Atucha III: la trama secreta de la pelea entre Cristina y Martín Guzmán por la nueva central nuclear con inversión de China
La decisión de construir un centro atómico con capital y tecnología de China profundiza la grieta entre los dos sectores enfrentados en el Gobierno. Cuál es el rol de Cristina Kirchner, los Estados Unidos y Beijing en una construcción llave en mano por u$s 8.500 millones.
Una trama secreta y plagada de contrapuntos internos entre funcionarios pro chinos versus pro norteamericanos se desarrolla en estos días en el Gobierno bajo un campo de batalla que tiene nombre y apellido: el proyecto para la construcción de la central nuclear Atucha III con financiamiento y tecnología de China.
La puja se sintetiza entre los aliados de Cristina Kirchner que impulsan el ambicioso proyecto con capital chino contra el ala más conservadora alineada a Washington lleva larga data. La semana pasada el ministro de Economía, Martín Guzmán, decidió dar por concluida la pelea y avanzar hacia la resolución del tema. Y el presidente Alberto Fernández quedó en medio de esta pelea con desenlace complejo.
La inversión extranjera directa volvió al nivel pre pandemia en Argentina
Las charlas secretas por las inversiones chinas y la débil paz oficialista
La batalla empezó desde el inicio del gobierno de Alberto Fernández. Pero según pudo saber El Cronista, el miércoles pasado por la tarde, cuando Alberto Fernández aterrizaba en Estados Unidos para sumarse a la Cumbre de Las Américas, Guzmán recibió en su despacho a un grupo de jóvenes kirchneristas de fuerte peso en el desarrollo de la construcción de Atucha III.
La respuesta del ministro de Economía frente a los planteos del kirchnerismo duro fue tajante: «Hay que avanzar cuanto antes. Preparemos todo que hay que dar respuesta cuanto antes», dijo Guzmán, quien incluso se mostró entusiasmado con viajar a China para ver de cerca a los autores del proyecto que promueve desde Beijing el embajador argentino Sabino Vaca Narvaja, otro referente del ala dura del cristinismo.
Entre los interlocutores que recibió Guzmán estaban los funcionarios de la Secretaría de Energía y de Nucleoeléctrica.
Las quejas generalizadas que allí se transmitieron a Guzmán fueron las trabas que el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, le impuso al proyecto de construcción de la central Atucha III con capital y tecnología de China.
El grupo de jóvenes kirchneristas acusan a Beliz de «jugar con Estados Unidos» y frenar la iniciativa que fue avalada por Alberto Fernández en su última visita a Bejing donde se reunió con el presidente Xi Jinping.
A través de Nucleoeléctrica, la Argentina firmó con China el contrato comercial para la construcción de la cuarta central nuclear y comprar «llave en mano» la central con tecnología completamente china por 8.500 millones de dólares. Esto incluía una serie de condiciones precedentes entre las que se cuenta la firma de los contratos de financiamiento y de transferencia de tecnología para la fabricación de los combustibles por parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica, entre otras.
Sin embargo, la Argentina no logró avanzar aún en la firma del contrato de financiamiento con China. Esto es crucial ya que allí se fijan los plazos y tiempos de pago del crédito que otorgará China a la Argentina para empezar la obra.
Los supuestos motivos de esta demora radican en que se requiere del visto bueno de Beliz. Pero el Secretario de Asuntos Estratégicos se niega hasta ahora a avanzar con ese acuerdo según revelaron a El Cronista fuentes confiables de la Casa Rosada.
Al parecer, en el área de Béliz aducen que no sería conveniente que la Argentina abandone la tecnología CANDU que históricamente se usó en el desarrollo nuclear local.
PRESION DE EE.UU
En medio de ello, el 6 de abril pasado hubo una visita de la Subsecretaria de Política de No Proliferación del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Ann Ganzer, que fue recibida por Béliz en la Casa Rosada.
Ganzer también estuvo con el jefe de Gabinete, Juan Manzur y los ministros de Defensa y de Ciencia, Jorge Taiana y Daniel Filmus, respectivamente. Según coincidieron en señalar varios de los funcionarios que Ganzer visitó, hubo una advertencia clara de Washington sobre la supuesta inconveniencia geopolítica de que Argentina dependa de la tecnología china para Atucha III.
Los científicos de Nucleoeléctrica explicaron que la central china con tecnología Hualong, cuya adquisición negocia la Argentina, ya pasó la Revisión Genérica de Seguridad del Organismo Internacional de Energía Atómica, el primer estadio de licenciamiento en el Reino Unidoy por la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE.
Aun así, Béliz se mostró reacio hasta ahora a dar el visto bueno al proyecto y en recibir a los funcionarios de la Secretaría de Energía o de Nucleoeléctrica.
Con este panorama, según consignaron a El Cronista en la Casa Rosada, el viernes a última hora el equipo de Nucleoeléctrica envió un informe de 200 páginas a todos los funcionarios que habían estado con la funcionaria de Estados Unidos para refutar las objeciones que presuntamente plantean en Washington al proyecto de China.
El presidente Alberto Fernández con su par estadounidense Joe Biden en la última cumbre de las Américas
Sustancialmente se planteó en ese documento que la construcción de una nueva central nuclear «permitirá sostener la diversificación de la matriz energética y asegurar el suministro de energía confiable, segura y limpia».
También se destacó que «el diseño del reactor ACP-1000 -actualmente Hualong- superó con éxito la Revisión Genérica de Seguridad (GRSR, por sus siglas en inglés) del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), permitiendo de esta forma su exportación».
Y finalmente, luego de una reestructuración del entramado de empresas responsables de comercializar centrales nucleares de potencia y tras haber reemplazado la oferta por la tecnología que actualmente se conoce como Hualong, «China se posicionó como el único proveedor en condiciones de cumplir con los requisitos argentinos», dijeron los hombres alineados con la vicepresidenta.
SUPUESTOS BENEFICIOS
Entre los supuestos beneficios que se enumeraron en un documento interno que llegó a manos de Beliz y al resto del Gabinete nacional figuran los siguientes elementos:
– Atucha III tendrá un rol central en la contribución argentina hacia un mundo con energía baja en carbono mientras permite el abastecimiento de más de 3 millones de habitantes.
– Evitará la emisión de 3,5 millones de toneladas de CO2 por año.
– Permitirá complementar las capacidades actuales con vistas a la comercialización futura del reactor CAREM (CNEA) que la Argentina podría exportar al mundo.
– Reemplazará el consumo de 1.646 millones de m3 anuales de gas natural (vs. Ciclo Combinado), liberando ese volumen para consumo o exportación.
– Creará 7000 empleos directos y 1400 indirectos durante la obra.
Luego de la reunión de los referentes de Energía con Guzmán, el ministro de Economía se comprometió a avanzar con la iniciativa. Estos es: enviar a Beliz una nota con los elementos procedimentales para poner en marcha el contrato financiero con China, adjuntar toda la documentación relevante y adaptar la información a las formalidades que requiere la Secretaría de Asuntos Estratégicos.
En la Casa Rosada advirtieron a El Cronista que demorara más de la cuenta la iniciación del proyecto con China no sería bien visto en Beijing por los antecedentes cercanos que tiene la Argentina: durante el gobierno de Mauricio Macri se redefinió el contrato y luego tuvo que ser cancelado por falta de fondos.
Ahora la jugada está en el campo de Béliz y la presión del kirchnerismo sobre Guzmán y Alberto Fernández es visible.
Fuente: Cronista