La Mirada: Liderazgo, negocios y diversidad; cómo piensa la CEO de una compañía de energía
Mariana Schoua es CEO de Aconcagua Generación. Cuenta cómo fue crecer en un «mundo de hombres» y ahora bregar por la diversidad. Lo que viene en la industria energética.
Se supone que el energético era, hace un par de décadas, un sector donde solo podían crecer los hombres, sin hijos y que tenían alguna carrera de ingeniería en su currículum. Mariana Schoua es mujer, madre de mellizos y contadora. Sin embargo, rompiendo ese preconcepto, llegó a ser CEO de una empresa generadora de energía que crece.
“Cuando empecé era la única mujer. Me formé mucho y creo que es importante la diversidad, muy importante. Si todos somos y pensamos igual es muy aburrido”, explica desde su oficina de Tucumán 1, Buenos Aires, la mujer que tiene bajo su conducción una central hidroeléctrica, una usina térmica y una cartera de proyectos renovables en crecimiento, que incluye un parque solar para el que están a punto de cerrar un socio internacional.
Aunque puede sonar viejo pensar si una mujer tiene dificultades para acceder a espacios de liderazgos, en la Energía aún hay techos que romper. Mariana es una de las líderes que empuja por ello, ayudando a generar espacios y liderazgos. Desde Aconcagua Energía, el grupo argentino en el que trabaja, y también en la actividad gremial empresaria y como vicepresidenta de AmCham. “Cada vez más mujeres estudian disciplinas que tienen que ver con la energía, que son ingenieras eléctricas, son geólogas…Hablando de generación, tenemos en mantenimiento, tenemos ingeniera civil que está a cargo de todo el mantenimiento de las presas. Y bueno, creo que yo desde mi lugar y muchas organizaciones estamos trabajando para que eso suceda”, asegura.
Desde el piso 14 de la torre de la sede central de la compañía Mariana recibe a MDZ. El lugar tiene una vista imponente: el Río de la Plata, el puerto y algunos de los edificios emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires. Allí está la oficina, pero por la cabeza de Mariana Schoua está lo que ocurre en la central Banderita de Neuquén, lo que puede ser el parque solar Luján de Mendoza y, en plena coyuntura, cómo quedará el marco en uno de los negocios clave para el futuro argentino: la energía.
-¿Vos como líder lo pones como objetivo el tema de la igualdad?
-Yo soy CEO de estos activos desde el 2012. Entonces yo miré alrededor, no había otra gerente general de la industria prácticamente. No había. Entonces yo dije, tengo una responsabilidad de mostrar que se podía.
-Algunas veces cargamos eso sobre las mujeres…que “tienen que demostrar”…
-Pero tenés que hacer el doble del laburo, ¿no? Y sí. Cuando empecé, antes de 30 años, yo me sentaba era la única mujer. Era difícil. O porque no te dan bolilla, o porque te miran mucho, no sé. Uno también se persigue porque tiene que sentir distinto. La verdad es que yo no puedo decir que me discriminaron, porque no fue así. Pero uno está viviendo en un mundo de hombres. En nuestro caso, además, ingenieros, hombres… Yo era joven y contadora. Lo de joven se me pasó…Cuando me agarró esa responsabilidad, empecé a trabajar en eso. Y primero, a capacitarme. Porque vos podés tener mucha buena intención, y después, te das cuenta cómo muchas empresas y muchos líderes fallan por eso. Y empecé a participar en distintas organizaciones. Una, por ejemplo, es Voces Vitales, de donde soy directora. Es una organización que lo que hace es promover el liderazgo de la mujer en todos los ámbitos.
Te estoy hablando de una líder que hace tejidos artesanales en un pueblo remoto de Mendoza, o de una empresaria. Entonces ahí tenemos empresas de tecnología, empresas de energía, empresas adelantadas. Bueno, ¿por qué? Porque dos días estas cuestan más. Vamos avanzando. En AmCham también creé el comité de diversidad. Trabajamos un montón. Y es increíble cómo ya ahí no es solo género, es diversidad en general.
-Por eso te preguntaba más sobre eso que sobre elegir. Porque está bueno. Poner de relevancia ese tipo de cosas.
-Cuando una mujer quiere trabajar en una industria así, yo también siento responsabilidad porque vos mirás quiénes son los líderes. Si los líderes son todos hombres o son mujeres que tienen una vida personal, no sé si es el modelo que yo quiero. Entonces eso no es algo inspiracional o algo atractivo para una mujer que quiere trabajar en una empresa. Es como que fuera todos sacrificios y te olvidaste de tu vida.
-En tu caso vos has podido romper ese estereotipo que uno puede tener.
-Totalmente. Yo creo que pude. Mujer, contadora, madre de mellizos. Por eso digo, si yo pude, como me hiciste puede cualquiera.
-El tema de la diversidad y la inclusión que a veces parece algo como muy de nicho.
-Realmente todos somos diversos en alguna cosa. Puede ser tu creencia religiosa, política, tu procedencia, tu etnia. En algo sos minoría. A veces te lo guardás más, a veces te lo mostrás más. Hay lugares de trabajo en donde eso se potencia. La diversidad te creas conversaciones más interesantes. La solución de problemas complejos es mucho más superadora cuando vos tenés perspectivas diferentes. Si todos pensamos lo mismo, es aburridísimo.
-Monótono…
-¿Te vas a perder de un montón de gente talentosa porque es distinto en algo? Suena viejísimo, ¿no?
Aconcagua Energía es una empresa integrada que tiene dentro de su grupo el área de explotación de petróleo, la generación de energía y los servicios. En cuanto a la generación tiene a cargo la concesión del complejo hidroeléctrico Cerros Colorados, e Neuquén, que cuenta la central hidroeléctrica Planicie Banderita. La central tiene una potencia de casi 500 MW y la concesión está vencida y prorrogada. Además, también en la Patagonia, la empresa tiene una central térmica. En Mendoza está en la etapa final de diseño financiero el parque solar Luján, para lo cual Aconcagua se asociaría con una compañía extranjera.
-Es difícil planificar en Argentina, y más por el futuro, inmediato. ¿Ves algún camino de solución a uno de los problemas en cuanto a la infraestructura, precios para que la generación o la disponibilidad de energía eléctrica?
-Por hablar con los funcionarios de este gobierno, tiene clarísimo el objetivo. Como te decía antes, la transición no es fácil, porque venimos a un sistema que está muy complicado. Pero el objetivo es clarísimo. El objetivo es la desregulación. Con la desregulación, lo que va a haber es señal de precio. Con la señal de precio, yo ya lo viví en los 90. En los 90, en el primer año, creo que el precio de la energía eléctrica pasó de 60 dólares por mega y en un año bajó a 25 porque nos matábamos por poner generación cada vez más eficiente, y eso bajaba el precio. Entonces, el mercado funciona. Vamos a empezar por devolverle a los privados las funciones que nunca tendrían que haber dejado de tener, como comprar nuestro combustible, vender a industrias. Eso también lo que te permite es cerrar negocios a largo plazo que, a su vez, te das vuelta y podés financiar. Entonces, empieza a ser todo un círculo virtuoso. Y saber qué es a largo plazo, saber desarrollar dejo clara. Entonces, digo, eso el gobierno lo tiene clarísimo y está viendo la forma de ponerlo en práctica. Con respecto a la infraestructura, la línea de transmisiones es lo más urgente. Ahí todavía no está claro el mecanismo, porque son inversiones muy onerosas. Normalmente uno las ponía encima del Estado. En realidad, depende de la época. En esta última época, sí, era el Estado el que tenía que financiarla, porque no había otra forma. Hay muchas opciones.
– ¿La falta de infraestructura les impone una restricción al crecimiento que quisieran tener?
-Y en Renovables, por ejemplo, nosotros estamos tenemos ese proyecto de 65 megas, porque tenemos prioridad del despacho por 65 megas. Podría ser más grande. Claro. Entonces, si vos me preguntás, en ese predio podríamos llegar a 110 megas. Y en estos proyectos, a medida que ganas en escala, mejoran la eficiencia. Una de las restricciones que tenés es que tengas cómo inyectar la energía. Entonces, eventualmente, no elegís el proyecto desde el punto de vista del recurso más eficiente, o sea, donde tenés el mejor factor de uso solar.
– El camino para solucionarlo es largo
-A ver, todo se puede resolver. O sea, con una macroeconomía funcionando, que la puedas predecir, que sea estable, con la institucionalidad que corresponde. Bueno, ya es por sí, que baje el riesgo país, abre la posibilidad de que vuelva el crédito internacional, que bajen las tasas. Todo eso va creando un contexto propicio. Mucho más sano, claro. Y entonces ahí es donde se abre todas las posibilidades.
-El proyecto de Luján, ese ya está, o sea, tiene toda la ingeniería de tal, está todo armado como para que se ejecute. ¿Qué plazo? Digamos, como para arrancar.
-Todo depende de esto, simplemente. Sí, yo creo que en el 2025 tendría que estar, pero bueno, viste cómo es tener, se tiene que alinear todo para que funcione.
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Fuente: MDZOL