Preocupación por la concesión de Los Nihuiles y el uso del Atuel
El control de las represas vence el 1º de junio. Mendoza quiere retomar el control, pero Nación ha dado señales en contrario. Qué hay en juego.
En la vecina provincia de Mendoza, que hace un uso unilateral de los ríos aguas arriba, hay una fuerte preocupación en estos días por el vencimiento de la concesión del dique Los Nihuiles y el rol estratégico que tiene en el sur de esa provincia el Atuel. Lo mismo ocurre con el caso del complejo hidroeléctrico Diamante.
¿Qué es lo que pasa? La disputa es por el control futuro de las represas, pues Mendoza reclama que vuelvan a manos del control provincial, pero el gobierno nacional, de la mano de Javier Milei, ha dado señales contrarias: los diques de la Patagonia serían administrados por la Nación y no por Neuquén y Río Negro como demandan los gobernadores. Esa negociación incomoda a Alfredo Cornejo y Javier Milei, que aunque no tienen relaciones personales, sí mantienen una alianza política importante.
«Los ríos Atuel y Diamante son emblemáticos para Mendoza por los oasis que dependen de ellos, pero también por la energía que generan y el rol estratégico que tienen para el Sur», publicó este fin de semana el sitio Mdzol.com E hizo especial hincapié en las tensiones entre Mendoza y Nación. Los complejos hidroeléctricos Los Nihuiles y Diamante están concesionados desde el año 1994.
En el medio también hay un negocio potencial por la venta de energía. En el último año, explicó el portal mendocino, Hinisa declaró ganancias por más de 8 mil millones de pesos y la empresa Hidisa por unos 3 mil millones de pesos. Solo en esa empresa, Mendoza recibió dividendos por más de 400 millones de pesos (que fueron cobrados por EMESA, la empresa estatal de energía de Mendoza).
La concesión de los dos complejos hidroeléctricos está en manos del gigante Pampa Energía, que también ha manifestado inquietud por el contexto incierto. Esa relación se tensó aún más porque el gobierno nacional frenó pagos por la venta de energía y generó problemas en las cadenas de pago y también en las relaciones. Gran parte del superábit anunciado por la Nación tiene que ver con el corte de los pagos de la energía. Esa deuda, que supera los 1000 millones de dólares, podría ser pagada con bonos, pero las empresas se niegan.
El negocio
El complejo hidroeléctrico Los Nihuiles fue concesionado el 1 de junio de 1994, justo antes de que se sancione la reforma de la Constitución que reconoció la propiedad provincial de los recursos naturales. Esa concesión era por 30 años y vence en tres semanas.
El complejo regula y genera energía en el río Atuel y consiste de tres represas y usinas: Nihuil I, Nihuil II y Nihuil III, junto con un dique compensador. La capacidad instalada es de 265,2 MW. Según el balance de la empresa, el 2023 fue un buen año.
«El resultado integral totalizó ganancias por $ 8.494,3 millones», indica el informe. Pampa Energía explica en los documentos presentados ante la Comisión de Valores que hay un panorama incierto. «Respecto a la finalización de los Contratos de Concesión, no hay definiciones por el momento», explican. El año pasado vencieron las concesiones de las mega represas que regulan el río Limay, encabezados por El Chocón. Hubo prórrogas sucesivas y ahora la Nación sugirió que podrían quedarse con las concesiones para adjudicarlas desde esa órbita, generando alerta en Neuquén y Río Negro.
El año pasado el Gobierno de Mendoza comenzó a preparar el terreno para hacerse cargo de la gestión de los Nihuiles y licitar una nueva concesión. Por eso se creó la empresa «Hidroelectricidad Mendocina S.A.», que tiene como controlante a EMESA. El objeto social de esa empresa estatal es la generación de energía a través de las usinas Nihuil I, II, III y IV y tomar posesión de todos los bienes asociados, incluidas las líneas eléctricas. En la misma ley se menciona que Hidroelectricidad Mendocina debe hacer una licitación. Pero por ahora el tema está en abstracto porque antes la Nación debe trasladar el dominio al Estado mendocino.
Un camino similar
En el caso del Río Diamante la concesión vence en octubre, pero el camino es similar. Esa empresa tuvo ganancias por 5 mil millones de pesos y le transfirió el año pasado 476.904.000 pesos a EMESA como dividendos. La capacidad instalada es de 388,4 MW y comprende a las represas y usinas Agua del Toro, Los Reyunos y El Tigre.
Pampa Energía, el concesionario, tiene el mismo grado de incertidumbre que con los Nihuiles. Allí hay otro aditamento. El Gobierno de Mendoza planifica ejecutar la represa El Baqueano, sobre el mismo río.
En su momento Rodolfo Suarez anunció la obra, pero el ahora gobernador Alfredo Cornejo dijo solo ejecutará la obra si hay aporte privado: quieren que haya un sistema similar al ejecutado con Potrerillos, con participación de empresas que inviertan y luego tengan recupero con la venta de energía. «Allí el problema es el precio y conseguir los contratos previos para la compra de esa energía a valores convenientes», destacó Mdzol.
Fuente: El Diario Digital