Por la política tarifaria, Edesur revierte pérdidas pero sufre una caída de ingresos
La mayor distribuidora de electricidad del país espera las audiencias públicas del Gobierno afectada por el atraso tarifario y la inflación
La distribuidora de electricidad del grupo italiano Enel arrancó el 2022 mejorando sus estados financieros con una ganancia que llegó a los $2.202 millones entre enero y marzo pasados. Si bien la cifra informada por Edesur representa un incremento del 476% con relación al primer trimestre del 2021 cuando había ganado $382 millones, no alcanza para mejora su performance financiera que sigue siendo afectada por la política tarifaria del Gobierno.
Así lo advierte la compañía en el informe sobre los resultados financieros intermedios condensados al 31 de marzo pasado presentado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV).
De hecho, en el documento se observa cómo los ingresos de Edesur registraron una disminución del 5% durante este período al pasar de $22.180 del año pasado a los $ 21.054 millones de este primer trimestre del 2022.
Para Claudio Cunha, CEO y Country Manager de Enel Argentina, el resultado se debe principalmente al atraso tarifario en relación con la inflación interanual.
El ejecutivo viene sosteniendo el mismo análisis hace ya varios años debido a que los últimos aumentos en los precios de la electricidad autorizados por el Gobierno no alcanzan para cubrir el fuerte incremento de los gastos debe afrontar todos los meses para sostener sus operaciones, casi siempre a pérdida.
Edesur sufre una caída de ingresos
A principios de este año, más precisamente el 26 de febrero de 2022, se publicó la Resolución ENRE N° 75/22 en el Boletín Oficial, mediante la cual el ente regulador procedió a ajustar los valores del Cuadro Tarifario.
Dicha resolución señala que la nueva tarifa media de Edesur es de $6,240 por kWh, marcando una suba del 16,4% y que el costo propio de distribución se incrementa un 8% respecto al vigente, en igual proporción que los valores del costo de la energía no suministrada.
Edesur es la mayor distribuidora de energía de la Argentina ya que ofrece sus servicio a cerca de 2,5 millones de clientes, llegando a más de dos millones de hogares y abasteciendo a comercios y a grandes empresas. Su área de concesión es de 3.300 km2 y abarca la zona sur de Capital Federal y 12 partidos de la provincia de Buenos Aires.
El año pasado, sufrió pérdidas por $18.790 millones en comparación del rojo del 2020 que había llegado a los $9.156 millones.
Es decir, en tan sólo 12 meses incrementó sus pérdidas en un 105%, por razones que suelen ser las mismas, porque si bien ahora no hay tarifas congeladas, los aumentos son insuficientes y no alcanzan para cubrir gastos creciente, inflación, devaluación y, en el último año, las medidas sanitarias y restricciones impuestas para combatir la pandemia del Covid-19.
De hecho, la compañía acumula estados contables que, desde el 2010, reflejan nada más que tres períodos positivos y otros siete negativos.
Con una importante salvedad vinculada al balance del 2019, cuando ganó $12.600 millones pero reflejando un asiento contable vinculado al intercambio de deudas cruzadas con el Estado nacional que le permitió evidenciar en ese balance un elevado nivel de rentabilidad.
Por eso, sus números siguen siendo preocupantes y marcan una tendencia riesgosa para el sostenimiento del sistema ya que el Gobierno quiere mantener su política de pisar el verdadero costo de la distribución eléctrica con millonarios subsidios al 90% de los clientes del servicio.
Por lo menos así surge del proyecto oficial de cobrar el valor pleno solamente al 10% de los usuarios de la electricidad que presentan mayores ingresos, manteniendo toda o parcialmente la ayuda oficial al resto de los usuarios y a los beneficiarios de la tarifa social.
En el sector entienden que los próximos aumentos que se darán en mayo así como la segmentación tarifaria son pasos positivos hacia otro modelo de precio de la electricidad que, de todos modos no alcanza para financiar costos de obras y mantenimiento que no dejan de aumentar, gastos de materiales, contratos con terceros y las subas salariales pactadas con el gremio.
Mayores inversiones que en el 2020
Sin embargo, Edesur no dejó de realizar las inversiones pactadas, que el año pasado fueron de $19.289 millones, un 35% mayores a las del 2020, ubicándola como la distribuidora de energía que más dinero aportó para mejorar su servicio en los últimos tres años.
En el caso de los tres primeros meses de este año también incrementó sus inversiones en un 10% en comparación con el primer trimestre de 2021, habiendo alcanzado los $4.049 millones.
«Edesur sigue mejorando el servicio cada trimestre producto de las inversiones que viene realizando ya que nuestro compromiso es tener el cliente al centro al punto que hemos reducido , los reclamos comerciales en un 26%, así como las pérdidas de energía donde mejoramos un 8%», señaló Cunha para quien las ventas de energía, en términos físicos, también presentaron una mejora del orden del 7%.
En el caso del EBITDA del primer trimestre, arrojó una pérdida de $1.079) millones, mayor respecto de la de igual período del año anterior debido a la caída en los ingresos junto con una mayor provisión por el deterioro de créditos por servicio.
El resultado operativo (EBIT) se vio afectado por esa caída mientras que el resultado del período mejoró debido, fundamentalmente, a la mayor ganancia registrada por el ajuste por inflación.
Reducción de la deuda neta
Lo mismo ocurrió con la deuda neta que disminuyó un 56% respecto de la de diciembre de 2021, debido a los menores saldos de deuda financiera junto con mayores saldos de inversiones corrientes.
En cuanto a la demanda acumulada de energía eléctrica en el área de concesión de Edesur aumentó 1,6% con respecto a igual período del año 2021, habiendo alcanzado 4.900 GWh.
«Observando la demanda por tipo de usuario, se nota un incremento en la demanda residencial (2,1%), una fuerte recuperación del consumo industrial y comercial grande (15,5%) motivada por el levantamiento total de las restricciones de confinamiento, y una caída trimestral del 4,3% en la categoría comercial intermedio.
Por su parte, las ventas de energía del primer trimestre tuvieron un incremento del 7% con respecto a igual período del año anterior (3.900 GWh), debido al aumento de las grandes demandas de la distribuidora.
En este sentido, la cantidad de clientes registró un aumento de 1,7%, debido al crecimiento de los clientes de tarifa T1 o los de pequeñas demandas de uso residencial.
Estrategias desgastadas
Los números sirven para entender el preocupante escenario que atraviesa no sólo Edesur sino el resto de las distribuidoras cuyo negocio depende de los vaivenes de la política oficial, a su vez condicionada por la interna entre los socios del Frente de Todos por el futuro de las tarifas de los servicios públicos y los subsidios en el marco del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que rechaza el kirchnerismo y fomenta el albertismo.
Esta pelea, y los años de congelamientos y aumentos restringidos ha desgastado las estrategias comerciales de las empresas que deben aceptar competir en un negocio donde las ganancias se encuentran reguladas pero los costos crecen a la misma velocidad que la inflación.
En el caso de Edesur esta política oficial la llevó a convertirse en la distribuidora con las tarifas más bajas de la Argentina y de Latinoamérica.
De hecho, durante la última audiencia pública para analizar las subas organizada a mediados de febrero pasado, la compañía presentó un documento con las cifras como con el objetivo de demostrar la necesidad de recibir más fondos que le permitan sostener la calidad de su servicio.
Según consta en el informe, la factura que paga la mayoría de los clientes de Edesur es de u$s64 mensuales, mientras que el promedio del país llega a los u$s84.
El reporte indica que un usuario de Córdoba abona el precio más caro a nivel nacional con u$s107 por mes. En segundo lugar se encuentra Tucumán (u$s99) y en tercero Entre Ríos (u$s81), mientras que en la provincia de Buenos Aires se pagan u$s80 cada 30 días y en Santa Fe, u$s72, con un promedio a nivel país que llega a los u$s82 mensuales.
Para el ejemplo regional, la infografía elaborada por la empresa muestra que el país con la tarifa más cara es Guatemala (u$s245); seguido por El Salvador (u$s211) y Perú (u$s199).
En cuarto lugar se ubica Panamá (u$s147) mientras que el quinto puesto lo comparten Costa Rica y Colombia, con u$146 por mes. Luego se ubican Bolivia (u$s130); Brasil (u$s119) y Ecuador (u$s93).
El documento también señala que la población de Argentina con el PBI per cápita más alto paga las tarifas más bajas, a la vez que el 54% de sus clientes residenciales abona menos de $1.000 por mes, con una tarifa que pagan las empresas que representa entre el 0,2% y 4,4% del costo total.
A esto se le agrega que entre el 46% y 50% del total de la factura que paga el usuario corresponde a impuestos directos e indirectos.
A partir de los datos comparativos y a modo de ejemplo Edesur señala que a nivel regional la tarifa de la distribuidora es 45% del promedio de la tarifa de Latinoamérica.
Generación
En el caso del negocio de generación de electricidad que el grupo italiano opera localmente a través de su controlada Enel Generación Costanera, el resultado del período fue de $584 millones contra un rojo de $120 el año pasado, lo cual equivale a aun aumento del 587%, como consecuencia de la mayor ganancia operativa registrada y una mayor ganancia por el ajuste por inflación, parcialmente compensado por mayores costos financieros netos.
Para Cunha, el grupo sigue «trabajando para acompañar el crecimiento del país, enfocándonos en la transición energética, mejorando la eficiencia y disponibilidad de las máquinas», agrega el hombre fuerte de Enel Argentina.
«Así hemos podido aumentar la generación de energía en un 4% y el Ebitda en un 27%», dijo Claudio Cunha, CEO y Country Manager de Enel Argentina.».
La mejora del EBITDA se explica por los menores gastos operativos y el resultado operativo (EBIT) mejoró, como consecuencia de lo mencionado en los párrafos anteriores sumado a los menores gastos de comercialización y administración.
Enel Generación Costanera, el resultado del período fue de $584 millones contra un rojo de $120 el año pasado, lo cual equivale a un aumento del 587%, como consecuencia de la mayor ganancia operativa registrada y una mayor ganancia por el ajuste por inflación, parcialmente compensado por mayores costos financieros netos.
Generación Costanera ganó $584 M contra un rojo de $120 M del 2021, que equivale a un aumento del 587%
Pero, al igual que con Edesur, las Inversiones realizadas ascendieron a $376 millones.
«Las mismas siguen estando destinadas al mantenimiento de las unidades generadoras, con el propósito de optimizar la disponibilidad y confiabilidad de la planta», dijo Cunha quien advirtió sin embargo que la deuda neta empeoró, principalmente, como consecuencia de los menores saldos de caja.
En el caso de la energía generada por Costanera aumentó un 4% a 1.701 GWh respecto de los 1.639 GWh generados en el mismo período de 2021, como consecuencia del mayor requerimiento de despacho por parte de Cammesa.
En el trimestre se registró un aumento de la demanda de electricidad en el país del 4,3% con respecto al mismo período del año anterior que se debe al aumento en la actividad comercial e industrial, en comparación con un 2021 con mayores restricciones producto de la pandemia del COVID-19.
Fuente: iprofesional