El magnate expresó a la población las ventajas y consecuencias de no invertir en energía.

Bill Gates publicó un informe a principios de este año destacando los efectos devastadores de la negligencia en la gestión de la energía eléctrica, junto con tres estrategias esenciales para mejorar esta industria. Describe la importancia de la actualización del servicio eléctrico, los potenciales beneficios para la población y las perspectivas de futuro de las redes eléctricas.

Al recordar su primer proyecto de software en una empresa eléctrica, Gates recuerda cómo en aquel momento se subestimaba la importancia de las redes eléctricas. Esta vivencia muestra cómo los eventos climáticos extremos han tenido un impacto significativo en estas redes.

Mencionó, como en Texas, cómo la red eléctrica colapsó tras tres semanas consecutivas de tormentas invernales, resultando en múltiples caídas y dejando a millones de personas sin electricidad por días. Menciono un otro incidente reciente en los Estados Unidos, en el cual el frío extremo mantuvo problemas en las redes eléctricas.

Gates propone mejorar la red, establecer más líneas de transmisión de alto voltaje para transportar el eléctrico a largas distancias y mejor conectar las comunidades y áreas más integradas para mejorar la eficiencia. Suministro eléctrico constante sería garantizado, asegurado, y el uso de energía limpia, asequible y abundante sería fomentado.

Gates utilizó como ejemplo los avances de Estados Unidos en el uso de electricidad limpia procedente de fuentes solares, nucleares, eólicas y geotérmicas. Estas acciones disminuirían los gastos, la contaminación y expandirán el aprovechamiento energético.

En fin, detecta tres impedimentos principales al progreso en el ámbito energético: la falta de planeamiento, la inversión insuficiente de los gobiernos en infraestructuras y la falta de autorización para nuevos proyectos.

Gates predice un aumento en la demanda de energía, particularmente con la electrificación de más dispositivos, como los automóviles, y cree que el uso de energía puede duplicarse para 2050 para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas.