Generación: Miniturbinas en canales de riego, la innovadora opción para generar energía en fincas y bodegas
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Mauro Grioni es ingeniero e investigador en la UNCUYO y el Conicet. Está desarrollando un tipo de turbina para aprovechar el flujo de agua en canales de Mendoza. Su proyecto fue premiado y reconocido internacionalmente. Hablamos con él sobre los desafíos de pensar en propuestas energéticas sustentables.
Imaginemos una finca en un futuro no muy lejano, con agricultura de precisión, un sistema de riego inteligente, con una estrategia de producción sostenible y diversificada, sumando una gestión circular de los residuos. A su vez, esta finca del futuro puede tener energía con base en fuentes renovables, buscando la autosuficiencia. Mauro Grioni, un ingeniero aeronáutico que investiga en el Imeris-UNCUYO, trabaja todos los días imaginando este mundo y, para eso, está desarrollando “miniturbinas” hidrocinéticas que puedan utilizarse en canales de riego. Su proyecto recibió un importante reconocimiento para avanzar, por lo que hablamos con él para conocer más detalles.
Nació en Santa Fe, se graduó en Córdoba y ahora reside en Mendoza, donde está realizando su posdoctorado en el Conicet, en ese enorme laboratorio de ensayos hormigonado que es el Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico (Imeris). Con un paso por el sector privado, donde se dedicaba a la simulación numérica de las gigantescas palas de aerogeneradores que fabricaba Impsa, ahora su carrera está enfocada en proyectos más chicos, en sintonía con la tendencia mundial de ir en busca de tecnología que ayude a emprendimientos rurales o a poblaciones aisladas a generar su propia energía.
Esta inquietud de Grioni generó que su proyecto, llamado “Una alternativa eficiente para utilizar la energía del agua en canales de riego”, recibiera, a fines de 2024, la Distinción Franco-Argentina en innovación, que lo premió con fondos y un viaje a Francia para seguir profundizando su idea. “El reconocimiento es un impulso grande. Te da fuerzas para meterle con todo”, remarcó el ingeniero, que ve en la posibilidad de intercambio en un instituto especializado de Francia la oportunidad de potenciar y acelerar su proyecto.
El desarrollo de Grioni parte de la base de que los canales de riego representan un recurso con un enorme potencial subutilizado, por eso se focalizó en proponer una opción sostenible como fuente de energía renovable, de bajo impacto y que sea escalable. Ahora bien, estas “miniturbinas” tienen una razón de ser y tienen que ver con esta explicación que Grioni dio sobre la diferencia entre turbinas hidrocinéticas e hidroeléctricas: “Las turbinas hidrocinéticas y los sistemas tradicionales de energía hidráulica, como las centrales hidroeléctricas, pueden coexistir sin problemas porque operan a escalas diferentes. Las turbinas hidrocinéticas están diseñadas para aprovechar flujos más pequeños, generando energía localmente; mientras que las centrales hidroeléctricas trabajan con grandes volúmenes de agua para redes nacionales”.
Entonces, como dijimos en un principio, una turbina hidrocinética (THC) como la que cranea Grioni está en el plano de lo micro, pero, también, en el plano de la eficiencia, ya que los desarrollos de este tipo ofrecen importantes ventajas: “No requieren grandes obras civiles ni alteran significativamente el ecosistema del canal, lo que reduce el impacto ambiental y los costos de instalación. Además, permiten generar energía directamente en las proximidades del lugar de consumo, como fincas o bodegas, lo que elimina pérdidas por transporte y descentraliza la producción eléctrica”.
Dónde montar una turbina hidrocinética
Según el investigador del Imeris, para dar un ejemplo, hay un lugar donde se podrían instalar en la provincia por primera vez y que cumple con todos los requisitos. Se trata del canal San Martín (más de 70 kilómetros kilómetros desde el Dique Cipolletti, en Luján de Cuyo, hasta Gustavo André, en Lavalle).
Una de las condiciones clave es que “tiene que haber un hormigonado del canal”. Este revestimiento, describió, permite montar una estructura, algo que no sucede con un canal de tierra o de piedra. Luego remarcó que, si bien el canal San Martín es un buen ejemplo para implementar las miniturbinas, su proyecto se adapta a geografías similares a la de Mendoza. Una de las variables principales para estas THC es el flujo de agua. Velocidad y caudal son dos referencias determinantes para diseñar las turbinas.
Este proyecto todavía no sale de la memoria de una computadora, pero en el plan de desarrollo está construir el primer prototipo. «Si bien la fabricación se podría tercerizar, a nivel local o regional, el diseño lo hacemos acá (en la Facultad de Ingeniería)», comentó el ingeniero, y luego afirmó: “Nosotros diseñamos una turbina óptima para una condición específica del canal. Ahí viene la parte más desafiante y más interesante, porque, si bien hay otras turbinas por ahí dando vueltas, diseñar una específica para la región lo hace especial”.
Incluso, este tipo de proyectos, pensados para ser desarrollados a nivel local, bajo ese espíritu de amalgamar lo simple con lo eficiente, suma otra característica, que es la posibilidad de escalar: “Podés pensar en generar un parque de turbinas, colocar una y, aguas abajo, colocar otras. Eso hay que estudiarlo, ver dónde el flujo se recupera lo suficiente como para poder volver a colocar otra, pero uno podría generar un parque de turbinas que estén conectadas a un sistema”.
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Fuente: Unidiversidad