Edesur: Tips para calentar el hogar sin pagar de más
Aire acondicionado, caloventor o placas ¿Qué elegir para calefaccionar sin gastar de más?
Con la llegada del invierno son menos las horas en que podemos aprovechar la luz natural. Necesitamos calefaccionarnos y, en un contexto de pandemia, muchos permanecen más horas en sus casas por el teletrabajo y las clases virtuales. Casi todos los dispositivos eléctricos están conectados por más tiempo. Entonces, es momento de hablar de eficiencia energética.
¿Qué gasta más? ¿El aire acondicionado en modo calor o las placas eléctricas? ¿A qué temperatura poner el aire en invierno? ¿Conviene calefaccionar a máxima temperatura o constante? ¿Cómo preparar el ambiente a la hora para aprovechar mejor el calor?
Tené en cuenta estos tips y recordá que, si ahorras energía, ahorras en tu factura.
¿QUÉ GASTA MÁS?
A la hora de comprar algún artefacto eléctrico para calefaccionarse no solo hay que evaluar el costo del aparato, también debemos tener en cuenta cuánto consume, ya que, de eso, dependerá el impacto en la factura.
Los paneles eléctricos para calefacción son la vía más adecuada si queremos levantar la temperatura del ambiente sin que el impacto sea fuerte en la factura de electricidad.
Consumen 0,60 kw por hora, lo que genera un costo de $2,76 por hora de uso. Este precio es calculado en base a las tarifas vigentes al 1 de junio de 2021.
El radiador eléctrico estándar se encuentra también entre los que menos gastan por hora de consumo, unos $4,42, mientras que calefaccionarse con el aire acondicionado asciende a $4,65 por hora, siempre y cuando el equipo se coloque en los 20° modo calor.
En el tope de la lista de productos que más gastan a la hora de calefaccionar con energía eléctrica está el caloventor. Pese a que suelen ser de tamaño pequeño, este electrodoméstico insume 2 kwh, por lo que cada hora de impacta con $9,20 más en la factura.
Antes de elegir el artefacto ideal para calefaccionarse es necesario aislar correctamente los ambientes para que el calor no se pierda. Para ello:
• Chequeá ventanas y puertas para minimizar al máximo las filtraciones de aire frío. Utiliza burletes o masillas.
• Durante el día abrí persianas y cortinas para aprovechar la luz y el calor natural que brinda el sol. Durante la noche, cerralas y baja las persianas para proteger las superficies vidriadas del frío.
• Cerrá los ambientes que no estés utilizando para evitar pérdida de energía.