JP Morgan advierte que la descarbonización será lenta y lamenta que se haya puesto «el listón muy alto»
La banca norteamericana publica un escéptico informe sobre la transición energética: «Los pilares de la sociedad moderna todavía se fabrican con combustibles fósiles».
Para JP Morgan, una de las mayores empresas financieras del mundo y máxima referencia del establishment global, la evidencia sobre la necesidad de descarbonizar las economías y de avanzar en una transición energética más rápida es abrumadora.
En su 13º informe anual Eye on the Market Energy: «Growing Pains: The Renewable Transition in Adolescence» (Dolores de crecimiento: La Transición Renovable en la Adolescencia), firmado por Michael Cembalest, presidente de Mercado y Estrategia de Inversión de la compañía, se destaca el aumento de la temperatura del océano y del nivel del mar, la disminución de la masa de la capa de hielo, el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero y aumento de las emisiones a pesar de la mejora de la intensidad de CO2.
Sin embargo, la multinacional norteamericana advierte que la eliminación de los combustibles fósiles será mucho más lento de lo que proyectan los poderes políticos y económicos.
El informe aclara que después de 6,3 billones de dólares gastados en energías renovables y otros 3,3 billones de dólares gastados en redes eléctricas desde 2005, «el uso global de energía todavía depende en aproximadamente un 80 % de los combustibles fósiles», llegando al 86% en la mayoría de los mercados emergentes.
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«La medida global ha disminuido en solo un 5% desde 2005 debido a los desafíos de electrificar la energía industrial, comercial, residencial y de transporte», desmenuza el documento.
Y si bien hoy las energías renovables están desplazando a los combustibles fósiles en los hogares y en la movilidad, «los pilares de la sociedad moderna (acero, cemento, amoníaco, plásticos) todavía se fabrican principalmente con combustibles fósiles, particularmente en los países en desarrollo a quienes Occidente ha subcontratado los tipos de fabricación que consumen más energía».
Sería prematuro depender de la energía renovable para más de lo que es orgánicamente capaz de proporcionar, y los países que restringen el acceso a los combustibles fósiles junto con las energías renovables pueden lamentarlo
A juicio de JP Morgan, la transición energética tiene todavía «muchos obstáculos» para poder acelerarse, como la disponibilidad de minerales críticos, la nacionalismo de recursos, los altos costes por unidad de energía necesaria para descarbonizar el calor industrial y los costes de almacenamiento requeridos para acompañar la energía eólica y solar intermitente.
«Si eso es lo que está restringiendo el ritmo del cambio, sigo sin estar totalmente convencido de que privar de capital a la industria del petróleo y el gas hará que la transición sea más rápida, en particular porque surgirán nuevos fondos de capital mientras exista la demanda de combustibles fósiles», explica el autor del informe.
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Y advierte: «Este enfoque podría exponer a los países a una escasez de energía que las energías renovables actualmente no pueden llenar».
Su consejo: que los países que tienen reservas de petróleo y gas no desinviertan. «La transición renovable se está acelerando, pero necesitarás esas reservas de petróleo y gas durante muchos años, a menos que el mundo cumpla con un conjunto de compromisos muy ambiciosos para descarbonizar a un ritmo sin precedentes».
La multinacional lamenta que Occidente haya puesto el «listón tan alto» en sus planes de descarbonización. Aún cumpliendo los objetivos trazados, los combustibles fósiles seguirán moviendo a la economía debido a que «la electricidad es solo el 20%-30% del consumo total de energía».
Los pilares de la sociedad moderna (acero, cemento, amoníaco, plásticos) todavía se fabrican principalmente con combustibles fósiles, particularmente en los países en desarrollo
Plásticos, cemento, acero, fertilizantes y otros materiales industriales -aclara el documento- «forman los componentes básicos del mundo moderno. Las vías para descarbonizarlos incluyen enormes retos, como la mayor electrificación del calor industrial y el aumento de la electricidad renovable en la red.
En el rubro transporte, si bien las ventas de vehículos eléctricos representaron el 10 % de las ventas mundiales de automóviles de pasajeros en 2022, podrían pasar 20 años antes de que la demanda mundial de petróleo disminuya significativamente.
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Al cabo, resume el informe de JP Morgan, el «camino final» de la demanda de combustibles fósiles estará determinado por la tecnología, la política, el comercio, la química, la física, la geopolítica, el comercio, el costo y el nacionalismo.
«Mi opinión -concluye Michael Cembalest: el uso de combustibles fósiles evolucionará más cerca del más lento de los dos escenarios de la Agencia Internacional de la Energía. Si ese es el caso, sería prematuro depender de la energía renovable para más de lo que es orgánicamente capaz de proporcionar, y los países que restringen el acceso a los combustibles fósiles junto con las energías renovables pueden lamentarlo».
Fuente: La Politica Online