo de la energía previo al aumento que impactará a partir de este mes, la inversión de los paneles se amortizaba en 20 años. Con estas ventajas mencionadas, más el incremento en la tarifa, el plazo se acortará bastante.
“Creo que lo más importante es que como empresa estamos mandando un mensaje respecto al cuidado del medioambiente. Esta cooperativa fue pionera en muchos aspectos durante su historia, y ahora, a los 86 años, se va a convertir en la primera de la región en abastecerse de energía solar”, aseguró con orgullo el gerente.
El “Sembrando Futuro” cumple su octava edición
“Sembrando Futuro” es el proyecto de responsabilidad social empresaria de la cooperativa Alfa a cargo de la ingeniera agrónoma Ana Jensen, junto a las ingenieras Verónica Zurita y Mariana Albertsen, que impulsan la realización de huertas en las escuelas públicas de Tres Arroyos. Lanzado en 2017, este año se está llevando a cabo la octava edición y son 11 las instituciones participantes.
“Al igual que el pasado, sigue con nosotros la Escuela N°1, que ediciones anteriores no había podido participar por no contar con un espacio con tierra. Y es importante que se haya sumado este año también porque son casi 90 alumnos más los que aprenderán a hacer una huerta”, explicó Juan Ouwerkerk, presidente de la cooperativa.
El propósito del proyecto es incentivar a que se cultiven huertas con fin educativo en las escuelas primarias públicas de Tres Arroyos. Lo que se propuso en su momento fue un concurso de huertas escolares, con premios que motivaran al grupo de alumnos y su docente. “Usando la huerta como herramienta se pueden trabajar muchos contenidos y muchos valores”, comentó Ouwerkerk.
“Pero lo más básico es que ellos entiendan que todo lo que hay en la tierra está ahí por algo y que tienen una función en la naturaleza, y así se logra cambiar la forma de verlo. Es muy lindo cuando nos cuentan contentos que entendieron de dónde salen los granos de las chauchas, por ejemplo, cuando todos creían que venían de las latas de arvejas”, indicó.
Toda la información y las fotos del proyecto puede observarse en https://www.sembrandofuturoarg.com
Fuente: La Voz del Pueblo