Rosario suspendió línea de trolebuses comprados a Rusia debido a que las baterías no aguantaron el calor
El municipio pagó 4,2 millones de dólares hace cinco años. La firma quebró y no se hizo el mantenimiento.
El municipio de Rosario protagonizó esta desafortunada situación. Un desperfecto en el sistema de baterías, que le permite funcionar en tramos donde no está conectado al tendido de energía eléctrica, obligó a retirarlos del recorrido que prestaban.
En las últimas semanas, entre otros problemas, y para no tener que detener el coche, los choferes debían apagar el aire acondicionado.
“Como consecuencia de las altas temperaturas registradas en la ciudad durante los últimos días, que generan el recalentamiento de las baterías que permiten el funcionamiento autónomo de los trolebuses, de manera temporal y hasta que disminuya el calor, la prestación de la línea Q será reemplazada por otros dos servicios con similar recorrido”, anunció la municipalidad.
Trolza, la firma rusa que fabricó los coches, quebró en 2020, por lo que hace tiempo no puede realizarse el servicio de mantenimiento ni adquirir repuestos para la reparación.
Se estima que sólo en baterías nuevas deberían invertirse, por coche, más de cien mil dólares. Cada unidad tuvo un costo de 350 mil dólares.
Las baterías permitían que la línea Q se movilizara como un colectivo del transporte urbano tradicional en tramos donde no hay catenaria. Al conectarse al sistema con energía recargaba las baterías.
“Son coches que no fueron probados en Rosario antes de ponerlos a funcionar aquí. Evidentemente están fabricados para trabajar en otras temperaturas y no en las que tenemos en Rosario”, planteó Rogelio Biazzi, presidente del Ente de la Movilidad de Rosario.
La ex secretaria de Transporte de Rosario, Mónica Alvarado, por su parte había asegurado luego de la adquisición de la flota rusa que se trataba de “una clara apuesta por una movilidad más sustentable para la ciudad”.
La línea Q une el macrocentro y el sudeste de la ciudad. Su recorrido abarca un total, entre ida y vuelta, de 25,6 kilómetros. Un tramo de ese trayecto no cuenta con tendido eléctrico, por lo que es necesaria la autonomía que le prestan las baterías.