“Autos voladores”: Brasil anunció la primera fábrica de la región
Embraer, la fábrica brasileña de aviones, construirá en las afueras de San Pablo una fábrica de eVTOL, los “autos voladores” de despegue y aterrizaje vertical que quieren revolucionar el transporte en el mundo; hay un “enorme potencial”, afirmó la empresa.
Brasil tendrá la primera fábrica de América Latina de aviones eléctricos de despegue y aterrizaje horizontal (eVTOL), los denominados “autos voladores”, anunció la empresa brasileña Embraer, la tercera mayor constructora de aviones del mundo.
La fábrica de la subsidiaria de Embraer, Ever Air Mobility (Eve), especializada en vehículos voladores eléctricos urbanos, estará ubicada a 145 kilómetros de la ciudad de San Pablo, en Taubaté, uno de los distritos del parque aeroespacial brasileño. Eve, con sede en el estado norteamericano de Florida, es la empresa de aeronaves eléctricas de aterrizaje y despegue vertical (eVTOL) subsidiaria de la brasileña Embraer. Eve cotiza en la Bolsa de Nueva York y Embraer tiene el 82% del paquete accionario.
El anuncio se hizo en una fecha clave para la aviación brasileña, el aniversario 150 del nacimiento del pionero de la aviación Alberto Santos Dumont, patrón de la Aeronáutica brasileña y considerado el padre de la aviación que hizo el primer vuelo registrado con el avión 14Bis en París, Francia, en 1906.
La sede de Embraer está ubicada en la misma región, en la ciudad de Sao José dos Campos, polo aeroespacial de Brasil. El CEO de Eve, André Stein, aseguró que el objetivo de la empresa es tener eficiencia en la producción. Una “nueva línea de montaje está enviando proyectos para priorizar la seguridad, la calidad, la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad”, explicó.
Para el presidente y CEO de Embraer, Francisco Gomes Neto, existe un “enorme potencial del mercado global de Mobilidad Aérea Urbana”. Embraer es una empresa privada que en su sector de Defensa tiene participación del Ministerio de Defensa del Gobierno brasileño. Los gobiernos de los expresidentes Michel Temer y Jair Bolsonaro autorizaron la venta de Embraer a la estadounidense Boeing, que desistió por problemas financieros. La empresa es líder en aviación ejecutiva y es la tercera constructora del mundo después de Boeing y la europea Airbus.
El “auto volador” proyectado es 100% eléctrico, impulsado a batería, e inicialmente capaz de transportar cuatro pasajeros además del piloto, por una distancia de hasta 100 kilómetros. Eve ya ofrece comercialmente sus vehículos voladores que aún están en desarrollo y se esperan las primeras entregas para 2026.
Cómo funcionan los autos voladores
La sigla eVTOL proviene del inglés electric vertical take-off and landing, por despegue y aterrizaje vertical. Son helicópteros eléctricos llamados a transformarse en los taxis del futuro, ya que cuentan con varias ventajas, como no ser contaminantes (al emplear electricidad), ser menos ruidosos que los helicópteros actuales y no necesitar mucho espacio para el despegue y aterrizaje, al tratarse de una modalidad vertical.
Su velocidad y alcance promete darle dinamismo al transporte y descongestionar el tráfico, dado que por su facilidad para aterrizar pueden agilizar las entregas de mercadería o llegar más rápido a lugares donde el transporte terrestre demora más tiempo. Las propias automotrices (Volkswagen, Hyundai, Toyota) cuentan con prototipos de este tipo de helicópteros.
Los impulsores de esta innovación afirman que la masificación de los eVTOL permitirá mejorar el tráfico y aliviar los problemas de la movilidad que afectan hoy a las principales ciudades del mundo, así como mejorar los servicios en las zonas más alejadas que no cuentan hoy con conexión.
En 2022 debutó el primer eVTOL del mundo en Dubai, Emiratos Árabes, en un vuelo tripulado de 90 minutos de la empresa china XPeng. Se trató del primer taxi eléctrico que la empresa asiática busca lanzar en los mercados internacionales, con capacidad para dos pasajeros. Propulsado por ocho hélices, el concepto de su creación es facilitar los transportes cortos de las personas en su día a día.
Fuente: La Nación