En Wall Street, ¿cómo se salvan las inversiones y se ganan dinero ante los eventos extremos mediante «apuestas climáticas»?
Los pronósticos meteorológicos se utilizan no sólo para determinar qué ponerse, sino también por las corporaciones más grandes del mundo para administrar su capital financiero.
Es cierto que las condiciones meteorológicas tienen un impacto significativo en varias industrias. Para las empresas que venden gas, las temperaturas más frías del invierno aumentarán la demanda de sus productos, ya que la gente necesitará calentar sus hogares. Sin embargo, si el invierno no es tan frío, las ventas de estas empresas se ven afectadas.
De otro lado, el tiempo atmosférico tiene un papel importante en el sector agrícola. Un ejemplo de esto son las inundaciones, que tienen el potencial de destruir cultivos, afectar el suministro y hacer subir el precio de las frutas y verduras. Además, las sequías restringen significativamente la cantidad de agua disponible para riego, lo que tiene un impacto en el crecimiento y la calidad de las plantas.
Como ya sabemos, es difícil predecir el tiempo atmosférico a medio y largo plazo. Esta es la razón por la que empresas de diversos sectores celebran «contratos de futuro» basados en predicciones climáticas, a veces conocidos como «apuestas climáticas». Sin embargo, técnicamente en el sector financiero se les llama «derivados climáticos» o «futuros climáticos».
¿Cuál es la función de estos estatus financieros?
En los últimos años, el interés por los contratos de «futuros climáticos» ha aumentado. El volumen de operaciones de este producto financiero se ha ¡cuadruplicado en un año, según la información de CME Group! en la Bolsa Mercantil de Chicago.
Es una herramienta que ayuda a las empresas a reducir los riesgos relacionados con el clima, dijo a BBC Mundo Samuel Randalls, profesor del University College London.
¿Está bien preguntar quién estaría más interesado en firmar? Cuyo objetivo fundamental es proteger sus inversiones contra los eventos meteorológicos extremos y, si es posible, obtener beneficios económicos, así como los fondos de capital de riesgo y las grandes empresas de energía.
Estos contratos se basan en proyecciones meteorológicas de largo y mediano plazo. Al completar el contrato, se observará cómo el tiempo atmosférico evolucionó y si estas condiciones resultaron en ganancias o pérdidas. Es importante señalar que no existe un formato estándar para los contratos; en cambio, están escritos para satisfacer las necesidades de las partes que los firman.
Los índices climáticos sirven como base para las «apuestas climáticas». «Grados de frío por día» y «grados de calor por día» están disponibles para lograr esto. En consecuencia, la variable meteorológica más utilizada en estos productos financieros es la temperatura del aire.
Los derivados climáticos surgieron a finales de los años 1990. Para manejar las fluctuaciones de riesgos asociados al clima, se originaron en el sector de las empresas de energía, informó Randalls a BBC Mundo.
«Otra cosa importante para entender este mercado es que los derivados climáticos se distinguen de un seguro climático para protegerse en caso de catástrofe, porque la empresa que contrata un seguro tiene que demostrar que sufrió una pérdida irreparable para conseguir una indemnización. En cambio, al adquirir un derivado climático, solo se paga el depósito por adelantado y cuando vence el plazo no hay que demostrar daños», dice BBC Mundo.
Al pasar los años, se proyecta que más empresas se incentivarán a ahorrar sus inversiones contra las posibilidades de pérdidas causadas por el cambio climático. Así, hay dariría más jugadores al juego, lo que aumentaría las «apuestas climáticas». Como vemos, todo es negociable, incluidas las proyecciones meteorológicas.