Renovables: El hidrogeno verde podrá generar exportaciones por u$s 18.000 millones al año para el país
Las proyecciones resaltan las ventajas competitivas de la Argentina pero también las necesidades extraordinarias de generación eléctrica y de inversiones por los próximos 25 años.
El hidrógeno se presenta como un actor nuevo en el mundo de la transición energética y hay distintos pronósticos que estiman que aproximadamente el 14% de la matriz energética mundial va a ser cubierta por este energético al 2050, lo que significa una demanda de 600 millones de toneladas por año, una cifra que requiere multiplicar las capacidades de generación global.
Raúl Bertero, presidente del Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (Ceare-UBA), afirmó que «la transición energética mundial es una enorme oportunidad para la Argentina», al considerar la importancia de generar un marco normativo para que el país pueda competir con el resto de los mercados que advierten que se está ante un desarrollo y un comercio de miles de millones de dólares al año.
«Cuando el mundo dice que va a disminuir la cantidad de dióxido de carbono aparecen como soluciones las renovables, la eficiencia energética, la electrificación pero en cuarto lugar el hidrógeno, y eso es novedoso porque no es nada de lo que estamos acostumbrados. Es un actor nuevo en el mundo de la transición energética y hay varios pronósticos que indican que el 14% de la matriz energética global va a ser cubierta por hidrógeno al 2050, lo que significa al equivalente a 600 millones de toneladas por año», explicó Bertero.
Para dar una referencia de lo que ese negocio implica, se destacó que el hidrógeno cuesta u$s 3 el kilo, lo que significa que esos 600 millones de toneladas van a abrir un enorme mercado de exportación, en el que los grandes países centrales tienen que importar unos 200 millones de toneladas por año. «Por eso es tan apetecible esta nueva industria por la que la Argentina quiere competir con otros muchos países, y de ahi viene la necesidad de contar con una ley» -indicó Bertero- que genere el marco adecuado a la actividad.
«La mayor parte de ese hidrógeno va a ir al sector industrial, a la producción de acero, de fertilizantes, y una parte relativamente menos importante al transporte, fundamentalmente donde no puede ir la electricidad como aviones y barcos. Ese mercado no existe hoy porque es muy cara la producción de hidrógeno, pero va a estar en el futuro y hay que prepararse para eso», agregó el experto en la presentación de informe del Ceare.
Bertero también explicó que para producir hidrógeno es necesario saber cuánto sale el proceso, porque hay que obtenerlo rompiendo la molécula de agua, y se necesita mucha energía y por eso «es clave tener esta capacidad de producir energía de forma barata» porque donde eso se consiga, allí se van a instalar los grandes polos de producción del combustible del futuro, junto a todos los derivados que vienen asociados.
El experto reseñó la ventaja competitiva local para producir energía eléctrica renovable a bajo costo que permite el recupero de la inversión del capital según el tiempo de funcionamiento del molino eólico o el panel solar, en regiones privilegiadas como la Patagonia o el Norte Argentino. Allí es donde se encuentran los mejores recursos naturales, incluso por encima del factor de uso que esas mismas tecnologías logran en los Estados Unidos, un seguro competidor en la materia.
Pero otra ventaja competitiva es la disponibilidad de espacio. «Generar con energía eólica toda la demanda que usa Alemania requeriría cubrir el 17% del territorio de ese país; si se quisiera abastecer toda la energía que usa Japón se necesitaría el 30% de su superficie, y con Corea el 41%, algo que ninguno de esos países puede hacer», señaló el investigador. En cambio, apenas el 1% de la superficie de las provincias de Chubut y Santa Cruz alcanza para generar con eólica la energía que consume hoy la Argentina.
Bertero tradujo que toda esa expectativa de participación en la futura industria del hidrógeno estimada en 600 millones de toneladas al año requerirá en 2050 generar 20.000 terawatios/hora de electricidad, algo superlativo si se tiene en cuenta que la generación total de energía de todo el mundo, proveniente de todas las fuentes, en el 2020 fue de 27.000 Twh. «Es decir, estamos ante un desafío monstruoso para las renovables», sentenció.
En una proyección moderada de un mercado global de exportación de 200 millones de toneladas, si la Argentina logra capturar sólo el 3% de todo ese movimiento, significarán 6 millones de toneladas de H2, es decir 18.000 millones de dólares por año apenas con una pequeña parte del mercado aún en definición. «Para eso necesitaríamos 200 twh disponible solo para la producción de hidrógeno y toda la energía actual es de 142 twh, es decir, nuevamente es hablar de escalas gigantescas», sostuvo.
Mirando solo la Patagonia, se necesitarían 65 Gw de potencia para producir esa cantidad de energía, cuando hoy el parque de generación es de 42 Gw: «Sólo con energía eólica se tendría más que duplicar el parque total del país, por el equivalente a 14.000 molinos eólicos de 4,5 Mw, lo que significa en equipos una inversión de US$ 45.000 millones al 2050, pero hay que empezar con las regulaciones que permitan competir con el mudo».
Las empresas petroleras están generando sus propias divisiones de renovables para invertir en eólica y solar.
Finalmente, el experto explicó que el país «no va a exportar hidrógeno como molécula porque eso demanda un proceso de enfriamiento a cero grado muy costoso, por lo que en un futuro la Argentina será proveedora de productos de hidrógeno, como amoníaco, fertilizantes, metanol, combustibles sintéticos. Así como el gas natural llevó a Bahía Blanca una industria petroquímica, el hidrógeno va a llevar a los puertos de la Patagonia una industria hidrogenoquímica nueva y potente».
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Fuente: Mejor Energía