Política: “No nos sobra nada”, el Gobierno, en precaución por el sistema eléctrico ante la primera ola de calor del año
La Secretaría de Energía implementó un plan de contingencia que incluye un programa de reducción de demanda voluntaria, programada y remunerada para industrias que consumen mucha energía.
El verano “amigable” en cuanto a temperaturas en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) podría llegar a su fin esta semana, cuando se espera un ascenso de forma paulatina, que tendría su día más caluroso el jueves, con máximas de hasta 37 grados. Ante este panorama, surgen las preguntas acerca del estado del sistema eléctrico. El Gobierno advirtió hace unos meses que podría haber cortes programados y voluntarios en grandes industrias.
“No nos sobra nada. Iremos administrando la situación en función de lo que tenemos”, dijeron fuentes oficiales, quienes están en constante monitoreo de la situación con las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur, encargadas del servicio en el AMBA. “Si hay cortes, esperamos que sean puntuales y de corta duración”, agregaron.
Debido a la falta de inversión de los últimos 20 años, el sistema eléctrico sufre de una fragilidad extrema en sus tres niveles de servicios. En el de generación, todavía hay máquinas obsoletas de más de 60 años que son ineficientes y caras.
En el transporte, la falta de ampliación de líneas eléctricas generó un cuello de botella que impide la inversión en nuevas fuentes de generación, como podrían ser parques de energía eólica y solar.
En el servicio de distribución, el sistema exhibe fallas que van desde la falta de modernización en subestaciones eléctricas hasta temas tal vez menores, como la no instalación de medidores inteligentes, pero que permitirían establecer tarifas diferenciales para administrar la demanda en los picos de consumo.
Para paliar esta falta de inversión, el Gobierno diseñó un plan de contingencia para los meses críticos que contempla acciones de corto, mediano y largo plazo. Entre las medidas implementadas hay un programa de incentivos y remuneración por el uso de equipos viejos de generación, para que estén a disposición en caso de ser necesitados. También se lanzó otro programa para los grandes usuarios de energía (no incluye pymes ni hogares), que podrían reducir la demanda de manera voluntaria, programada y remunerada.
“Es un mecanismo muy transparente en el que el gran usuario toma la decisión por sí o por no de bajar su demanda si económicamente tiene un resarcimiento que le conviene. En el pasado se usaba el telefonazo [durante el gobierno de Cristina Kirchner], y no importaba si eras cliente grande o mediano. Te decían con 15 minutos de anticipación que te cortaban el servicio y no te daban nada a cambio. Acá es un sistema transparente donde la decisión final la tiene el usuario”, explican en el Gobierno.
Hasta el momento no hubo necesidad de establecer cortes programados en las industrias, pero la medida podría implementarse este jueves, cuando la temperatura alcance el pico de 37 grados después de cuatro días seguidos de mucho calor. “De ser necesario, se va a aplicar. Cada día tiene una inercia de calor, no es lo mismo un día de 37 grados después de uno con 28 grados, que si venimos de varios días calurosos”, señalan.
La ola de calor llega después de que salieran de operación dos centrales hidroeléctricas de Los Nihuiles, en Mendoza, tras la tormenta del fin de semana que hizo crecer seis metros el nivel del río Atuel e inundó los centros de control de las centrales. Esto implica que habrá alrededor de 220 MW megavatios (MW) menos disponibles.
La buena noticia es que las importaciones de energía de Brasil se mantienen sin problema, al igual que la generación de la represa Yacyretá, luego de que a mediados del año pasado hubiera preocupación por la sequía que afectaba el nivel de agua disponible.
Para el viernes se esperan precipitaciones en el AMBA que harían bajar las temperaturas. Si bien todavía es reciente el recuerdo de Año Nuevo, cuando una tormenta dejó sin luz a casi 100.000 usuarios en la Ciudad, en el Gobierno dicen que ese problema se trató de un tema puntual. Se debió a la falta de mantenimiento de una palmera en los terrenos de la generadora Central Puerto, que hizo que las hojas volaran por la tormenta y afectaran una subestación eléctrica de Edenor, sacándola de servicio.
Medidas de largo plazo
El Gobierno prepara una serie de medidas para mejorar el sistema eléctrico a futuro. En la última semana de febrero se realizarán las audiencias públicas para debatir las nuevas Revisiones Quinquenales de Tarifas (RQT) para transporte y distribución. La idea es determinar el nivel de inversiones que tendrán que hacer las empresas en los próximos cinco años para mejorar la calidad del servicio y, a cambio, se diseñará una fórmula de ajuste de tarifas automática para que el mecanismo sea previsible y deje de ser discrecional. Todavía falta determinar si los futuros aumentos serán mensuales, bimestrales o trimestrales. Por lo pronto, los nuevos cuadros tarifarios estarán listos para implementarse a partir de abril.
Asimismo, la Secretaría de Energía también hará una serie de licitaciones que buscan robustecer el sistema para que los próximos veranos no sean un problema. El objetivo es ampliar la capacidad de almacenamiento, generación y transporte de electricidad para evitar depender de factores exógenos, como la temperatura y el nivel de agua en las represas.
En primer lugar, el Gobierno licitará la instalación de centros de almacenamiento para tener potencia disponible de hasta 400 MW en el AMBA. Se trata de obras que podrían estar en funcionamiento entre 12 y 18 meses, por lo cual es una alternativa que pensó Energía para mejorar la capacidad eléctrica disponible en el corto plazo, mientras que se amplía el parque de generación térmica.
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Fuente: La Nación