Uruguay importó una cuarta parte del consumo eléctrico en febrero
Las compras de energía en el exterior alcanzaron un récord de los últimos 14 años, desde mayo de 2009.
Los efectos de la sequía no solo se ven en los campos del país, sino también en materia energética: a causa del déficit hídrico, Uruguay debió importar el 25% de su demanda eléctrica en febrero, una cifra récord, ya que no se alcanzaban esos números desde hace 14 años.
Del total de 963 GWh que hubo de consumo eléctrico el mes pasado, 245 GWh (25,44%) se importaron principalmente desde Brasil, aunque también desde Argentina en pequeñas proporciones, según informó la consultora SEG Ingeniería, en base a datos de la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE).
Según el sitio especializado, la intensa sequía y los precios favorables derivan en la mayor importación de electricidad desde mayo de 2009. En paralelo, en febrero, unos escasos 28 GWh se destinaron a compromisos de exportación.
De acuerdo a los datos de UTE, los 751 GWh de generación eléctrica del mes pasado representaron una disminución del 22% respecto a la del mismo mes pero de 2022. De ese total, 176 GWh (23,5%) se produjo a través de energía térmica.
En tanto, el 76,5% fue a través de energía renovable. En la información desagregada se observa que 362 GWh (48,2%) fue eólica; 109 GWh (14,5%), hidráulica; 63 GWh, biomasa; y 39,8 GWh (5,3%), solar.
La sequía compromete la generación de electricidad mediante energía hidráulica
El déficit hídrico produce efectos muy graves en la producción de energía hidráulica, que representa una tercera parte de las fuentes de generación eléctrica en el país. La falta de precipitaciones reduce el caudal de los ríos y la capacidad de producción de hidroelectricidad.
Según el informe “Indicadores Energéticos”, publicado el mes pasado por SEG Ingeniería, en el período entre septiembre de 2022 y el pasado 14 de febrero, la energía hidráulica representó el 33% de ese total, sólo superada por la eólica (43%) y seguida de la térmica (12%), la biomasa (7%) y la solar (3%). En febrero, de hecho, la proporción que representó fue mucho menor (25%).
El déficit hídrico produce efectos devastadores en la hidroelectricidad: en el trienio 2020-2021-2022, cuando ocurrió la peor sequía de la historia del Uruguay, fue el de menores aportes hídricos desde los últimos 75 años, es decir, desde 1947.
Desde el punto de vista de la generación, durante ese período la producción de hidroelectricidad cayó considerablemente. De representar el 59% entre 2015 y 2019 bajó al 34% durante la sequía de entre 2020 y 2022.
“Durante 26 meses, el generador eléctrico más potente del Uruguay, la represa de Salto Grande, recibió aportes hídricos 57% menores al promedio de la década anterior”, expresó el informe de SEG. “Responsable del 40% de la producción hidráulica, la cuenca del Río Negro mostró una situación similar, con registros de aportes 61% menores al promedio de 2010-2019”, agregó el documento.
Fuente: Ámbito