Tras 9 meses, por qué dos represas siguen paralizadas, con u$s 800 millones en espera
Si la obra se continuara, China podría desembolsar u$s 750 millones y podrían emplearse 2000 trabajadores en la construcción. Las hidroeléctricas podrían aportar el 15% de la energía renovable, en un contexto que se avecina crítico.
La construcción de dos represas en la provincia de Santa Cruz lleva 9 meses de parálisis. Con la llegada de la primavera, arrancan los meses más «productivos» para la construcción de estas dos centrales hidroeléctricas, en donde China ya desembolsó casi u$s 1900 millones en financiamiento.
Si la obra se continuara, China podría desembolsar u$s 750 millones, en un contexto donde el Banco Central se encuentra ávido de sumar oferta de divisas. Además, la reactivación podría recuperar 2500 puestos de trabajo que fueron despedidos debido a la parálisis.
Según pudo saber este diario de fuentes del sector público y privado, el Poder Ejecutivo tiene la intención de avanzar, al igual que el brazo ejecutor, que en este caso es la compañía estatal Enarsa. También tiene la misma intención la unión de empresas a cargo de la construcción, una UTE conformada por la china Gezhouba junto a dos grupos locales (Eling Energía e Hidrocuyo).
Ocurre que no se ponen de acuerdo en los términos y condiciones de cómo continuar la construcción de las represas, tras su paralización en 2023. Una vez finalizadas, las represas podrían aumentar en un 15% la producción de energía hidroeléctrica, que es limpia y renovable.
Hoy el principal tema de conversación en el sector energético es cómo será el abastecimiento de energía eléctrica durante este verano y los venideros, que serán más calurosos. Ampliar la generación de energía tendrá un rol fundamental en esta problemática.
Cómo seguir
Durante su presentación en el Congreso, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue consultado sobre esta paralización. Contestó que «las obras debieron haber estado finalizadas en el último trimestre del año 2021». Actualmente la represa Néstor Kirchner tiene un avance del 19,1%, y la Jorge Cepernic, 45,9%. El avance total, que pondera también la construcción de una línea de alta tensión, es de apenas un tercio de la obra (27,3%).
Según Francos, «el Contratista desmovilizó las obras hacia fines de noviembre de 2023, por las fiestas de fin de año y, pese a las reiteradas órdenes de servicio emitidas para retomar las obras, no lo ha hecho». Además, en la actualidad se está transitando lo que denominan la «veda de invierno». Sin embargo, ahora que finaliza el invierno, comienzan las temperaturas aptas para que la obra continúe.
Según la postura oficial del Gobierno, ENARSA mantiene conversaciones con la UTE para acordar una adenda al contrato y retomar la plena actividad según el plan de trabajos. En el informe que presentó Francos al Congreso, «ENARSA ha reiterado en numerosas oportunidades al Contratista que retome las obras y ha presentado a la UTE un borrador de Adenda XII que les permita retomar las obras, el cual está en consideración de la Contratista».
El total de la obra ya cuenta con el financiamiento de líneas de crédito de bancos chinos, liderados por el China Development Bank (CBD), con el Estado, por el total de la obra estimado en u$s 4.750 millones. El repago sería con la misma generación eléctrica de la represa. «Se tiene planeado un séptimo desembolso por la suma de u$s 750 millones», detalló Francos. De hecho, el Estado ya podría hacer el pedido formal de esos fondos vía el Ministerio de Economía.
¿Y ahora?
En la práctica, lo que ocurre es que hay una adenda sin firmar (la Adenda 12), que es la que plantea un nuevo cronograma de ejecución de obras. Fuentes oficiales aseguraron que «hay voluntad de firmarla», pero el motivo por el cual no se firma es porque «la UTE no avanza». Además, la gestión actual de gobierno agregó: «Tampoco la firmó el gobierno anterior en diciembre».
Del otro lado, El Cronista consultó a fuentes del sector privado al tanto de la construcción. Es cierto que el proyecto necesita que se firme una adenda para la continuidad de las obras, pero consideran que Enarsa no resolvió «puntos críticos fundamentales para la vida del proyecto».
Los puntos críticos que plantean están relacionados con la actualización de ítems económicos, técnicos y comerciales, pendientes de resolución desde la gestión anterior, por modificaciones de proyecto como son: costos improductivos por situaciones de fuerza mayor de años anteriores, redeterminaciones de precios que acompañen adecuadamente la evolución de la inflación histórica y futura, y el impacto del COVID en el contrato. Además, reclaman falta de pago de certificados de obra desde hace un año. «Ninguna empresa firmaría una adenda sin la resolución de esos temas que ya llevan más de 9 meses de conversaciones», consideraron.
Desde el sector privado consideraron que las negociaciones con Enarsa tienen un ritmo de avance «muy lento». Como solución, comenzaron a plantear si el proyecto no debería estar en una órbita pública diferente a Enarsa. Temen que la posible privatización de Enarsa, que quedó planteada en la Ley Bases, pueda ser fuente de esas demoras.
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Fuente: Cronista